viernes julio 19 de 2024

Estados Unidos elige entre Clinton o Trump este martes 8 de noviembre

07 noviembre, 2016 Internacionales

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Tras una agresiva campaña que polarizó al país como pocas veces, y con el mundo conteniendo el aliento, Estados Unidos elegirá este martes presidente entre la experimentada dirigente demócrata Hillary Clinton y el magnate republicano y neófito político Donald Trump, dos candidatos con niveles de impopularidad sin precedentes.

Por Francisco Alcácer, Enviado Especial

Washington, 07 de noviembre_ Télam_ RAM_ Un récord de más de 200 millones de personas están habilitadas para votar en los comicios, en los que Clinton aspira a convertirse en la primera mujer en la historia en llegar a la Casa Blanca y Trump busca capitalizar el descontento con la clase política tradicional y acceder a su primer cargo en la gestión pública.

El ganador sucederá al demócrata Barack Obama, el primer presidente negro del país, quien deja el poder con un alto nivel de popularidad tras dos mandatos con logros como recomponer los lazos con los aliados tradicionales tras la invasión unilateral de Irak de 2003 y sacar a la nación de su peor crisis económica en 80 años.

Con todas las miradas sobre la carrera por la Presidencia, los comicios también renovarán la composición del Congreso, algo clave para el margen de maniobra del futuro presidente, dando a los demócratas una excelente oportunidad de retomar el Senado y socavar el amplio control republicano de la Cámara de Representantes.

Clinton, de 69 años, y Trump, de 70, llegan al día más esperado del largo año electoral -que incluyó la peleada interna estado por estado de sus respectivos partidos y las convenciones de nominación oficial de los candidatos- en un virtual empate en intención de voto, lo que extiende la incertidumbre hasta el minuto final.

Las últimas encuestas muestran a Clinton entre tres y cinco puntos por encima de su rival republicano, aunque los promedios de los sondeos más recientes apuntan a un final de bandera verde, con Trump liderando en algunos de los estados más decisivos a la hora de alzarse con el premio mayor de la Casa Blanca.

El presidente de Estados Unidos no es elegido directamente por el voto popular, sino de manera indirecta por un Colegio Electoral, y todos los analistas coinciden en que Trump tiene un camino mucho más angosto y difícil que su adversaria para alcanzar los 270 votos electorales necesarios para llegar a la Presidencia.

Así, la batalla se definirá en un puñado de unos 12 estados clave que suelen cambiar de manos de una elección a otra, de los cuales Florida es el más poblado y valioso, con 29 votos electorales. No hay forma de que Trump gane sin ganar Florida, donde Clinton lo aventaja hoy por un punto porcentual en el promedio de encuestas.

En una nueva señal de alarma para el republicano, tres nuevos sondeos mostraron hoy que Trump sigue sin poder superar su techo del 43% de intención de voto a nivel nacional, lo que habla de su persistente incapacidad de ampliar sus apoyos a los votantes indecisos, los independientes o los integrantes de minorías.

No obstante, Trump mantiene su principal base de apoyo, los blancos con bajo a medio nivel educativo, pese a lo cual, sin ser capaz de expandir su base, tiene muy difícil tocar el 45% a nivel nacional o ganar los estados clave, en especial los más diversos, como Florida, Colorado o aun la republicana Arizona.

Estos estados tienen importantes comunidades de latinos, a quienes Trump ofendió profundamente durante la campaña, acusando a los inmigantes mexicanos de «violadores» y narcotraficantes y prometiendo construir un muro de concreto en la frontera con México para detener el ingreso de drogas y de indocumentados.

Clinton recibió el domingo una buena noticia, cuando el director de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI), James Comey, informó al Congreso no haber hallado pruebas de que la demócrata deba enfrentar un proceso penal por haber usado una cuenta de email personal, y no la oficial, cuando fue secretaria de Estado.

