lunes julio 22 de 2024

Por falsos positivos condenan a 21 militares a penas entre 37 y 52 años de cárcel

04 abril, 2017 Judiciales

A penas que van de 37 a 52 años de cárcel fueron condenados 21 militares como responsables del asesinato de cinco jóvenes del municipio de Soacha, Cundinamarca, en desarrollo de los llamados “falsos positivos” registrados en el año 2008.

Las sentencias fueron proferidas por el Juzgado Primero Especializado del circuito de Cundinamarca, el cual consideró que los uniformados actuaron en desarrollo de un plan criminal bien elaborado que concluyó con la muerte de los 5 muchachos, tras ser reclutados en Soacha y llevados al municipio de Ocaña, Norte de Santander.

Las víctimas mortales de la acción de los militares fueron Julio César Mesa Vargas, Jhonatan Orlando Soto Bermúdez, Diego Alberto Tamayo Mancera, Jair Andrés Palacio Bustamante y Víctor Fernando Gómez Romero.

Entre los uniformados condenados figuran Coronel Rincón Amado, quien purgará 46 años de presidio; el mayor retirado Henry Mauricio Blanco Barbosa y el teniente retirado Gabriel de Jesús Rincón Amado.

Este último, en la época de los hechos, cumplía las funciones de oficial de operaciones de la Brigada Móvil 15 del Batallón Contraguerrillas 96 en Norte de Santander y se le impuso una pena de 45 años de presidio.

Los uniformados fueron condenados por los delitos de desaparición forzada, concierto para delinquir agravado, falsedad ideológica en documento privado, homicidio agravado, porte, tráfico y fabricación de armas de fuego.

De acuerdo con la fiscal de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario el 26 de enero de 2008, se denunciaron las desapariciones de los jóvenes Julio César Mesa y Jonathan Soto Bermúdez, así como los días 23 y 24 de agosto del mismo año las desapariciones de Diego Alberto Tamayo Mancera, Víctor Fernando Gómez Romero y Jaír Andrés Palacio Bustamante.

De acuerdo con las denuncias, fueron llevados con promesas engañosas de un mejor futuro laboral con pagos diarios y en efectivo en zonas rurales de Ocaña (Norte de Santander) y municipios circunvecinos.

“Fueron llevados por vía terrestre y antes de llegar a su destino, fueron entregados a uniformados en varios retenes militares adscritos a la Brigada Móvil 15, acantonada en dicha ciudad. El 28 de enero de 2008, fueron reportados como muertos en combate como narcoterroristas”, sostuvo la fiscal en los alegatos de conclusión de este proceso.

En septiembre de 2008 fueron identificados los cadáveres por el instituto Nacional de Medicina Legal como los ciudadanos desaparecidos, por lo que se logró establecer semanas después que se trataba de una organización criminal integrada por reclutadores que recibían el pago de un millón de pesos y dinero para los pasajes por llevar a las victimas hasta los retenes que operaba esa guarnición militar.

Los uniformados comprometidos con los falsos positivos en Soacha son el teniente coronel Gabriel de Jesús Rincón Amado, capitán Henry Mauricio Blanco Barbosa, sargento segundo Jáner Ediel Duque Marín, cabo segundo Richard Armando Jojoa Bastidas, cabo tercero Ricardo Coronado Martínez y el cabo primero Manuel Ángel Zorrila Agámez.

Asimismo, fueron condenados John Ánderson Díaz Ortega, Ricardo Eliud González Gómez y los soldados profesionales Géiner Fuertes Carrillo, Pedro Johan Hernández Malagón, Juan Ramón Marín Martínez, José Orlando González Ceballos, Kevis Alberto Jiménez Escalante, Juan Gabriel Espinosa Restrepo, Medardo Díaz Ríos, Nixon Arturo Cubides Cuesta, Mauricio Cuniche Delgadillo y José Adolfo Fernández Ramírez.

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