lunes noviembre 18 de 2024

Hugo González y sus 10 razones para dispararse un ¡Bang!

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Hugo Andrés González, líder de la agrupación rockera Cactopus, con la adrenalina al máximo, en el lanzamiento de ¡Bang!, su nueva producción musical. Foto: Archivo particular

Ricardo Rondón Ch.

La Pluma & La Herida

http://laplumalaherida.blogspot.com/

¡Bang!

 El hombre descargó la guitarra y el reflector azul metileno apuntó a su rostro bañado en sudor. Fueron dos horas largas de descarga rockera con la batería de Julián Castro, con el bajo de Luis Ernesto Piñeros, con la guitarra de Alejandro Villegas, con el gentío excitado de las dos plantas que abarrotó Ozzy, ese bar de la avenida Boyacá, en Bogotá, que rememora fondas y talanqueras con estacionamientos de harlystas de las películas gringas de los 70 y 80.

¡Bang!

Hugo Andrés González, bogotano, en la franja hiperactiva de la treintañez, barba tupida y cerrada, pómulos sanguíneos, mirada atenta de castor, desmontó de su pecho la Fender curvilínea, como el amante que acaba de fundir el termostato por una sobrecarga adrenalínica con la hembra más aplaudida de la noche, aún con el vibrato de sus cuerdas, seductora, libertina, piel caramelo, capaz de producir esa explosión orgásmica en la virtud de su ejecutante, y del estímulo generacional de la única revolución que ha cobrado validez en el mundo contemporáneo: el Rock.

Portada de ¡Bang!, el extraordinario logro discográfico de Cactopus Banda, liderada por el músico, sonidista, compositor e intérprete bogotano Hugo González. Foto Archivo particular

Portada de ¡Bang!, el extraordinario logro discográfico de Cactopus Banda, liderada por el músico, sonidista, compositor e intérprete bogotano Hugo González. Foto Archivo particular

¡Bang!

Cactopus, la banda (tributo a Cactus, la legendaria agrupación norteamericana, Long Island, Nueva York, fundada en 1969 por Carmine Appice y Tim Bogert, y a la letra emblemática de Syd Barrett, uno de los fundadores de Pink Floyd), recogía esa noche un nuevo fruto, ¡Bang!, preciada cosecha de esta joven agrupación, la del rock que no miente, con el pulso, la academia y la consagración de cuatro músicos dispuestos a reivindicar la identidad del género en su legitimidad, sin ayudas tecnológicas, con un sonido propio, contundente, veraz.

¡Bang!

Es el título del segundo álbum de Cactopus, la banda liderada por Hugo González, músico de largo aliento con estudios de guitarra clásica, jazz, blues y flamenco de la Universidad Incca de Colombia, placeado con honrosos comentarios en diferentes festivales como Rock al Parque (2014), el Festival de Blues La Libelula Dorada,  y en el certamen Viva Rock Latina (2015), que tuvo como sede el Hard Rock Café de Bogotá.

La banda en pleno, durante el lanzamiento de ¡Bang!, en Ozzy bar, en Bogotá. Foto: La Pluma & La Herida

La banda en pleno, durante el lanzamiento de ¡Bang!, en Ozzy bar, en Bogotá. Foto: La Pluma & La Herida

¡Bang!

Que es una onomatopeya alegórica a Sex Pistols y a la simbología de Guns N’ Roses, más no una apología al armamentismo, sino todo lo contrario, a acallar la violencia y la irracionalidad con lo sensato y razonable que confiere la música, incluye seis composiciones, autoría de Hugo, en la línea del rock alternativo, de ese rock gustador, inspirado en vivencias propias y opuestas, en una incesante búsqueda personal de expresión artística, renovación, propuestas, ideas. Así fueron germinando: Caminante, Nunca más, Ave, La furia del día y ¡Bang!, que da nombre a la producción.

¡Bang!

Es el resultado de varios años de trabajo y experiencias melódicas y armónicas a partir de la devoción y el respeto que Cactopus siente por el Blues (caudalosa e inagotable vertiente del Rock, del Jazz, y de cualquier cantidad de subgéneros), y de bandas pioneras como Pink Floyd, Clutch, Led Zeppelin, Black Sabath, Rolling Stones, Deep Purple, Íncubus, Red Fang, Foo Fighters, Muse the Class, Sex Pistols, y por supuesto Cactus, entre otras.

Carátula del primer trabajo discográfico de Cactopus Banda. Foto: Archivo particular

Carátula del primer trabajo discográfico de Cactopus Banda. Foto: Archivo particular

¡Bang!

Las letras de ¡Bang! escapan de los trillados convencionalismos y obviedades que atosigan el rock criollo con sus locomotoras de chocolate, sus jardines primaverales de mariposas multicolores negadas a intrusos y cazadores, y almohadas de algodón almibarado solo disponibles para reyezuelos y princesas dormilonas. Las composiciones de ¡Bang! están adheridas a la realidad cotidiana; son contestatarias, urgen la protesta al poder cínico, corrupto, amañado, y en consecuencia, a una sociedad manejada a control remoto por las tecnologías y la sociedad de consumo.

¡Bang!

Los vídeos interactivos de ¡Bang! proponen reflexiones alrededor de la contracultura, el hostigamiento mediático, el detritus contaminante de las redes sociales, la superproducción, el capitalismo salvaje, la carencia de identidad, los remedos sociales, la egolatría, la indiferencia del hombre ante su semejante. Hay imágenes en Manga de ambigua interpretación, por ejemplo, un alienígena desprotegido en el último rincón del planeta, que a la vez puede ser el cadáver de un niño, víctima de la desnutrición, en el desierto guajiro.

Cactopus Banda en la tarima de Rock al Parque, versión 2014. Foto: Archivo particular

Cactopus Banda en la tarima de Rock al Parque, versión 2014. Foto: Archivo particular

¡Bang!

Hugo Andrés González, guitarrista, sonidista , compositor, intérprete, celebra con ¡Bang! los primeros cinco años de Cactopus, su banda, y pone de presente con su trabajo el esfuerzo y la tenacidad de sus integrantes, pero por encima de esas fortalezas que corresponden al músculo y a la adrenalina, el convencimiento de que solo a través de la vocación, la disciplina, la búsqueda y la renovación, se pueden lograr resultados cruciales, en el capítulo del arte, los que conllevan a la memoria y al culto imperecederos.

¡Bang!

El estuche y el diseño de cubierta de ¡Bang! está inspirado en las cajas antológicas de los puros cubanos: Cohibas, Montecristos, Partagás, que por centurias le han dado la vuelta al mundo en novelescos puertos y en glamurosas capitales. El concepto también fue un oportuno cabezazo (a lo Sergio Ramos, Real Madrid) de su líder, que propone honras y apegos al rock-blues de época, intacto en su pureza y añejamiento, el rock que nunca perderá vigencia, el rock que no miente.

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