El Ojo del Halkón Trump y otras irresponsabilidades
Por Rubén Darío Mejía Sánchez
_ El mundo quedó perplejo esta semana cuando se anunció que el presidente Trump había tomado la determinación de retirarse del acuerdo climático de París y se quedaron perplejos porque la nación más grande del mundo había cometido el error más grande del mundo porque más que mover la economía, tomar medidas en lo que tiene que ver con el calentamiento global debe ser la prioridad para esta humanidad agobiada y doliente como dice uno de los párrafos de la novena franciscana que tiene que ver con el nacimiento de Cristo, donde pide que se tenga compasión con un pueblo que se siente perdido y que espera un redentor para que le solucione todos sus problemas.
El mundo está herido y está herido por culpa del mismo ser humano que ha cometido todos los errores habidos y por haber en cuando a descuido de las vertientes hídricas y la contaminación del medio ambiente, hasta el punto que nos estamos quedando sin aire para respirar y la contaminación se apodera de las grandes urbes y los nacimientos de agua se están secando y desapareció en realidad la época en que se estaba seguro si era verano o invierno, porque en invierno se sienten calores y en verano fríos penetrantes, llueve y hace sol y las epidemias deambulan de un lado al otro, acabando cada día más con las defensas de la humanidad que se ve amenazada a todo momento.
Esta sí que es una salida política en falso del presidente Trump, uno de los más odiados en las últimas décadas y eso que apenas está comenzando a gobernar, porque no hay confianza en él, por su manera inconsistente de actuar y de decir las cosas. Desde un comienzo se echó de enemigos a los mexicanos y a los emigrantes, quienes se sienten perseguidos y amenazados y ahora más cuando se ha tomado una determinación tan drástica de investigar las redes sociales para quienes soliciten la visa y poder llegar a la tierra del tío Sam, muchas veces a buscar trabajo o simplemente a pasear; porque eso del sueño americano ya ha dejado de ser para muchos.
Vale la pena destacar que no son solo los oponentes de Trump los que han puesto el grito en el cielo por su manera de actuar sino muchos de sus adeptos que han visto que las cosas no van bien, aunque los resultados de la última medición de empleo sean positivos para los Estados Unidos, pero es como resultado del nacionalismo predicado en plena campaña política y que ha comenzado a poner en práctica.
Esperamos que en esa actitud de reversa que presenta de vez en cuando, tome otra decisión; aunque los términos del acuerdo de Paris no dejan que un país se retire de la noche a la mañana, sino que hay que esperar cuatro años y es lo que esperan los norteamericanos y el mundo para que las medidas anunciadas y puestas en práctica por el presidente Trump sean las mejores, no solo para los Estados Unidos sino para el mundo.
Hay muchas cosas inciertas en esto del calentamiento global y cuando ya veamos en firme que el aire respirable se ha desaparecido, que el agua potable ya sea un producto de lujo y los volcanes u nevados hayan desaparecido, se tomen medidas, aunque tardías para evitar una gran catástrofe.
¿Y los medios de comunicación que?
La semana que termina ha sido de noticias a medias y eso por querer figuración, y es que precisamente los que pertenecemos a los medios de comunicación últimamente no nos hacemos respetar, y no nos hacemos respetar, porque nuestro periodismo ha dejado de ser investigativo y los medios electrónicos han llevado a una inmediatez, que por un afán de competencia de ser los primeros se cometen muchos errores y lo peor es que es más fácil recoger la honra de una persona que una noticia no confirmada en estos momentos de era tecnológica.
Vale la pena decir que varias noticias se han dado a las carreras, perjudicando esa credibilidad y hemos caído en esa trampa no tan profesional, casi todos los medios de comunicación, porque hemos vuelto al síndrome de la chiva, que fue el que enfrentó hace algunos años a la radio colombiana, porque en los medios escritos era diferente y se podía investigar, y una noticia que se producía en el transcurso del día se podía corregir, anular o ampliar en el trascurso de las horas, hasta que se llevaba al medio impreso para ser publicado; pero ahora con esa inmediatez no hay tiempo para nada y muchas veces por nuestra irresponsabilidad metemos la pata.
Esta semana, vuelvo y repito, se produjeron varias noticias que fueron rectificadas por sus protagonistas, entre las que se destacan una determinación de la Corte Suprema de Justicia contra el ex ministro Fernando Londoño Hoyos, la que fue divulgada por la cadena Caracol y tomada por muchos medios de comunicación, entre ellos la agencia de noticias Reporteros Asociados del Mundo, todos corregimos cuando se nos confirmó que la noticia era falsa y solo el que tomó la determinación de dar un culpable al aire fue el director de noticias Darío Arismendi en Caracol Radio, lo que se puede calificar antiético, porque no era la forma de llamarle a atención a una de sus periodistas, cuyo nombre omito en esta columna, sino que debió de corregir la noticia y llamar en privado a la periodista.
Otra noticia fue la del lanzamiento de la candidatura del ex embajador en Washington, Juan Carlos Pinzón, quien en seguida replicó por las redes sociales que él no había hablado con nadie ni había tomado ninguna decisión; pero los medios ya habíamos dado como cierta la versión por rumor periodístico.
También sucedió un caso bastante extraño mientras la elección de unos magistrados en el Congreso de la República, en donde el sub secretario del Senado se quejó de haber sido golpeado con una cámara de televisión por uno de los camarógrafos; con perdón de quien sea, esto lo veo muy dudoso y sería bueno investigar para ver quién es el que dice la verdad, porque en el tiempo que llevo de periodista los camarógrafos han sido las personas más respetuosas que yo conozca, aunque si vi en televisión al Subsecretario con golpes en la cara y algunas versiones vagas que el funcionario se había golpeado al pasar con la cámara. Ese momento fue de Troya, los honorables padres y madres de la patria del Centro Democrático no les faltó sino pedir cadena perpetua y pena de muerte para el camarógrafo; pero lo que más me sorprendió fue el comportamiento de Viviane Morales y de otros cuantos senadores, quienes buscan a la prensa cada que la necesitan y la atacan cada que las cosas no les salen bien.
En Colombia los periodistas estamos en medio, no de dos fuegos, sino de muchos, porque la oposición ataca, el Gobierno ataca, los grupos subversivos atacan, las bandas criminales tratan de acallar a los periodistas y de verdad no hay quien los defiendan; pero muchas veces nosotros los periodistas tenemos la culpa por volvernos serviles con algunos grupos políticos y del Gobierno y también de la sociedad que trata de manipularlos a su antojo.
Sé que es muy difícil hacer un verdadero periodismo independiente, cuando los medios de comunicación pertenecen a emporios comerciales, con sus bases políticas dirigidas a quienes les prestan los servicios en el momento de la manipulación de la prensa.
No es nada oculto que hay un grupo de periodistas que respaldan al ex presidente Uribe y otros al presidente Santos, que son los dos responsables de la guerra sucia que se vive en este país y apoyada por algunos sectores de la oposición y de la izquierda en donde la centro derecha está haciendo mucho mal al país y la desinformación por parte de los medios de comunicación está agravando esta situación.
Sería bueno que la prensa nos hiciéramos una autocrítica y actuáramos con el mandato que se nos ha dado que es, el de informar sin apoyar a ningún sector de la población y sin tomar partido con nadie.
Si se vuelven a repetir los casos de esta semana, la credibilidad se pierde y si damos juego a los enemigos de la paz, porque que los hay los hay, aunque digan lo contrario, las cosas se pueden complicar y más cuando estamos viviendo una época de irresponsabilidad y de periodismo amarillo en todos los sentidos.