Lo volvió a hacer. Como con Camerún, cuando en el último aliento de partido obró el milagro. Como cuando ante Canadá quitó presión a las suyas con un gol que ponía las cosas de cara. Y ante México el guión no podía ser diferente. Las aztecas se pusieron por delante en el marcador… y al minuto llegó Deyna Castellanos al rescate para, con sus dos goles, meter a Venezuela de nuevo en las semifinales de una Copa Mundial Femenina Sub-17 de la FIFA.

En la grada, según vio a su hija agarrar la pelota en la frontal del área y darse la vuelta, Yrene Naujenis, que instantes antes sufría por el gol encajado, se empezó a levantar intuyendo lo que se venía… “Tanto tiempo viéndola jugar, una ya sabe sus movimientos, y cuando está cerca del área o la pisa, la verdad que generalmente es infalible”.

La madre de Deyna cuenta a FIFA.com que se siente… “No encuentro la palabra adecuada. Diría que feliz, muy feliz, claro”, y su sonrisa se ensancha. Como ya hiciera en Costa Rica, y siempre que tiene oportunidad, Yrene no se pierde un partido de Deyna. Y juntas repiten su particular ritual. Cuando la delantera marca, madre e hija se buscan con la mirada y forman un corazón con sus manos. “Siempre nos ponemos de acuerdo en hacerlo. Es nuestra seña. Hay una conexión total entre nosotras”.

Pero la mamá de Deyna no es la única que sabe qué pasa por la cabeza y los pies de la capitana venezolana en esas situaciones. Nayluisa Cáceres, arquera titular de la Vinotinto, y la defensora Sandra Luzardo saben bien qué pueden esperar de su capitana y amiga. Básicamente porque la disfrutan… y la sufren en los entrenos. Por eso hablamos con ellas para intentar conocer un poco mejor a la goleadora histórica de la Copa Mundial Femenina Sub-17 de la FIFA.

Hermanas del balón

“Somos, como quien dice, hermanas en el fútbol”, asegura Nayluisa. “Para mí es una jugadora muy completa. Tiene todo lo que necesita un delantero y le doy gracias a dios por darle ese don a ella”, explica Sandra, que reconoce que con Deyna ahí delante los partidos se viven con más tranquilidad. “Sí, se duerme mejor teniéndola a ella. Yo la admiro mucho”.

Nayluisa es la idonea para hablar de su técnica de tiro. Básicamente porque es con ella con quien Deyna practica los penales y los libres directos. “Tiene un disparo muy potente, y cuando le pega va directa al arco. Siempre nos retamos. Me dice ‘a ver cuántos goles te hago’ y yo le respondo ‘a ver cuántos te saco’”, dice entre risas.

Sandra es la experta en regates… aunque no siempre acierte a detenerla. “Si me toca defenderla ya sé lo que va a hacer, ¡aunque siempre inventa una de más!”. Con ella Deyna ensaya nuevos movimientos. “Las cosas que hace en la cancha las prueba antes conmigo. A veces me dice ‘vamos a ver qué sale’, y yo luego le dijo ‘Deyna, ésa la tienes que hacer’”.

Superado el reto de cuartos, Venezuela espera rival -el ganador del duelo entre la RDP de Corea y Ghana- para unas semifinales que se presumen apasionantes y donde Deyna volverá a acaparar los focos. Aún no sabemos qué tiene preparado. Y Nayluisa y Sandra piensan guardarle el secreto.