La popularidad de Clinton, a quien se ve como una mujer dada al ocultamiento y un símbolo de un establishment político rechazado por la sociedad, se había desplomado cuando Comey reabrió, ocho días antes, una investigación sobre si había expuesto información clasificada usando su servidor de email.

Para los seguidores de Trump -y también para muchos otros estadounidenses-, Clinton es además uno de los ejemplos más acabados de la corrupción de la élite política del país.

Los sondeos se habían puesto parejos el mes pasado cuando Trump empezó a recuperar terreno luego de enfrentar acusaciones de abuso sexual tras la aparición de un video de 2005 en el que afirmaba poder tomar a las mujeres impunemente de sus partes íntimas gracias al hecho de ser un poderoso y célebre millonario.

El magnate neoyorquino, quien llevó adelante una campaña populista y nacionalista que caló hondo entre los blancos de clase trabajadora aquejados por la desindustrialización de algunas zonas del país y la pérdida de puestos de empleo, aterrizó hoy temprano en Florida, donde fue recibido por una multitud.

Luego de Florida, el republicano tenía previsto actos en Carolina del Norte, Pensilvania y New Hampshire, antes de su cierre de campaña por la noche en Michigan.

Trump ha prometido deshacer el legado progresista de Obama, incluyendo su histórica reforma de Salud, así como reconstruir unas Fuerzas Armadas agotadas, renegociar acuerdos de libre comercio y revisar las alianzas del país.

Clinton, por su parte, arribó hoy a Pensilvania, donde tenía agendados tres actos en sendas ciudades, incluyendo uno en Filadelfia en la que estará acompañada por Obama y su mujer, Michelle, su marido, el ex presidente Bill Clinton, y su hija Chelsea.

La demócrata, cuyo apoyo se basa en las mujeres de mayor nivel educativo y los miembros de minorías, como afroestadounidenses, latinos, la comunidad LGBT, judíos y asiático-estadounidenses, cerrará su campaña por la noche en Raleigh, Carolina del Norte, en un acto con su esposo y su hija.

Hillary ha prometido continuar los logros de Obama pero también corregir lo perfectible, así como mantener las alianzas tradicionales del país en la escena internacional. Su plataforma económica incluye una fuerte suba de impuestos a los más ricos y una rebaja de la carga fiscal para aquellos con menos ingresos.

Clinton y Trump llegarán este martes a Nueva York, la ciudad elegida por los dos para dar sus esperados discursos de victoria luego de que se conozca quién será, durante los próximos cuatro años, el presidente número 45 de Estados Unidos. 

Así llegan Hillary Clinton y Donald Trump a la recta final de las elecciones

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La noche del martes 8 de noviembre se conocerá quién será el nuevo presidente de los Estados Unidos.

El partido demócrata ganó las últimas dos elecciones presidenciales con Barack Obama como candidato. ¿Romperá Donald Trump esa tendencia o la reafirmará Hillary Clinton?

La demócrata Hillary Clinton y el republicano Donald Trump definirán este martes 8 de noviembre quién será el nuevo presidente de los Estados Unidos. La primera es la gran favorita para ganar las elecciones. Según FiveThirtyEight, tiene 68% de probabilidades de alcanzar la victoria, tomando como referencia las encuestas, los datos de otros procesos presidenciales y cifras económicas. Sin embargo, una encuesta de ABC News y Washington Post dice que su ventaja es bastante más ligera y que es posible un final reñido.

Sistema electoral. Los presidentes en Estados Unidos no son elegidos en base a cuántos votos reciben. El sistema es a través del voto indirecto y la gente elige a los llamados electores. Son 538 en todo el país, distribuidos en los 50 estados y en el distrito de Columbia. Los estados más poblados tienen más y los menos poblados, una cifra menor. Funciona así: las personas votan por el candidato de su preferencia. En todos los estados (menos en Maine y Nebraska), el candidato ganador se lleva el voto de todos los electores. A través de ese sistema, la gente le orden a los electores de sus estados cómo deben votar.

