martes noviembre 19 de 2024

Ganar y punto…

Por Esteban Jaramillo Osorio

En ocasiones suelto, en otras amarrado por los nervios, a veces en cámara lenta, o con feroces arremetidas hacia los rivales ante la perdida de la pelota. Llegó a ser, por pasajes, un “ida y vuelta loco”. Había tanto de por medio, por parte y parte, entre jugadores, técnicos y aficionados.

Era prueba de fuego, partido de seis puntos como lo serán muchos a lo largo de la liga. El Once Caldas con la idea, pero sin los terminados por los desajustes en las conexiones finales, con pocos remates al arco, buscando, eso si, la solidez defensiva en la que aun hay reparos.

Lo prioritario hoy es asegurar el cero, cerrando agujeros  en retaguardia, que eran una invitación al enemigo, un suicidio y un gol en contra cocinado, desde las épocas de Torrente.

La progresión en la búsqueda del juego es lenta porque aun cuesta asociar líneas con  pases. Ya no hay burguesías. “Quien no corre, muere en el esquema”.

Sin embargo, buenas sensaciones dejo el partido. Especialmente en el segundo tiempo cuando el Once asumió el control. Solo que, al final, aparecieron los temores, por el ataque en desbandada de Jaguares que jugó a otro precio. La defensa local se plantó cerca de la portería y dio, por momentos, la iniciativa. Los goles llegaron en los momentos clave: después de un penal no sancionado (vaya inexperiencia la de Nazarith, que puso en jaque los planes) y tras un  disparo en el palo que alcanzo a tocar Cuadrado, confiable como siempre.

Hubo otra idea, otras caras, otra actitud, otro ambiente. Hay esqueleto en la nómina, algunos trazos técnicos y la idea táctica en embrión. Los primeros puntos llegaron como un respiro, como un desahogo. Es el comienzo de una ardua tarea, para atenuar el ambiente  tenso. Hay porque soñar y con que hacerlo, pero falta mucho trecho en entrenamientos, ajustes y rendimiento.

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