Dura fue la caída
Por Esteban Jaramillo Osorio.
Era linda la historia. El Once Caldas con dos goles al frente, bien elaborados, buscados con decisión y salidos del libreto. El rival, Santa Fe, el líder invicto, el más goleador y menos goleado, el de la defensa granítica, el ex campeón. Dinámico el medio, atenta la defensa a pesar de algunos sustos como los dos fogonazos que Cuadrado controló. Uno de ellos para la polémica, que aun produce ruido: ¿Entró o no entró el balón?
Hasta Sergio López, el argentino, en deuda con la afición, tomó vuelo promediando el primer tiempo y se hizo útil. Farías aguantaba bien el balón, con respaldo de sus mediocampistas, que no lo abandonaban. Era bueno el panorama del partido, porque el Once no sufría.
Pero, cuando todo era prometedor, llego el penalti, celebrado por la hinchada local con desahogo. Midió Monsalve la distancia, extendió la mano y al primer contacto Morelo se lanzó. “Ir por el camino fácil” y Roldán, el juez, castigó.
Todo cambió. El Once retrocedió sus líneas, las acercó a las áreas y alejó a su único atacante. De la nada aparecieron los espacios para el deleite cardenal que se apropió del balón. Era imposible soñar; el trabajo recio, consistente, de la primera mitad, se desvaneció.
Entonces la remontada del líder, con jugadas de estrategia, fieles al pizarrón. Las de siempre en el ganador, con errores infantiles del blanco, incluida su unidad más confiable, el portero, para la sentencia final.
Cuestión de gustos y de lecturas. No era Soto el relevo adecuado, aunque conocida es la tendencia de Maturana a atacar. Copar el medio con un volante de ida y vuelta era mejor, porque allí Santa Fe originaba su juego con Pérez, relevo útil, veterano, lento, pero magistral en sus pases.
Ganó el rojo de la capital, porque aprovecho dos ayudas del pito (poco comunes en roldán) y los fallos de su rival.
En construcción el Once dejó buenas sensaciones, hasta los minutos finales del primer período. Decayó en el complemento y extraño no fue verlo perder.
El fútbol es de premios y castigos, pero dura es la derrota cuando es posible la victoria.
Pese a las dos recientes caídas aun no se prenden las alarmas. Sonaran ruidosas si el resultado frente a Bucaramanga, próximo rival, no es el mejor.