El Ojo del Halkón No fue el Congreso de la Paz, fue el de los intereses personales
Por Rubén Darío Mejía Sánchez
Buenos días, buenas tardes o buenas noches, lo digo así porque no se en que momento del día el amable lector está leyendo estas líneas y comentarios, pero con pena diría que no fueron ni buenos días, ni buenas tardes y mucho menos buenas noches; la garrotera tanto en la Cámara como en el Senado fueron el plato del día de las últimas semanas.
Cuando el Presidente de la República instaló las sesiones ordinarias del Congreso dijo de manera eufórica “éste es el Congreso de la Paz” y hoy toca contestarle al Primer Mandatario que de Congreso de la Paz ni el nombre, porque fue simple y llanamente el Congreso de los Intereses personales.
Creo que me he vuelto bastante cansón y aburridor desde que comenzaron los diálogos de La Habana y es porque siempre he asegurado que el Proceso de Paz en vez de tener “enemigos” lo que ha tenido es personas, no digo envidiosas, pero sí personas que no han sido capaces de aceptar que bien o mal Juan Manuel Santos Calderón se jugó su carrera y prestigio político por el Proceso de Paz y por llevar a las FARC a los escritorios del Congreso y sacarlos de la selva y acabar con el porte de armas, y con una época que dejó sangre colombiana en todos sus caminos y veredas y podemos aclarar también que también hubo mucha sangre en los propios pueblos y ciudades.
Todo este cuento de ponerle trabas al Proceso de Paz empezó, cuando se habló de la gran traición del nuevo Presidente de los Colombianos con su antecesor y gestor Álvaro Uribe quien como todos saben y sin temor a equivocarme estaba seguro de poder seguir en el poder desde la sombra con la representación de Santos, quien se le salió de las manos y comenzó a hacer las cosas a su manera.
No voy a entrar a calificar quien tiene o no la culpa; aunque si es cierto que Uribe le puso toda la maquinaria a Santos, quien a la hora del té tomó las de Villadiego y comenzó a hacer las cosas a su modo.
Aquí estamos en un punto que no interesaba como se hacía el Proceso de Paz, sino quienes participaban en él y todos querían participar de esa tajada de victoria y posar en la firma de dicho acuerdo y todo terminó en una oposición demasiado fuerte de desprestigio, entre verdades y mentiras que terminó en un plebiscito, que lo perdió el Gobierno y el Proceso de Paz y en donde se dio la oportunidad para que se reformara parte del convenio en el Congreso, con resultados que se pueden calificar nefastos para el mismo, por la manipulación que se hizo de parte de algunos sectores.
La última semana de actividad legislativa dejó al descubierto que en gran número los Padres de la
Patria no están para servir a los intereses nacionales y de los ciudadanos, sino para lograr sus intereses personales y quedó en claro algo que yo no había querido tocar hasta el momento y es lo que tiene que ver con la famosa “mermelada” porque consideraba sucio y grotesco que quienes habían sido elegidos por el pueblo tuvieran que ser “motivados” con dineros para cumplir con sus deberes, asistir a las comisiones y las plenarias y votar en pro o en contra de los proyectos que se presentaron; pero otra cosa que me pareció de muy mal gusto fue el comportamiento de aquellos Padres de la Patria que se dedicaron a sabotear el trabajo legislativo no asistiendo a su trabajo legislativo o simplemente respondiendo a lista y retirándose del recinto de trabajo, creo que lo mas justo y honesto que debió de hacerse fue estar presentes en los debates y votar de manera positiva o negativa, porque tampoco les exijo que hayan votado positivamente a las iniciativas presentadas.
Que mal ejemplo de responsabilidad social y personal le estamos dando desde el Poder Legislativo a las nuevas generaciones y esto nos lleva a hacernos una pregunta, que clase de ciudadanos es la que estamos formando y que les podemos pedir si les estamos dando el peor de los ejemplos.
Se dice que en esos debates perdió el Gobierno porque no se logró que le aprobaran algunos puntos que eran fundamentales en los Acuerdos de La Habana; lo que quiere decir que hubo derrotados y pregunto nuevamente, ¿que obtuvieron los vencedores?, ¿Qué perdió Colombia con lo sucedido? Y de verdad ¿quienes perdieron y quienes ganaron?. Preguntas que quedan en el aire y lo peor del caso, quizá sin una respuesta.
Lo que hizo la oposición a los Acuerdos de La Habana y al mismo Gobierno, se puede calificar de normal, aunque no fuera normal que no cumplieran con sus obligaciones legislativas; pero el comportamiento de quienes dijeron desde un comienzo que pertenecían a la Unidad Nacional y apoyarían el Proceso de Paz es vergonzoso.