Al final del proceso, se reúnen en un Colegio Electoral para emitir el voto que los votantes les han encargado. Gana el candidato que obtenga 270 electores o más. Una nota de CNN Español lo resume así: «Si ganas el 60% de los votos en California, obtienes todos los electores de ese estado. Por ejemplo, en 2012, Obama se llevó el 51% de los votos a nivel nacional, lo que se tradujo en el 61% de los votos del Colegio Electoral». California es el estado con más electores con 55. Le sigue Texas con 38% y Nueva York con 29.

Estas elecciones son efectivamente una suma de 51 elecciones separadas y simultáneas (50 estados más Columbia), en vez de una nacional. Cada estado tiene una cantidad de electores igual al número de sus senadores y representantes en el Congreso.

Perfiles distintos. Clinton es vista por la prensa de su país como la persona que continuará el camino de Barack Obama, pero también es considerada una política más conservadora, más proclive al uso de la fuerza en conflictos internacionales. Además, es una miembro de la clase política tradicional de ese país, luego de ser primera dama durante la presidencia de su esposo Bill Clinton (1992-2000) y secretaria de Estado con Obama.

Trump ha proyectado la imagen de un ultraconservador outsider. Pese a que es un magnate inmobiliario, es visto como un forastero dentro de su partido, una persona que no ha hecho la carrera política regular, que nunca ocupó un cargo público. Sus abiertas expresiones sexistas y su ataque contra los inmigrantes le han valido el rechazo de un importante sector del Partido Republicano, pese a que este suele ser llamado un movimiento conservador.

Manchados por denuncias. Los dos llegan salpicados por los escándalos a esta recta final. La demócrata tuvo que admitir que como secretaria de Estado usó un correo personal para asuntos de trabajo, pese a que esto no está permitido. Trump es mediáticamente el más afectado tras revelarse audios en los cuales usaba un lenguaje ofensivo contra las mujeres y admitía haber sido infiel. También han aparecido diversas mujeres acusándolo de acoso sexual.

Pese a todos estos problemas y contratiempos, uno de los dos será el nuevo presidente de Estados Unidos. RPP Noticias hará un seguimiento minuto a minuto el día de las elecciones para que estés informado de todos los detalles y resultados.

Hillary Clinton, de feminista y contestaria a candidata del establecimiento

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Por María Laura Carpineta

Washington, 07 de noviembre_ Télam_ RAM_ Hace más de 20 años que Hillary Clinton está de una u otra manera en el centro de la escena política estadounidense y hace más de 40 que eligió influenciar el destino de su país, como parte del comité acusador del juicio político a Richard Nixon.

A lo largo de este recorrido sus detractores la acusaron de feminista, izquierdista, estratega, ambiciosa, belicista, amiga de los bancos y elitista.

En más de una ocasión la actual primera dama, Michelle Obama, describió a Clinton como «la persona con más experiencia que haya aspirado a la Casa Blanca». Su currículum lo confirma: primera dama del estado de Arkansas en los 80s, primera dama de Estados Unidos en los 90s, senadora por Nueva York en la primera década del siglo XXI y secretaria de Estado durante el primer mandato de Barack Obama.

Pero la sucesión de cargos no alcanza para contar y explicar la dimensión de su recorrido desde su aparición como una joven idealista y avasallante hasta convertirse en una de las mujeres más poderosas de Estados Unidos y, quizás, su primera presidenta.

Hillary Diane Rodham nació hace 69 años en Chicago y tuvo una educación de élite durante los movilizantes años 60 y 70. Antes de cumplir los 28 años ya había trabajado como abogada ad honorem para pobres, había investigado las condiciones de los trabajadores inmigrantes y cómo el sistema de salud trata los casos de abusos infantiles, y había participado del juicio político contra Nixon.

Todo indicaba que esa joven abogada tenía un futuro en la capital estadounidense, pero decidió abandonar el hervidero político que era entonces Washington para acompañar a su novio, un también joven Bill Clinton, al estado sureño de Arkansas.

