miércoles agosto 14 de 2024

Predicciones…Y agoreros

Por Esteban Jaramillo Osorio.

Los hinchas nunca se van. Se mantienen, en las pausas de vacaciones, pegados a los medios, atentos al mercado amplificado por los periodistas para aprobar o desaprobar nuevas incorporaciones, con agradables sensaciones o desencanto limite.

La sed de fútbol, común en la época, el aficionado la sacia con la cartelera internacional, tan sabrosa, tan intensa, tan emotiva, al punto de que hay tantos seguidores de equipos colombianos como de clubes internacionales.

El torneo en Colombia, arranca sin predicciones serias por parte de los protagonistas. Los triunfos de Santa Fe, vistos por su hinchada como categóricos, despreciados por los rivales por su insuficiencia técnica y su estilo insustancial, no pronostican otra victoria con la facilidad de las últimas conquistas, porque los demás tienen la consigna de encontrarle un freno. Lo mismo ocurre con Nacional, que mantiene vivo el fuego de su supremacía, con agenda copiosa en el plano internacional y local, pero con los rivales encaminados a neutralizarlo en su producción.

El furor de los contratos ha tenido énfasis en jugadores mayores, en algunos casos de “ancianos futbolistas” resistentes al retiro.

La actualidad del balón  carece de convulsiones significativas en este aspecto y los preferidos parecen tener mas defectos que virtudes.

Hay baile de entrenadores, que andan sospechosos con su tropa de un lugar a otro. Soldados preferidos o rentables que dejan duda sobre su contratación. No se sabe si se eligen por calidad o porque pagan tributo a ciertos entrenadores o  empleados de clubes.

En el decorado aparece como  urgente la renovación arbitral. Tantos “pitos” llenos de manchas y reparos, apadrinados por  dirigentes que a la sombra debilitan sus conciencias.

El fervor incansable de la multitud le da vida al campeonato que empieza, con la piadosa comprensión a lo mal que en tantas ocasiones se juega.

En acción el año futbolero. Al final, los errores y los fracasos no serán de los jugadores ni de los directivos. Serán de los entrenadores , responsables únicos de éxitos y desplomes, porque así lo dicta  el fútbol tan complejo.

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