No sé si hay personas que se comen el cuento cuando escuchan “estamos de acuerdo con el Proceso de Paz pero…”, yo respondería: si se hacen las cosas como a ellos les interesa y les conviene; porque el bien común no importa.
Lo sucedido en la Cámara y en el Senado en la última semana de noviembre es para olvidar y como decía en una de mis columnas anteriores, es el momento exacto para cambiar a quienes conforman el Congreso de la República.
Me enviaron un dato que estoy confirmando de varios senadores y representantes que durante estos cuatro años no aportaron ni el saludo de la bandera en la agenda legislativa; pero si estuvieron prestos a cobrar los treinta millones de pesos mensuales por sus honorarios.
Es el momento de pedir conciencia a los electores para que conozcan de cerca a quienes les están dando la oportunidad de defender sus derechos y porque no de analizar quien debe de ser el sucesor de Juan Manuel Santos Calderón.
Iba a publicar en esta columna los nombres de quienes votaron si o no por la JEP, por los acuerdos y por la columna principal del Proceso de Paz, pero creo que es tan feo el ejemplo que se dio que muchos de ellos no merecen mencionarlos.
Para no olvidar
Da vergüenza que los colombianos hayan elegido a ciertos ciudadanos para llegar al Congreso y las metidas de pata y la demostración de ignorancia de la representante Cabal no tienen nombre y mucho menos representación en el ámbito nacional e internacional. Que pueden estar pensando quienes leen las noticias sobre Colombia en el exterior y encuentran las declaraciones fuera de tono y equivocadas de una persona que ignora o que simplemente no conoce la historia de su país.
Pero también me decía un amigo “¿qué se puede esperar de un país en donde se nombra a un Procurador que es totalmente radical y se atreve a quemar libros?”.
Metiéndome un poco en lo de las campañas políticas con miras a la presidencia de la república, lo que pone en evidencia es que no hay acuerdos internos en los partidos y decisiones para nombrar candidatos tanto a la Presidencia como a las Cámaras Legislativas.
El partido Liberal, así digan lo contrario, está bien dividido, no se sabe como quedará en si hasta que no se aclaren las cosas la candidatura de Humberto de la Calle Lombana, definitivamente las firmas posesionaron a Germán Vargas Lleras, los conservadores siguen en el limbo, Cambio Radical parece ser la segunda alternativa de German Vargas Lleras, los verdes tratándose de unirse con el Polo iban por buen camino; pero como el título de esta columna, los intereses personales, parece, ponen fin a un acuerdo que podría dar buenos resultados en la unión de Fajardo, Robledo y López.
Clara López está trabajando sin mucha alharaca, puede destaparse con su partido para llegar bien al Congreso, pero a la Presidencia es difícil el camino si no estudia la posibilidad de unirse a otro partido.
Las FARC creen que con Tomichencko pueden hacer un buen papel hacia la Presidencia de la República; pues al Congreso ya tienen garantizado diez curules, cinco al Senado y cinco a la Cámara; pero de ahí en adelante para que los colombianos voten por ellos y les den un puesto político faltan muchos años y un duro camino que recorrer.
No deben de seguir temiendo los que creen que el señor Londoño-Timo va a ser el Presidente de los Colombianos en el 2018 y los que siguen pregonando esto como una verdad de a puño están equivocados.
El Centro Democrático espera la última palabra de su jefe máximo y los resultados de las encuestas que hacen por internet para escoger el candidato presidencial; pero hasta el momento no hay nada definido.
Una cosa que me parece una pérdida de tiempo y especulaciones es lo que tiene que ver con las encuestas presidenciales; pues como vemos, en el momento solo hay dos candidatos presidenciales, Germán Vargas Lleras y Humberto de la Calle Lombana y las encuestas dadas a conocer en los medios de comunicación en los últimos días los resultados no son muy favorables para ellos, en cambio aparecen punteando Sergio Fajardo, Gustavo Petro y pare de contar porque los muchachos de Álvaro Uribe no aparecen ni por las curvas; principalmente la amiga Paloma Valencia. Pero pueden suceder muchas cosas en este país ex del Sagrado Corazón en donde muchos añoran la guerra y se mueren del susto por la paz.
Hacemos votos para que en los tiempos de reflexión se hagan cambios en la justicia y volvamos a ser los colombianos las personas trabajadoras y honestas, con esa gran imagen nacional, no solo con fama internacional por las esmeraldas, el café y las flores, y no por la mala de los exportadores de la mejor cocaína del mundo.
El dinero fácil a corrompido el país y si la sal se corrompe, que se puede esperar y de verdad he mirado con tristeza lo que está sucediendo en el seno de la Policía Nacional; en donde ha vuelto el fenómeno de quienes no son dignos de estar en tan importante institución y se han dejado llevar por el dinero fácil y se han puesto al lado del mal y en contra de la justicia.