Allí, se casaron y Clinton lo acompañó -lejos del foco de la mirada pública y relegando sus propias aspiraciones- en derrotas y victorias electorales hasta que Bill se consagró como gobernador y una de las promesas del Partido Demócrata.

Abandonó su apellido, se dedicó a impulsar una reforma de educación -un tema vinculado a los niños y, por lo tanto, aceptable para una primera dama- e incluso dejó de lado su intención de presentarse como candidata a gobernadora de Arkansas.

«Hillary es la estratega y la pragmática, Bill el intelectual y el candidato», recordó una persona de su entorno al New Yorker en los años noventa, cuando la primera dama obnubilaba a Washington con su plan de reforma de Salud.

El propio Bill reconoció esta distinción cuando contó que fue Hillary quien lo convenció de no presentarse como candidato a la Casa Blanca en 1988 y esperar hasta la próxima elección.

«Ella pensaba que en el 88 todavía teníamos una situación económica razonablemente buena, que las consecuencias adversas de la política de (Ronald) Reagan aún no eran totalmente evidentes para la mayoría de los votantes y que en el 92 sí lo serían», recordó el ex presidente al New Yorker.

De vuelta en Washington, Hillary recuperó su protagonismo e hizo lo que ninguna primera dama estadounidense había hecho antes: se puso a hacer política como una dirigente.

Presentó, defendió, negoció y se peleó públicamente por una reforma de Salud que revolucionó el debate en Washington, puso en pie de guerra a los republicanos y, finalmente, fracasó antes de ser votada en el Congreso. Tendría que esperar 15 años para ver su sueño hecho realidad de la mano de Obama.

Durante este período los medios la tildaron de «santa», «izquierdista» y «líder idealista», pero cuando la propuesta de reforma fracasó, Clinton volvió a optar por un perfil bajo.

Justo en ese momento, comenzaron a surgir los escándalos financieros, políticos y sexuales, y Clinton siempre, sin importar las acusaciones y los embates, se mantuvo firme junto a su esposo.

Para el último año del gobierno de Bill Clinton, la familia presidencial había quedado muy golpeada por el juicio político en el Congreso por el affaire con la entonces joven pasante, Monica Lewinsky.

La brillante carrera política de Hillary Clinton parecía haberse opacado, pero la primera dama demostró que aún le quedaban cartas por jugar y energía para pelear y convenció al Partido Demócrata de apoyar su candidatura como la primera senadora federal mujer por Nueva York en la historia.

Caminó todo el estado, visitó cada una de sus localidades, aún los pueblos más chicos, y desplegó un carisma que en los últimos años parece haber perdido.

Ganó la banca, se catapultó como una figura central en el Congreso con el debate después de los atentados del 2001, apoyó la invasión en Irak en 2003, pero luego fue una de las críticas de la política de George W. Bush.

Según un perfil poco elogioso publicado hace unos meses en el diario The New York Times, durante sus dos mandatos como senadora federal, Clinton se dedicó a construir buenos vínculos con el sector de Defensa -público y privado- y se erigió como una de las dirigentes capaces de sellar acuerdos bipartidistas.

Tras haberse probado como una funcionaria electa durante casi una década y escalar dentro del Partido Demócrata, Clinton se sintió lista para volver a la Casa Blanca, ahora como Comandante en Jefe.

Era la favorita, pero la irrupción de un joven carismático que nadie esperaba, Barack Obama, cambió completamente la ecuación y polarizó al partido.

Más tarde, Obama intentó cerrar la grieta y la convenció de ser su secretaria de Estado.

Durante más de cuatro años -renunció poco después del inicio del segundo mandato de Obama- recorrió el mundo entero como ningún secretario de Estado había hecho antes y construyó una red de contactos con líderes internacionales, que mantuvo más tarde como donantes y socios de la Fundación Clinton, una organización fundada por su esposo para combatir la pobreza.

