viernes julio 19 de 2024

Alemania venció a Chile y se quedó con la Copa Confederaciones

Alemania ha ganado la Copa FIFA Confederaciones por primera vez en su historia, tras imponerse 1-0 a Chile en el estadio de San Petersburgo.

Un público de 57.268 espectadores vio cómo los campeones de Sudamérica desperdiciaban una oportunidad tras otra, a cada cual más clara, lo que dio el título al joven equipo de Joachim Loew, gracias al tanto de Lars Stindl en el minuto 20.

Alemania se proclamó hoy campeona de la Copa Confederaciones al derrotar por la mínima a Chile (1-0) en un partido que se decidió en un fallo garrafal en defensa de La Roja, mediada la primera parte.

De esta forma, los alemanes inscribieron por vez primera su nombre en este torneo, en el que Brasil había ganado las tres últimas ediciones y que, según los rumores, podría haber vivido sus últimos instantes.

Fue un trabajo de ingeniería alemana, en el que los pupilos de Joachim Löw aprovecharon inteligentemente los fallos del rival y mantuvieron la calma en todo momento, muy al contrario que el equipo rival, que fue todo pasión y nervios.

Un fallo garrafal de Marcelo Díaz a los veinte minutos marcó el devenir de la final, ya que hasta entonces La Roja había desarbolado a la campeona mundial.

Chile dominó por completo en los primeros compases, y pudo situarse con una ventaja de varios goles de no haber sido por su desacierto en la finalización, las buenas actuaciones del guardameta contrario y el desempeño de la última línea defensiva de los europeos. Y Alemania es experta en castigar a adversarios que perdonan tanto: así, a pesar de verse totalmente superada en el juego por su rival, se adelantó al cabo de 20 minutos.

Es un gol que lamentará durante mucho tiempo Marcelo Díaz, a quien arrebató el balón un atentísimo Timo Werner. El defensor tuvo que limitarse a contemplar impotente cómo el delantero provocó la salida de Claudio Bravo de su meta y, en un ejercicio de generosidad, cedió el esférico para Stindl, quien no tuvo más que empujarlo al fondo de las mallas.

La joven formación alemana pareció relajarse a continuación, pero volvió a encontrarse asediada en la segunda parte, en la que Ángelo Sagal, suplente de inicio, falló la mejor de las oportunidades que creó Chile.

El análisis de los corresponsales de FIFA.com

Diego Zandrino, con Chile

Chile tuvo el control completo del choque hasta el error defensivo que provocó la diana alemana. A partir de ese momento, la Roja lo intentó todo para empatar, aunque eso supusiese adoptar más riesgos que de costumbre. No obstante, sería inútil. Si bien Pizzi acabó jugando con tres delanteros y dos centrocampistas ofensivos, además de emplear a sus dos laterales como extremos, los chilenos fueron incapaces de ver puerta.

Steffen Potter, con Alemania

No cabe duda de que a la Mannschaft no todo le salió exactamente como preveía antes del encuentro. Chile creó varias grandes ocasiones, y los alemanes tuvieron suerte de no recibir gol en ninguna de ellas. Sin embargo, en esta final volvieron a demostrar su acierto ante la portería, una cualidad que en principio correspondería a sus oponentes, más experimentados.

Jugador Budweiser del Partido

Marc-André Ter Stegen ya había brillado en el triunfo de semifinales sobre México, y volvió a distinguirse con una exhibición de agudos reflejos y seguridad en el manejo de la pelota. Alemania ha encontrado un arquero capaz de rivalizar con Manuel Neuer.

La estadística

24 años y cuatro meses es la edad media de este plantel alemán, el campeón más joven de la historia de la Copa Confederaciones.

Alexis no tuvo su día, pero tampoco el resto de integrantes de la generación dorada del fútbol chileno, que no supieron reponerse del duro revés que supuso el gol encajado.

Los dos técnicos repitieron equipo en relación a las semifinales, con la excepción de Mustafi, el central del Arsenal, que volvió al once titular de Alemania.

Chile salió a atosigar a los alemanes desde el primer minuto con hasta cuatro jugadores presionando la salida del balón, lo que obligó a Ter Stegen a dar más de un pelotazo.

La primera ocasión llegó antes de los cinco minutos, en una buena combinación del equipo sudamericano que acabó con un disparo al borde del área pequeña de Arturo Vidal que el guardameta del Barcelona acertó a despejar con los pies.

En el primer cuarto de hora los alemanes apenas cruzaron el centro del campo, mientras Alexis y Vargas pusieron a prueba en otras dos ocasiones a Ter Stegen.

A los veinte minutos Alexis tuvo en sus botas el primer gol después de que el portero teutón no fuera capaz de atrapar un disparo desde fuera del área de Vidal, pero no llegó a golpear el balón, fallo que sería fatal.

Y es que un minuto después ocurrió un accidente que marcaría la final. Marcelo Díaz intentó burlar a un rival cuando era el último jugador y el balón se lo robó Werner, que ante la salida desesperada de Bravo se lo cedió a Stindl para que marcara a puerta vacía.(min.20)

Tras unos minutos grogui, Chile pareció haberse recuperado del golpe, pero fue un espejismo, ya que Goretzka quien pudo de nuevo marcar con un disparo envenenado desde la derecha.

El mismo jugador dio un pase de gol a Werner en un contraataque, pero este falló en el control, y Draxler puso los nervios de la marea roja en un puño con otro disparo que pasó rozando el poste izquierdo defendido por Bravo.

Estaba claro que los nervios se apoderaron de los futbolistas de La Roja, ya que Jara repitió el fallo de Díaz y le regaló el balón a los alemanes, pero por suerte para los chilenos Bravo tapó el disparo de Goretzka.

Tras la reanudación y el fallo de Díaz aún fresco en la memoria, los chilenos lo intentaron, pero ahora sí la “mannschaft” presionaba más arriba.

No habían pasado diez minutos y Pizzi dijo basta, reemplazó a Díaz y sacó a Leonardo Valencia como revulsivo, pero los chilenos comenzaron a frustrarse, a protestar al árbitro por cada jugada y a caer en el juego sucio.

Así, Jara dio un codazo absolutamente intencionado a Werner en una jugada en la que mereció una roja directa, pero el VAR le perdonó la vida y lo dejó en amarilla.

La primera parte había merecido el calificativo de gran partido, pero en los segundos 45 minutos el partido se fue al garete entre tanganas y tarascadas.

A falta de un veinte minutos los chilenos se recompusieron y comenzaron a atacar en mareas, expuestos al mortal contraataque alemán, y así pidieron penalti en una caída de Alexis, que más pareció un choque fortuito con el defensa alemán.

Ter Stegen, que había tenido poco trabajo tras el descanso, despejó a córner un disparo raso desde fuera del área de Aránguiz.

El recién salido Sagal tuvo en sus botas el empate tras una jugada en la que Puch, que había evitado milagrosamente que el balón saliera a córner ante el portero alemán, le dio al delantero un gol cantado pero éste disparó a las nubes.

Alexis también probó a Ter Stegen de libre directo en el descuento, pero el barcelonista despejó y garantizó el título para su equipo.

Entre los vítores de su gran afición, que no dejó de creer, los chilenos siguieron empujando, pero no estuvieron a la misma altura que en las anteriores dos finales, cuando La Roja derrotó a la Argentina de Messi en la Copa América.

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