martes noviembre 19 de 2024

La ‘Rendición’ de Ray Loriga, Premio Alfaguara de Novela 2017

El prolífico y polifacético escritor, melómano y cineasta español Ray Loriga, ganador de la 20° edición del Premio Alfaguara de Novela, por su obra ‘Rendición’. Foto: Alfaguara

Por: Ricardo Rondón Ch.

La Pluma & La Herida

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Nuestro optimismo no está justificado, no hay señales que nos animen a pensar que algo puede mejorar…

Podría pasar por escéptico cuando dice que la búsqueda de la felicidad es un engaño, que la euforia es una pirueta efímera de la juventud que celebra al límite el éxito, el sexo y las drogas; que el amor es la más hermosa de las contradicciones, que el señuelo del triunfo, del dinero, del estatus, delciudadano ilustre, sin juicios ni valoraciones, termina por precipitar al hombre de hoy a un irremediable desconsuelo. Y que lo único sagrado que existe es la libertad.

Su obra narrativa ha sido motivo de sesudos análisis, como el laureado trabajo de Máster en Estudios Filológicos Superiores: Aproximación a la narrativa de Ray Loriga, de Beatriz de Diego Arranz, de la Universidad de Valladolid(España), presentado en 2012. Lo han rotulado como un escritor maldito, aunque él prefiere adjudicarse el de maldito escritor.

Tiene algo la generación beat de Jack Kerouac, Allen Ginsberg, Lawrence Ferlinghetti, Charles Bukowski, del mismo Andrés Caicedo (en Lo peor de todo, su primera novela), aunque él con humor agrega que no fue su intención dejar un bonito cadáver a los 25 años. Su pasión melómana por David Bowiese remite a la esquizofrenia que fue mermando la vida de su brillante hermano, quien vecino a su cuatro, trataba de desviar su locura con el placebo de su música.

‘Lo peor de todo’, su primera novela, marcó un registro trascendental en la llamada Generación X. Foto: ABC

Ray Loriga (nombre artístico de Jorge Loriga Torrenova (Madrid, España, 1967) guionista, director de cine, escritor de cuentos, relatos y novelas traducidas a varios idiomas (más de veinte libros publicados en distintos géneros), colaborador de Carlos Saura y Pedro Almodóvar, investigador y comentarista musical, ex futbolista empedernido, hincha del Real Madrid, para algunos excéntrico y provocador, se alzó la semana anterior con el Premio Alfaguara de Novela en su 20° edición.

Rendición (presentada al concurso como Victoria, con el seudónimo deSebastián Verón, alusivo al ex futbolista argentino La Bruja Verón) fue la obra ganadora por la que el autor de 50 años recibió una atractiva suma de 174.000 dólares, agregado a la escultura, ya emblemática, de este premio, del artista canario Martín Chirino.

Coincide en la activa vida narrativa de Loriga, que hace justamente 25 años publicó su primer libro, Lo peor de todo, mechita de un polvorín narrativo que ha crepitado por igual en la literatura y en el cine, con títulos editoriales de amplia repercusión como Héroes, Caídos del cielo, Trífero (o el hombre que inventó Manhattan),Tokio ya no nos quiere, El bebedor de lágrimas, Sombrero y Mississippi, Zaza, emperador de Ibiza (publicada por Alfaguara en 2014), y logros cinematográficos como el guion de Carne trémula, para Almodóvar; La pistola de mi hermano (su primer rodaje), Todos los aviones del mundo, Teresa, el cuerpo de Cristo, Ausentes, y La mujer del anarquista.

‘Rendición’ sobresalió entre 665 manuscritos de diferentes países de habla hispana que llegaron a la convocatoria. Foto: Alfaguara

Para Loriga, Rendición, su obra laureada, es una vuelta de página de todo lo anterior. Una búsqueda introspectiva que parte de una premisa que él se planteó cualquier día, y que fue el detonante de su novela: Cuando camino por la calle y veo a alguien, ese también podría ser yo.

Una suerte de cambio de piel del español después de todo lo visto, recorrido y escrito, para hacer un alto en el camino, mirarse al fondo de sí mismo, inventariar lo bueno y lo malo, lo que ha quedado por hacer, retomar sus lecturas iniciáticas de Charles Bukowski, Raymond Carver, Elías Caneti, George Orwell, Ezra Pound, Franz Kafka, Giacomo Leopardi y Jack Kerouac, y cómo no, desempolvar los discos de su mujer en ese entonces, la cantante Christina Rosenvigne, recordada intérprete de Christina y Los Subterráneos.