Encabezó la hoy cuestionada ofensiva militar contra la Libia de Muammar Kaddafi, la búsqueda y asesinato de Osama Ben Laden en Pakistán y todavía muchos la critican por su manejo del ataque a la embajada estadounidense en 2012 en Libia, que terminó con el embajador muerto.

Pese a las críticas que dejó su gestión en el Departamento de Estado, cuando llegó la hora de la campaña presidencial, otra vez se instaló como la favorita de los pronósticos mediáticos. Sin una sorpresa disruptiva como la de Obama en 2008 y tras aprender de sus errores de campaña, consiguió imponerse en unas primarias muy calientes.

Como había prometido hace ocho años cuando concedió su derrota en las primarias presidenciales, Clinton prometió a sus seguidores y a si misma «romper el techo de cristal» y convertirse en la primera mujer en dirigir al país más poderoso del mundo.

Donald Trump, el millonario que puede ser presidente de EEUU

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Por Daniel Amoedo Barreiro

Washington, 07 de noviembre_ Télam_ RAM_ Nada lo detiene, ni siquiera los comentarios racistas y ofensivos que recientemente dedicó a la comunidad hispana en Estados Unidos, que cuenta con más de 55 millones de electores en el país. El excéntrico Donald Trump no tiene ningún reparo en llamar “violadores y narcotraficantes” a los mexicanos y luego querellarse contra un chef español que, ofendido por sus comentarios xenófobos, se negó a abrir un restaurante en un hotel de lujo propiedad del magnate.

Tampoco se sonroja el millonario estadounidense al amenazar con obligar a los mexicanos a pagar la construcción de un muro en la frontera que limita ambos países. Nada parece hacerle daño, y no sólo logra salir indemne de los escándalos que hubieran sacado de la carrera presidencial a cualquier otro candidato: el debate mediático parece fortalecerlo.

Grandes multinacionales le dieron la espalda tras los desafortunados comentarios, pero aun así se mantiene en la carrera presidencial. Empresas como NBC, Univisión o Televisa, con grandes intereses en el público latinoamericano le quitaron su apoyo, cuestión de no poca importancia en Estados Unidos, donde la gran mayoria de las campañas se solventan con aportes del sector privado.

Pero Donald Trump no necesita de anunciantes ni de los apoyos económicos de los holdings, lo que le permite tomarse la libertad de decir literalmente lo que dé la gana. Incluso se dio el lujo de bromear acerca de John McCain, un peso pesado dentro del partido y además héroe de guerra, del que insinuó su cobardía al decir que se dejó capturar durante la guerra de Vietnam.

Nada de esto disminuyó la popularidad de Trump entre las bases republicanas, e incluso hizo que que se perfilara, hoy por hoy, como el precandidato con más chances de ganar la candidatura del partido conservador para los próximos generales de Estados Unidos.

La cúpula del partido republicano está alarmada por los sondeos, que declaran al magnate como favorito. Pocos encuentran explicación a la irracionalidad en los seguidores de Trump, pero éste conoce cómo y a quién dirigirse. Ése es el secreto de su éxito.

Donald Trump exagera los prejuicios de la derecha y los explota con astucia, y obtiene además un eco considerable de su mensaje en varios de los congresistas que provienen de las zonas donde reside la mayor parte de su base electoral.

Donald Trump parece estar viviendo una auténtica luna de miel en las encuestas, su propio “american dream” a la estadounidense. El magnate, de momento mantiene a gran parte de la población presa del “show business” al más puro estilo sensacionalista. Hasta dónde llegará este “efecto Trump” y lo que conseguirá con sus exabruptos y shows mediáticos, está aún por verse. Nació en Queens, Nueva York en junio de 1946. Hijo de un empresario inmobiliario y su madre era inmigrante de origen escocés, sus abuelos eran inmigrantes alemanes. A los 13 años fue enviado a la Academia Militar de Nueva York por tener problemas de mala conducta. Estudió en la Escuela de Negocios de Wharton, donde se graduó en 1986 y en 1971 comenzó a liderar la compañía de su familia Elizabeth Trump & Son, que más adelante se llamaría Trump Organization.

