miércoles julio 31 de 2024

Santos y Timochenko prometen seguir lucha para lograr la paz en Colombia

24 noviembre, 2017 Política

El líder de las FARC, Rodrigo Londoño, conocido como Timochenko, habla durante la conmemoración de la firma del acuerdo de paz con el gobierno de Colombia, en Bogotá. 24 de noviembre de 2017.

El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, y el máximo jefe del naciente partido político de la FARC (Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común), Rodrigo Londoño, prometieron el viernes continuar luchando por el éxito del acuerdo de paz que firmaron hace un año, pese a las dificultades para implementar el pacto.

Ambos hablaron en un acto para conmemorar el primer aniversario de la firma del acuerdo entre el Gobierno de Santos y las antiguas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), con el que se puso fin a un conflicto armado que en más de medio siglo dejó 220.000 personas muertas y millones de desplazados.

Las FARC, que dejaron las armas y conformaron el partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, han criticado algunos cambios al acuerdo, luego de fallos judiciales y modificaciones en el Congreso, especialmente en una ley que crea un tribunal para juzgar a los jefes rebeldes por crímenes de guerra.

Fotos de desaparecidos y víctimas del conflicto armado en Colombia, expuestas frente al Teatro Colón, donde se desarrolla la ceremonia por el aniversario de la firma de la paz entre las FARC y el gobierno, el 24 de noviembre de 2017.

Fotos de desaparecidos y víctimas del conflicto armado en Colombia, expuestas frente al Teatro Colón, donde se desarrolla la ceremonia por el aniversario de la firma de la paz entre las FARC y el gobierno, el 24 de noviembre de 2017.

El acuerdo sigue siendo profundamente impopular entre muchos colombianos, que se oponen a los diez escaños en el Congreso garantizados a las FARC hasta el 2026 y que quieren ver a los rebeldes en cárceles cumpliendo sus condenas, en lugar de completar sentencias alternativas como la remoción de minas terrestres.

El gobierno sostiene que el acuerdo ha salvado miles de vidas y le permitirá al país centrarse en la lucha contra las bandas criminales y en impulsar el crecimiento de la economía.

“Sé que las FARC tienen reclamos y preocupaciones. Me reuniré con sus jefes y con el mejor de los ánimos, como siempre lo he hecho, para resolver –en la medida de lo posible- sus inquietudes. Pero que no quede la menor duda: seguiremos cumpliendo con los acuerdos”, dijo Santos en un discurso durante el acto de aniversario.

“Construir la paz es el desafío más grande, el más importante, el más valioso que cualquier país pueda tener (…) Por eso los invito, desde el fondo de mi corazón, por ustedes, por nosotros, por nuestros hijos, a que sigamos avanzando”, declaró Santos, ganador del Premio Nobel de paz el año pasado por sus esfuerzos por pacificar el país sudamericano.

Londoño, más conocido como “Timochenko” por su antiguo nombre de guerra, dijo que la antigua guerrilla cumplió su palabra entregando miles de armas a las Naciones Unidas y convirtiéndose en un partido político, pero que el Estado no ha cumplido cabalmente con lo pactado.

“Somos un partido serio y no daremos marcha atrás en ninguno de los términos pactados. Estamos seguros de que nos acompañan millones de colombianos que soñaron con la terminación del conflicto, que lucharon por la solución política en todos los escenarios y que entienden que la paz es un bien alcanzable”, señaló Londoño.

Estamos seguros de que nos acompañan millones de colombianos/as que soñaron con la terminación del conflicto, que lucharon por la solución política en todos los escenarios. La paz es un bien alcanzable con perseverancia y lucha.

El 15 de agosto las FARC entregaron a la ONU su último fusil. Casi 7.000 hombres y mujeres dejaron de combatir y las muertes por el conflicto, que al inicio de los diálogos llegaban a 3.000 por año, se redujeron a 78, según cifras oficiales.

Tras el desarme avalado por Naciones Unidas, las FARC, que mantuvieron sus siglas de guerra pero le dieron un nuevo significado, preparan su estreno electoral en los comicios de 2018.

Pero el acuerdo de 310 páginas prevé además reformas rurales y políticas que no han salido del papel. Y lo que más preocupa es la suerte que pueda correr la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), que juzgará los crímenes atroces cometidos durante el conflicto.

El Congreso, con una inestable mayoría oficialista, todavía no reglamenta el sistema bajo el cual guerrilleros y militares podrán recibir penas alternativas a la cárcel si confiesan sus delitos, reparan a las víctimas y se comprometen a nunca más ejercer la violencia.

A juicio de la FARC, el Legislativo, que tiene hasta fin de mes para aprobar la normativa por vía rápida, pretende modificar lo acordado para perjudicarlos.

El mismo Congreso que aprobó hace un año el acuerdo de paz, hoy está empeñado de modo vergonzoso en hacerlo trizas en una conducta que envilece al Estado colombiano”, clamó Timochenko.

Además de eso, las FARC han denunciado el asesinato de al menos 23 exguerrilleros y 11 familiares de integrantes del movimiento, al tiempo que la ONU asegura que unos 3.600 excombatientes han abandonado las 26 zonas donde se habían concentrado para su reincorporación social y económica, muchos desencantados con el proceso.

“Sé que las FARC tienen reclamos, sé que tienen preocupaciones (…) Pero que no quede la menor duda: seguiremos cumpliendo con los acuerdos”, dijo Santos.

Timochenko, que ha descartado el regreso a las armas, también renovó su compromiso pese a las dificultades. “No daremos marcha atrás en ninguno de los términos pactados”.

​Aunque menos intenso que antes, el conflicto no ha terminado. El gobierno de Santos persigue a entre 800 y 1.000 disidentes del grupo marxista, combate sin tregua el narcotráfico y negocia la paz con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), la última guerrilla que reconoce.

Pero la polarización no cede. La derecha y otros sectores consideran demasiado indulgente el trato alcanzado con una organización que se financió del narcotráfico e incurrió en acciones crueles.

“Hay más confrontación política y poco cumplimiento”, comentó a la AFP Germán Mecías, un estudiante universitario de 23 años que asistió al evento en el teatro.

Con una imagen negativa del 79% en las encuestas, la FARC postuló a Londoño a la presidencia y candidatos al Congreso. El pacto les garantiza 10 curules en el Parlamento de 268 escaños por dos períodos de cuatro años.

En las ciudades “ellos tienen mucho rechazo (…) Colombia es un país que tiene muchas heridas por sanar y muchas cosas por perdonarse, y eso no es un tema del día para otro”, comentó Ariel Ávila, de la Fundación Paz y Reconciliación.

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