Quizás un repentino ataque de melancolía en la llamada edad del corazón, como el que también le pudo haber sobrevenido a Martin Scorsese cuando se le reveló el zen zen interior que le dio las luces para Silencio, su película más personal, un reencuentro con el yo espiritual de la edad temprana.

Loriga y su incursión en el cine con grandes de la cinematografía española como Carlos Saura y Pedro Almodóvar. Foto: Archivo partcilar

El resultado, cautivar al jurado del Premio Alfaguara 2017, comenzando por quien lo presidió: la venerable dama de las letras mexicanas, doña ElenaPoniatowska, quien se refirió al respecto de la novela de Loriga:

Sin caer en moralismos, a través de una voz humilde y reflexiva con inesperados golpes de humor, el autor construye una fábula luminosa sobre el destierro, la pérdida, la paternidad y los afectos.

Un acto de redención, en palabras Poniatowska, con guiños orwellianos y kafkianos, que sorprende en cada página hasta conducirnos a un final impactante que resuena en el lector tiempo después de cerrar el libro.

Loriga, a su manera, la resume como un descarar la realidad, descascararnos cuando las circunstancias ya no son las mismas; cuando nos hemos despojado, y nos han despojado; cuando los seres y las cosas a las que nos habituamos han desaparecido, o ya no son las mismas, o ya no queremos que sean las mismas.

La vuelta de página del autor es de 180 grados. Y su reflexión, desde el fondo, nos concierne a todos cuando han quedado a mitad de camino los proyectos, las conquistas, el amor; cuando solo queda el equipaje al final del viaje, y ya es demasiado tarde para una cuenta regresiva.

Tal y como despega la trama de su premiada novela:

Nuestro optimismo no está justificado, no hay señales que nos animen a pensar que algo puede mejorar. Crece solo, nuestro optimismo, como la mala hierba, después de un beso, de una charla, de un buen vino, aunque de eso ya casi no nos queda (…).

Un Loriga con aires de rockstar, y la actriz Paz Vega, durante el rodaje de ‘Teresa’, el cuerpo de Cristo’, una de sus películas más polémicas y provocadoras. Foto: Archivo particular

Rendición sobresalió entre 665 manuscritos, de los cuales 305 fueron remitidos de España, 107 de Argentina, 91 de México, 50 de Colombia, 48 deEstados Unidos, 23 de Chile, 21 de Perú y 20 de Uruguay.

El jurado, en esta edición conmemorativa de sus 20 años, estuvo presidido porElena Poniatowska, e integrado por Eva Cosculluela, Juan Cruz, Marcos Giralt Torrente, Andrés Neuman, Santiago Roncagliolo, Samanta Schweblin y Pilar Reyes (editora de Alfaguara España, con voz pero sin voto).

De la cantidad de entrevistas que a lo largo de su trayectoria ha concedido Ray Loriga a diferentes publicaciones europeas y latinoamericanas, reproducimos para esta celebración, tanto las mejores como las más insulsas y descabelladas preguntas que el autor respondió en los últimos años durante conversaciones digitales con sus seguidores, programadas por los diarios El País y El Mundode España.

En cuanto al proceso creativo, ¿qué diferencias (si existen) hay entre su forma de concebir un guion y una novela?

“El proceso es como el del minero: bajar todos los días a la mina y no encontrar oro casi nunca. Pero que la esperanza de encontrarlo te devuelva otro día más a la mina. La diferencia entre un guion y una novela es que en una novela las palabras son el final y en un guion son el principio”.

Simplemente irrepetible, entre el lirismo y la anécdota, genial: «Lo peor de todo no es la sensación de tiempo perdido, ni el tiempo que nos queda por detrás y por delante, lo peor de todo son esas cruces hechas con pinzas para tender la ropa» ¿Cómo se te ocurrió?

“Porque he hecho esas cruces con pinzas. Cualquiera que haya construido un Cristo con pinzas de tender la ropa conoce el horror de esa experiencia”.

¿Cómo consigue pagar el alquiler y comer viviendo de las palabras? ¿Es posible vivir de la palabra? ¿Cuál es la sombra de la palabra?

“Sí, es posible, con mucha suerte. La clave es escribir la mitad y cobrar el doble”.