Fue en 1990 que la empresa entró en bancarrota comercial, pero logró recuperarla en los años posteriores. Se casó con Ivana Zelníčková y tuvieron tres hijos, se divorciaron en 1992. Luego, en 1993 se casó con Marla Maples y tuvo una hija, pero se divorciaron en 1999. Más adelante, se casó con la modelo Melania Knauss en 2005 y tuvieron un hijo en 2006.

Actualmente, posee acciones de la Organización que realiza Miss Universo, Miss Estados Unidos y Miss Estados Unidos Adolescente junto a la cadena NBC. Además, su empresa administra propiedades en Panamá, Brasil, el Caribe y diferentes estados norteamericanos, así como Trump Entertaiment tiene variedad de casinos. En la cadena NBC estrenó su reality show “The Appentice” en 2005, donde empresarios compiten por USD$250 mil dólares y un contrato para dirigir una de sus compañías. No renovó su contrato con la cadena en febrero de 2015.

Por su parte, Trump ha colaborado en  los libros “The Art of the Deal” en 1987; How to Get Rich” en 2004; The Best Golf Advice I Ever Received” en 2005; entre otros. Donald Trump ha apoyado las campañas de Mitt Rommey y Ronald Reagan, pero desestimó la nacionalidad y calificaciones de Barack Obama para entrar a Harvard.

Ganó las primarias en California con su candidatura presidencial del Partido de la Reforma en el 2000. Se especulaba lanzaría su candidatura para 2012, pero en mayo de 2011 desmintió el rumor y pocos meses después fue calificado como admirado por la encuesta USA Today. Lanzó su candidatua en junio de 2015, donde aceptó su desagrado por el avance tecnológico de China y la presencia de inmigrantes mexicanos en territorio estadounidense.

Su campaña a la Casa Blanca se ha caracterizado por sus comentarios polémicos, por lo que Televisa y Teletica han roto sus lazos con el empresario. Otros personalidades también han demostrado su desapruebo con sus políticas para con los inmigrantes y racismo, entre ellos Agelina Jolie, Cher, Mark Zuckerberg, Alicia Machado y otros más.

De la misma manera, ha declarado que el calentamiento global es un engaño “creado por los chinos para que Estados Unidos pierdan competitividad”. El principal lema de su campaña es: “”We are going to make our country great again” junto él, compite por la vicepresidencia Mike Pence. 

Clinton vs Trump, round definitivo por la presidencia de los Estados Unidos

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Washington, 07 de noviembre_ RAM_ La demócrata Hillary Clinton y el republicano Donald Trump realizaron este lunes el último esfuerzo para mantener vivas sus aspiraciones de llegar a la Casa Blanca, en la última página de una campaña histórica en Estados Unidos.

A pocas horas de las elecciones de Estados Unidos, los candidatos siguen recorriendo el país en busca de captar el voto indeciso de los estados clave. También se siguen divulgando los últimos sondeos de cara a lo que ocurrirá este martes 8 de noviembre.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, pidió este lunes a sus conciudadanos que apoyen a Hillary Clinton en las elecciones del martes para que lo suceda en la Casa Blanca.

El voto anticipado en las elecciones de EE.UU. apunta dos tendencias claras: los latinos acuden a las urnas con más pasión que en anteriores comicios, lo que beneficia a Hillary Clinton, pero los afroamericanos muestran mayor desgano, lo que favorece a Donald Trump.

Los sondeos muestran una carrera apretada, pero inclinándose hacia Clinton. Donald Trump apuró sus últimas horas de campaña en Florida para acusar a su rival demócrata, Hillary Clinton, de estar protegida por un sistema “manipulado” en referencia a la decisión del FBI de exonerarla por el caso de sus correos electrónicos.

No existe un esfuerzo sistemático de fraude en la elección presidencial del martes en Estados Unidos, donde millones ya han votado en forma anticipada, indicó la jefa de la misión de observación de la OEA, Laura Chinchilla, contradiciendo las denuncias del candidato republicano Donald Trump.

