El ballet de Leipzig presenta en el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo un homenaje a Rachmaninov
Luego de su conmovedora presentación de La gran Misa en 2011, el Ballet de Leipzig vuelve al Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo con Rachmaninov, ballet dedicado a este maestro considerado uno de los últimos compositores rusos románticos y cuya música ha inspirado numerosos ballets en el mundo. La coreografía gira en torno a dos de sus obras: el Concierto para piano No. 2 en Do menor opus 18 y el Concierto para piano No. 3 en Re menor opus 30. Participa la Orquesta Filarmónica de Bogotá bajo la dirección del armenio Karen Durgaryan y el pianista ruso Sergei Sichkov como solista. Únicas funciones jueves 20, viernes 21 (a beneficio de la Fundación Cardioinfantil) y sábado 22 de octubre de 2016. Entradas desde $35.000.
Sergei Rachmaninov es considerado uno de los compositores rusos más importantes de la historia. Su música, aunque nunca fue escrita expresamente para ballet, continúa inspirando a coreógrafos en todo el mundo.
Concierto para piano No. 3, escrito en 1909, está lleno de fuerza e intensidad, y expresa no sólo la alegría de vivir sino también tiene una melancolía contenida. En el décimo aniversario de su muerte, la versión de Uwe Scholz de esta obra llegó al escenario nuevamente en Leipzig. Mario Schröder, director del Ballet de Leipzig, quien una vez interpretó esta coreografía como solista, ve en la interpretación de Scholz una “maravillosa transformación de la pieza en cuadros que realmente le hacen justicia a la composición”. Años después de esta última interpretación, Schröder la une con una nueva creación de su autoría del Concierto para piano n° 2, que musicalmente sorprende por su riqueza melódica y por los ingeniosos diálogos entre el piano y la orquesta. Junto a esta última, Schröder nos ofrece la oportunidad de ver dos lenguajes artísticos que parten de la música de un mismo compositor.
Mario Schröder descubrió a Rachmaninov a una temprana edad, y disfruta su música de manera tanto pictórica como física, haciéndola ver como si hubiera estado predestinada para la danza. Para Schröder, la música de Rachmaninov conecta las imágenes de partida y regreso, de convergencia y separación, e intersecta caminos. La idea de tiempo es expresada en un número diferente de formas, como algo vivido profunda y personalmente, algo que cada individuo trae a la mesa ligeramente diferente.
Mario Schröder – Director del Ballet de Leipzig
Desde comienzos de la temporada 2010/11, Mario Schröder se desempeña como director y coreógrafo en jefe del famoso Ballet de Leipzig. Hasta el día de hoy, ha creado más de 60 coreografías y ha actuado alrededor del mundo como coreógrafo y bailarín en países como Japón, Rusia, Estados Unidos y Mongolia. Ha trabajado junto a Ruth Berghaus, Maxim Dessau, Nikolaus Lehnhoff y Uwe Scholz. Integra la presidencia del Ballet Alemán y es director de la Conferencia Danza.
Uwe Scholz (1958-2004) – Coreógrafo
Fue alumno de John Cracko en la Escuela de Ballet del Teatro del Estado de Württemberg en Stuttgart. En 1979 fue contratado por el Ballet de Stuttgart en el que en 1982 llegó a ser el primer “Coreógrafo Residente”. A los 26 años fue coreógrafo Jefe del Teatro de la Ópera de Zúrich, y dirigió el Ballet de Zúrich durante seis años hasta que se fue a desempeñar la misma función en el Ballet de Leipzig. Durante sus muchos años como coreógrafo, Scholz creó un repertorio de más de cien ballets. Uwe Scholz murió en 2004 luego de una larga enfermedad.
Karen Durgaryan – Director musical
Nacido en Yerevan (Armenia), Karen Durgaryan se graduó del Conservatorio Estatal de Yerevan en 1996 y estudió con el Prof. Mousin en Conservatorio de San Petersburgo en 1997. Director de diferentes orquestas de ópera y ballet a lo largo de su carrera, desde julio del 2010, Karen Durguryan inicia su colaboración con el Teatro Mariinsky de San Petersburgo. Desde el 2008, es portador del título Artista de Honor de la República Armenia y en el 2010 fue galardonado con la más importante distinción armenia en el campo de las artes y la cultura.