En muchas de sus obras habla de mujeres. Para que una mujer le inspire, ¿tiene que ser una artista, o simplemente una mujer bella con la que puede cruzarse por la calle?

“Para que me enamore de una mujer reconozco que tiene que ser bonita. También es verdad que bonita es una palabra muy grande, y que alcanza a muchísimas mujeres”.

¿Para cuándo menos vidas literarias y más literatura en las vidas?

“Buena pregunta. Para los que escribimos, esa barrera no existe”.

¿Qué piensa de poetas tipo Cummings, Ferlinghetti o Leopoldo Panero?

“Son tres buenos poetas. Probablemente, Cummings fue uno de los primeros que me incitó a escribir literatura, tiene una importancia capital para mí, sus poemas fueron uno de los primeros estímulos violentamente literarios que tuve en mi vida”.

¿Qué diferencia advierte en avanzar una novela en Nueva York o en Madrid para que la publiquen? ¿Ayuda en algo tener una trayectoria anterior a la hora de moverse en la jungla americana?

“Sí, sin duda. Estados Unidos es, probablemente, el país que menos traduce, es muy complicado ser publicado allí. Evidentemente, tener un peso en Europa hace que eso sea posible, no sólo en España, sino en Francia, Inglaterra, Alemania e Italia, son los esenciales para que recibas un mínimo de interés por parte del mercado americano”.

¿Por qué decidió vivir en Nueva York?

“Vivo en Nueva York por motivos personales, por el trabajo de mi mujer, y porque es una ciudad que me encanta”.

¿Qué es lo que hace a uno considerarse escritor? En mi opinión solo con escribir ya se es, pero cuál es el umbral reconocible, ¿la publicación?

“A veces ni siquiera eso”.

¿Por qué casi todo lo que escribe es introspectivo?

“Me interesan los escritores que escriben hacia adentro. Uno sabe un poco de sí mismo y casi nada del mundo”.

Estoy escribiendo mi primer libro con muchas ganas e ilusión, y una gran fuente de inspiración es usted. ¿Me daría algún consejo? Muchas gracias.

“Trabaja. Sueña. Descansa”.

Quiero ser escritor. ¿Cómo empezar sin morir en el intento?

“A escribir se empieza leyendo. Después de eso, que Dios reparta suerte”.

Oigo repetir necia e insaciablemente que «lo importante es el futuro», pero… ¿no está ya determinado por nuestro pasado?

“Hay un viejo dicho, creo que vietnamita o árabe, o ambas cosas: Quien pone un pie en el pasado y un pie en el futuro, se mea en el presente”.

¿Le hace daño una crítica negativa?

“Un poco más que una positiva”.

¿Qué temas ve comunes en todas sus obras?

“La disidencia. La culpa. La duda”.

¿Todavía cree que dios es una niña asustada?

“Ahora yo soy una niña asustada”.

¿Qué busca Ray Loriga después de encontrar su verdadero yo detrás de los fajos de billetes que genera la industria del libro?

“Más billetes”.

¿Por qué da la impresión de ser un escritor de diseño, obsesionado con su imagen y escaso de verdadera consistencia literaria?

“No soy culpable de las impresiones absurdas de los demás”.

¿Qué autores españoles de todos los tiempos estima más?

“Cervantes, San Juan de la Cruz, Lorca, Unamuno, Baroja y otros cien más”.

¿Qué opina de la erosión de memoria como método para ahogar las penas? ¿El alcohol ya no es lo que era?

“Cuanto peor es el alcohol, más erosiona la memoria”.

A la hora de escribir, ¿qué método utiliza?

“Suelo leer y pasear la mitad del día, si puedo, y luego me siento a escribir”.

¿Cree que vivir en un país de habla inglesa puede influir de algún modo en el uso del idioma? Sus primeros escritos sonaban como una mala traducción de una canción de Bob Dylan. ¿Puede ir a más?

“No creo que mis primeros escritos sonaran a una mala traducción de nada. No se crea usted todas las tonterías que lee”.

¿Cómo se definiría en una sola frase?

“Si pudiera definirme en una sola frase no escribiría libros”.

¿Un buen lugar para vivir eternamente?

“Vivir eternamente sería suficiente…”.

¿El tono narrativo que utiliza viene de cierta inocencia que a pesar de todo busca o conserva, o de la pura perplejidad?

“Creo que no se puede escribir sin estar perplejo. La duda es el verdadero motor de la inteligencia”.

