Sebastián Morales, 12o. en trampolín de tres metros
Río de Janeiro, 16 de agosto_ RAM_ Cuando tenía seis años saltaba en la pista de bicicrós, pero no lo llenaba. Todos los días pasaba a las piscinas a esperar a Adriana, su hermana, quien entrenaba nado sincronizado y así fue como empezó a conocer la piscina, el agua, pero sobre todo, el trampolín.
Cuando cumplió seis años se decidió por dejar la bicicleta y meterse de lleno al agua. Empezó con tres días de natación y dos de clavados a la semana, pero su talento para saltar lo llevaron a cambiar de rutina y poco a poco se definió por los clavados, así como paso a paso, salto a salto, llegó al alto rendimiento.
“Me decido por esta disciplina porque no todas las personas se dedican a este deporte, sin demeritar ninguna otra disciplina por el trabajo que implique cada uno, pero casi ninguna persona se va a subir a un trampolín o una plataforma a tirarse, dar vueltas y caer al agua”, explica Sebastián sobre su decisión de dedicarse a los clavados.
“Creo que para este deporte se necesitan muchas agallas, mucha fuerza mental, para poder subir al trampolín y saber que debe dar cuatro vueltas o hacer un salto que nunca has hecho, con el peligro de caer en cualquier parte del cuerpo”, asegura Sebastián, quien con 22 años de edad y 16 de experiencia, compitió en sus primeros Juegos Olímpicos, en el trampolín de tres metros.
Una vez entró y empezó a saltar en Medellín, Sebastián se quedó y empezó su ascenso deportivo, que lo llevó a representar a Antioquia y Colombia con grandes resultados, como un noveno lugar del Mundial de Natación FINA en 2013 o las dos medallas de oro en los Juegos Centroamericanos y del Caribe Veracruz-2014.
“Nunca fue mi decisión dedicarme al alto rendimiento, sólo a medida que fueron pasando los años y fui compitiendo, logrando objetivos, vistiendo una chaqueta de Colombia para representar a mi país, creo que paso a paso me fui convirtiendo en una persona de alto rendimiento”, recuerda Sebastián.
Dedicar 16 años a los clavados, de los 22 que tiene, le permiten al hijo de Luis Ariel y Gloria Stella tener claro que cada segundo “ha valido la pena, porque el deporte es algo muy bonito, nos hace ser personas disciplinadas, con fortaleza mental, independencia y permite conocer muchas partes del mundo, dedicarse al deporte vale la pena”.
“Los clavados representan toda mi vida, porque paso nueve horas diarias en la piscina, veo más a mi entrenador y a mis compañeros de clavados que a mi propia familia, he crecido junto a ellos desde los seis años, somos una familia y representa mi casa, clavados es lo que me hace ser yo, lo que me hace como persona y son mi vida misma”, reconoce Sebastián.
Y con esa idea, con cinco horas en la mañana y cuatro en la tarde dedicadas a saltar, a perfeccionar cada movimiento, Sebastián llegó a Rio de Janeiro con un objetivo en mente: “pensar en la semifinal y luego pasar a la final de los 12 mejores y con eso cumpliría mi gran objetivo”, y lo cumplió.
En la competencia de este martes, el colombiano se clasificó para la final de los 12 mejores clavadistas olímpicos de Rio-2016, al terminar undécimo en la semifinal, con un total de 406.55 puntos, luego de una ronda de seis saltos. Ya en la final, Sebastián no tuvo un buen rendimiento en sus saltos y acabó duodécimo con 364.50 unidades.
“La verdad me voy muy contento porque fueron mis primeros Juegos Olímpicos y llegué a la final, que era lo que veníamos planeando con mi entrenador desde Medellín, por eso estoy muy contento y más allá del resultado de la final, puedo decir que quedé entre los 12 mejores del mundo y eso me hace feliz”, aseguró Sebastián Morales.
Ahora la natación clavados cerrará el próximo viernes con la modalidad de plataforma a 10 metros, con la presencia de los colombianos Sebastián Villa y Víctor Hugo Ortega.