martes julio 16 de 2024

Mi encantamiento con García Márquez

Por Julio Suárez Anturi

Tenía 16 años cuando leí ‘Cien años de soledad’. La leí porque quería sacar mis propias conclusiones, ya que había escuchado comentarios adversos. Así me encontré hipnotizado en las primeras líneas con el día en que el niño fue a conocer el hielo, y, en adelante, todo me resultó encantador. Ya sabía que era el mismo autor de ‘La hojarasca’ y ‘El coronel no tiene quién le escriba’, libros que me habían gustado. Los párrafos más alucinados, como la levitación por una taza de chocolate caliente, la ascensión en cuerpo y alma de una mujer, la manifestación recortada por sus bordes con disparos de ametralladora, la lujuria bulliciosa que despertaba al vecindario, y tantas otras más, los leía dos y más veces. Terminé la novela dos días después, en franco estado de encantamiento. No sé cuánto tiempo estuve así.

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