Cambia de estilo, pero tiene una voz narrativa inconfundible. ¿No cree que, al final, lo más importante son las historias?

“Lo más importante es la escritura, todo el mundo tiene historias, y no todo el mundo es capaz de escribirlas”.

¿Un buen lugar para suicidarse?

“No recomiendo el suicidio”.

Se compara con un zapatero y, desde luego, es un artesano de la sentencia. ¿Las acumula en un cuaderno, como Scott Fitzgerald, y luego les busca el espacio?

“No me importaría coincidir con Scott Fitzgerald aunque sólo fuera en eso”.

¿Conoce alguna forma de escapar de la droga de la literatura, me refiero a la pesadilla de tener la necesidad de escribir, pero no saber hacerlo?

“Desde luego, es una situación dramática, pero no se apure, hay mucha gente que no sabe escribir y les va de maravilla”.

¿Qué es lo peor de todo?

“Que me pregunten siempre lo mismo”.

¿Hay algo más aterrador que una página en blanco?

“Sí, una página mal llenada de letras”.

¿Por qué cultiva la imagen de perdonavidas que mira por encima del hombro a los demás? ¿Algún trauma infantil?

“No cultivo ninguna imagen. Y si quieres saber cómo miro, lee mis libros”.

¿El escritor nace o se hace?

“Ambas cosas. No se puede escribir sin un don, pero un don no es suficiente”.

Me encantaría saber cómo se documenta a la hora de escribir algo. ¿Cómo se puede saber, por ejemplo, tantos detalles de tantos sitios distintos sin haber estado allí, sin inventarse nada y sin volverse loco?

“En general, hablo de sitios en los que he estado”.

¿Se considera un escritor de moda, o ya ha pasado esa época?

“Llevo diez años publicando, ninguna moda dura tanto”.

Describa un día normal en su vida.

“Leer. Pasear. Cuidar de mi hijo. Ir al cine”.

¿Cómo se combate la decepción de comprobar que las historias contadas nada tienen que ver con las historias que suceden en la realidad?

“Escribiendo nuevas historias”.

¿Qué le gustaría lograr en la vida que no haya conseguido aun?

“Me gustaría conservar lo que tengo”.

¿Por qué no escribe poesía?

“Porque le tengo demasiado respeto”.

¿Cuál es el secreto, si lo hay, de la literatura de Charles Bukowski?

“Que a pesar de su aparente simpleza, está muy bien escrito”.

Algunos cuentos de Capote, sobre todo los que pone en boca de un niño, creo que tienen que ver con su manera de narrar ¿Qué piensa?

“Me gusta mucho Capote, no sería extraño. Gracias en cualquier caso”.

¿Los tatuajes los lleva por convicción o por ligar?

“La mayoría de mis tatuajes me los hice cuando ya había ligado”.

Después de su experiencia en el cine, ¿cree que el guion cinematográfico puede llegar a sintetizar cine y literatura?

“La literatura y el cine son disciplinas muy diferentes”.

¿Qué películas españolas le gustan?

“Creo que El verdugo, de Berlanga es una de las mejores películas de la historia del cine. Dentro y fuera de nuestras fronteras”.

¿Disfruta escandalizando?

“No creo haber escandalizado nunca a nadie”.

¿Qué opina del refrán ‘quien mucho abarca poco aprieta’?

“¿Qué quiere usted que opine de esto? La próxima vez haga una pregunta inteligente”.

¿Cree que, al igual que en la televisión, existe una literatura basura?

“Por supuesto. Pero no hay por qué leerla. No se vaya a tomar esa molestia”.

¿Qué le parecería si le digo que he robado en grandes almacenes todos sus libros?

“Enhorabuena. Robar libros no debería ser delito”.

De no ser escritor, ¿qué hubiera sido?

“Me hubiera encantado ser futbolista. Pero prefiero ser escritor. Se gana menos pero se vive más”.

¿Por qué decidió hacer una película sobre la persona de Santa Teresa de Jesús?

“Porque tenía mucho que ver, curiosamente, con todo lo que había escrito antes. Con todas las pasiones exacerbadas y solitarias, y con toda forma de heroísmo estrictamente personal”.

¿En qué sigue creyendo?

“En la literatura, el cine, la música, el arte en general”.

¿Qué se mueve entre la inocencia y la culpa en sus novelas?

“Supongo que la vida entera”.

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