Después de algo más de un año de marchas y contramarchas, dramas inesperados y una serie sin precedentes de escándalos de todo tipo, para la ex secretaria de Estado y el polémico millonario llegó el momento de poner todas las cartas sobre la mesa.

Al iniciar el último día de campaña, Hillary Clinton se comprometió este lunes a trabajar por la unión nacional, en caso de que llegue a la Casa Blanca.

«Tengo mucho trabajo para hacer para unificar el país. Realmente quiero ser la presidenta para todos, para personas que votaron por mí y personas que han votado contra mí», dijo a la prensa.

Por su parte, en un acto público en Sarasota, Florida, Trumo dijo que una victoria suya en la elección del martes representaría un golpe letal a lo que llamó el «establishment corrupto de Washington».

«Clinton es protegida por un sistema totalmente tramposo. Y ahora los estadounidenses mañana harán justicia en las urnas», expresó, para añadir que quería que «el establishment corrupto de Washington escuche: si ganamos, vamos a drenar ese pantano».

«¡Drenen el pantano, drenen el pantano!», gritaba la multitud.

Una nueva encuesta le da cuatro puntos de ventaja a Clinton

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Washington, 07 de noviembre_ Télam_ RAM_ Un día antes de que los estadounidenses acudan a las urnas para elegir a su nuevo presidente y 24 horas después de que el FBI diera por cerrado el escándalo de los emails, nuevos sondeos dan a la candidata demócrata, Hillary Clinton, una ventaja de entre 3 y 4 puntos sobre su rival, el republicano Donald Trump.

Un sondeo de Selzer&Co realizado para Bloomberg, registra que Clinton obtendría el 44% mientras que Trump se haría con el 41%.

Por su parte, el candidato libertario Gary Johnson obtendría el 4% y la candidata del Partido Verde, Jill Stein, el 2%, de acuerdo al sondeo publicado publicado por la cadena ABC y el diario Washington Post y reproducido por la agencia de noticias Europa Press.

En tanto, el promedio nacional de encuestas publicado por el portal de análisis político «Real Clear Politics» asigna una ventaja más modesta (de dos puntos) a la candidata demócrata, que logra un 46,4% frente a un 44,4 del republicano.

El sondeo se publica un día después de que la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) de Estados Unidos anunciara que no encontró evidencias de conducta criminal en la candidata demócrata.

Luego de revisar todos los mensajes de correo electrónico enviados y recibidos por Clinton cuando era secretaria de Estado, el jefe de ese organismo, James Comey, informó en una carta al Congreso que no cambiaron «las conclusiones expresadas en julio», en similar sentido.

El propio Comey había agitado la campaña electoral al anunciar el 28 de octubre que el FBI estaba examinando el correo electrónico de Clinton, tras la investigación, concluida en julio pasado, sobre el uso de un servidor privado para esos mensajes por parte de la candidata mientras era secretaria de Estado.

Trump advirtió el impulso que el anuncio podía traer a la campaña de su rival y denunció que no es posible «revisar 650.000 correos en ocho días».

En un mitin en Michigan, Trump aseguró que la investigación sobre los correos electrónicos de su rival por la Casa Blanca «no va a desaparecer», y pidió acudir a las urnas el próximo martes para acabar, según dijo, con «un sistema que protege a Clinton y nos roba los trabajos y los manda a México».

Menos de 24 horas antes del inicio de la crucial jornada electoral, Trump mantiene una ventaja de 16 puntos con respecto a Clinton entre los votantes blancos -53% frente al 37% -, mientras que la ex secretaria de Estado obtiene su respaldo mayoritario de los afroamericanos -89% frente al 7%.- y entre los hispanos -71% frente al 19%-.

Por otra parte, los dos candidatos siguen siendo los más impopulares desde que ambos medios comenzaron a realizar sus encuestas en 1984.

Así, el 60% de los probables votantes ven de forma desfavorable a Trump y el 56% opinan lo mismo de Clinton.

