CNE avaló grupo de las Farc “Voces de Paz” como movimiento político
El presidente del CNE, Alexander Vega, informó que prácticamente por unanimidad, los magistrados otorgaron el registro al movimiento político del que hacen parte Jairo Estrada Álvarez, Pablo Cruz, Judith Maldonado, Francisco Tolosa, Jairo Rivera e Imelda Daza.
“El reconocimiento de este grupo de ciudadanos es transitorio. Sólo va a durar hasta cuando se cree el partido político que propongan las Farc, luego de la entrega de las armas, como dicen los acuerdos”, dijo el magistrado ponente Héctor Elí Rojas, al aclarar que esto significa que no tendrán derecho a financiación política, ni a otorgar avales.
“Serán las Farc –directamente o a través de sus apoderados– las que propongan la creación del partido político, pero hay que recordar que eso no va a ocurrir sino cuando termine la dejación de armas, como dice el acuerdo”, aseguró el magistrado.
Esta decisión del CNE, que partió de la ponencia del magistrado Héctor Helí Rojas, no contempla la posibilidad de que Voces de Paz pueda recibir financiación pública ni otorgar avales, al no tratarse de un partido político.
“La organización podrá hacer actividad política y tendrá todas las garantías por parte del Estado”, aseguró Vega, quien resaltó el hecho de que esta decisión se haya tomado con el concurso de todos los magistrados, salvo Ángela Hernández.
Indicó, que este es el paso previo a la conformación del partido político de las Farc una vez se desarmen.
“Tiene el reconocimiento de la organización electoral; podrán hacer actividad política pero ya tendrán toda la protección como agrupación política” agregó.
A raíz de los acuerdos suscritos entre el Gobierno y las Farc, la agrupación Voces de Paz cuenta actualmente con tres voceros en Senado y tres en Cámara de Representantes que participan en la deliberación de los proyectos de implementación de los acuerdos de paz pero no cuentan con derecho al voto.
Por ello, la decisión que tomó el CNE es importante pues, con ese respaldo, ejercerán con mayor legitimidad su vocería al interior del Congreso, en los debates del ‘fast track’.