martes marzo 4 de 2025

Salvar a Satena: debe ser una política de Estado

CarlosVillota Santacruz, internacionalista y periodista colombiano

Por Carlos Villota Santacruz

Twitter@villocol

 La industria área colombiana tiene hoy 152 empresas de transporte. En ese paquete están incluidas el taxi aéreo. En el caso de Satena, es la que mayor reconocimiento tiene en el país desde Nariño hasta Santa Andrés y Providencia, que requiere no solo una reingenería sino una modernización que la proyecte en el siglo XXI, con el propósito de garantizar un servicio en favor de los usuarios, que en su mayoría son ciudadanos residenciados en zonas con unos antecedentes históricos de violencia.

Satena a la luz de las fianzas es inviable. La razón. Posee deudas por 15 millones de dólares, a las que se suman cuentas por pagar de 15 mil millones de pesos y 7 millones de dólares en arredramiento de las aeronaves. ¿cuál es la salida a esta crisis económica de la empresa área de los colombianos? Primero, una política de Estado para que no se cierre. La segunda salvarla, a través de un Conpes y en el proyecto de presupuesto para la vigencia de 2017.

En otras palabras, lo que se requiere es acción integral. Una capitalización 125 millones de pesos. La recta no puede ser otra que pagar deudas. Capitalizar la empresa a través de la compra de aviones y edificar un flujo de caja a mediano y largo plazo. Es una tarea que debe ser liderada por la presidencia de Satena con el apoyo del Ministerio de Hacienda y Transporte, acompañado con un programa de servicio en horas nocturnas, en destinos con una alta afluencia de usuarios.

De aplicarse esta hoja de ruta, se obtendrá una mayor rentabilidad y un ahorro en dólares significativo, que sumado a un apoyo de la Fuera Aérea en el área logística, operacional préstamo de pilotos, le puede dar un nuevo “aire” a Satena, para que sus puertas no se cierren definitivamente, perjudicando a municipios como Bahía Solano, Providencia, Tumaco, Florencia, Leticia o Yopal.

Salvar a Satena es garantizar que las regiones –en particular las fronterizas- puedan alcanzar su desarrollo económico y social a la luz la globalización, la apertura de mercados y la comunicación TICs. Por historia, la empresa siempre ha tenido como filosofía abrir mercados. Esa tarea no se puede detener. Tiene que convertirse en la aerolínea del posconflicto, con impacto en la zona pacífica, donde Tumaco y Buenaventura deben ser la “punta de lanza” en una visión frente a los recursos naturales, el turismo y el desarrollo sostenible.

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