La impopularidad de ambos explica el hecho de que el 51% ciento de quienes dicen que van a votar a Trump lo hagan por no votar a Clinton, frente al 42% de los votantes de Clinton, que lo hacen por la razón inversa.

Para Trump, las elecciones serán «un Brexit a la enésima potencia»

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Washington, 07 de noviembre_ Télam_ RAM_ A horas del inicio de las elecciones presidenciales, el candidato republicano Donald Trump volvió a darle un tono dramático a esta campaña y pronosticó que los comicios de mañana «serán un Brexit a la enésima potencia», en referencia al referéndum que decidió la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE).

  Durante la maratónica gira realizada en la última jornada de campaña, que incluye actos en cuatro estados, el magnate inmobiliario apeló a un recurso inédito: comparó las elecciones presidenciales con el Brexit.

Durante un acto en Carolina del Norte, Trump anticipó que «las elecciones serán una Brexit a la enésima potencia», según la agencia de noticias ANSA.

En Reino Unido, todas las encuestas pronosticaban una victoria de la permanencia en la UE. Trump intenta hacer un paralelismo ya que la mayoría de los sondeos lo dan apenas por debajo de su rival, Hillary Clinton.

Antes, en otro acto de campaña realizado en Florida, que junto a Pensilvania y New Hamphsire completan la última hoja de ruta de cara a los comicios de mañana, el candidato republicano cargó contra la decisión del Buró Federal de Investigaciones (FBI) de no presentar cargos contra su rival demócrata, Clinton, y acusó a la candidata oficialista de estar protegida «por una clase dirigente en Washington completamente corrupta»

De esta manera, el magnate republicano volvió a sembrar dudas sobre la investigación del FBI, que terminó exonerándola de posibles filtraciones de información clasificada a través de su cuenta de correo electrónico privado.

«Está protegida por un sistema totalmente manipulado (…), por una clase dirigente en Washington completamente corrupta», afirmó Trump durante un acto electoral en la ciudad de Sarasota, en la costa suroeste del estado de Florida, una de las piezas más codiciadas por ambos candidatos.

El magnate neoyorquino centró su discurso en los ataques contra la candidata demócrata y llamó a los estadounidenses a votar por él para «acabar con un gobierno de corrupción».

Ayer, el director del FBI, James Comey, informó al Congreso que no hay razones para presentar cargos, como ya había concluido en julio pasado, tras una primera investigación contra Clinton por el uso de sus correos electrónicos del Departamento de Estado.

Hace dos semanas, Comey informó al país que habían encontrado nuevos emails y que reabrían la investigación, lo que desató la ira de la cúpula oficialista y coincidió con un repunte de Trump en las encuestas.

La estrategia de Trump no sólo se concentra en atacar a su rival demócrata, sino en ganar el apoyo de las minorías, que según las encuestas favorecen en su mayoría a Clinton.

A la caza del voto latino, el candidato republicano hizo hoy reiteradas apelaciones a los puertorriqueños, cubanos, venezolanos, cubanos, dominicanos y haitianos, y los unificó dentro de una «maravillosa comunidad».

Pese a sus pasados comentarios xenófobos contra mexicanos e inmigrantes, Trump ahora prometió que será «un campeón que nunca los dejará caer».

Además aseguró que si llega a la Casa Blanca, brindará su apoyo a la población cubana frente a la «opresión tremenda de los Castro» y defenderá la «libertad en Venezuela», aunque dejó en claro que el pilar de su programa es «Estados Unidos primero».

En su discurso, el empresario inmobiliario buscó demostrar una «gran pérdida en el empleo» en los últimos años e hizo una encendida defensa de su plan para «traer empleos al país, donde se han perdido 70.000 fábricas».

También prometió que renegociará los tratados de libre comercio como el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Nafta) y advirtió que gravará con un impuesto del 35% a los artículos de empresas que se trasladen al extranjero e importen, luego, sus productos.

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