domingo noviembre 17 de 2024

Ecos del FICCI

 Por Augusto León Restrepo 

Ojalá que los próximos gobiernos mantengan la línea de un apoyo incondicional a los eventos culturales, que desarman los espíritus, elevan y trascienden y le recalca a quienes asisten a ellos que no solo de pan vive el hombre. Cuando miramos los rostros serenos y plácidos de los espectadores, en su mayoría jóvenes que llenan con su presencia teatros y calles con sus descomplicadas vestimentas, sus tatuajes desafiantes, sus melenas alborotadas, sus mochilas reivindicadoras de nuestra identidad india y mestiza, nos damos a la idea y al sueño de que ninguno de ellos va a pensar en la guerra, en atacar a su prójimo por ser de la otridad. Son esperanzas militantes de tolerancia y convivencia.

Cartagena realizó la versión 58 del Festival de cine, con lo que es habitual en estos encuentros. Películas, documentales y cortometrajes de la mas diversa índole y calidades. Y contenidos. Cine agresor, para pensar, técnicas y experimentaciones de descreste, o simples cintas como para televisión de fin de semana. Los cineastas aciertan en sus selecciones. Nosotros los cineístas, damos con unos bodrios que nos hacen recriminar a los curadores. Pero el ambiente, las discusiones al calor de las cervezas y los rones, la muchachada de las escuelas de comunicación, de currículos visuales, de escuelas de actuación, que en forma masiva llenan los escenarios, magnifican la opinión latente de que Colombia es libertad, confrontación, disimilitud, pero también talento, originalidad, búsqueda de identidad. Fé en un futuro incluyente y en paz. Hay que mantener estos espacios controversiales y contestatarios como desfogue de nuestra crispada y contradictoria sociedad. RCN, se la ha jugado en este sentido.

Ya los lectores conocen la lista de las películas y los actores galardonados. Matar a Jesús, en cartelera en los teatros de Cine Colombia, con escenarios y temática de Medellín , ganó el premio del público. Laura Mora es su Directora. Cocote, de la República Dominicana, fue declarada como la mejor película. No la vimos y es difícil que la programen en los cines nacionales. El premio al mejor Director se  lo adjudicaron, con méritos suficientes, al paraguayo Marcelo Martinessi por su película Las Herederas cuya trama, entre las sombras de una casona señorial de Asunción y sus antiguedades y una cárcel lóbrega y problemática, como todas las cárceles latinoamericanas, nos muestra con una sutileza casi poética, una relación sentimental de esas que ya confiesan su nombre, entre dos mujeres en edad madura. Sorprendente película, para un país como Paraguay, sin tradición alguna en el cine de nuestro continente.

Negarle al cine su carácter político sería una necedad. En la versión del 2017, contra todo pronóstico, el Festival y sus patrocinadores abrieron una ventana al tratamiento del proceso de terminación del conflicto armado con las Farc, y del postconflicto. La inauguración a cargo de El Silencio de los Fusiles, documental ya icónico de la joven comprometida y prosélita de la paz Natalia Orozco, su Directora, en el que repartió mandobles a diestra y siniestra,  nos permitió  ser testigos, en vivo  de un episodio histórico. La presencia bajo un mismo techo de el Presidente Santos, de De la Calle, de los altos funcionarios del Estado y de las Fuerzas Armadas con los dirigentes de las Farc como Pablo Catatumbo, Arturo Alape y la holandesa Tanja, entre otros. RCN y Natalia Orozco fueron artífices del milagro de esta escena de ficción, inimaginable en nuestra historia. Pero allí estuvieron. Alape confesó entre serio y broma, se lo oímos, que los guerrillos le tenían mas miedo a las cámaras y micrófonos de RCN, que a los aviones de la FAC. Pues bien. El Festival sigue en la tónica. Varias fueron las películas que se vieron en las pantallas sobre la Guerra y la Paz en el mundo. El cine es político.

Diana Bustamante y Pedro Adrián Zuluaga, directivos del Festival, escribieron : “Esta vez hay en la selección un acento puesto en los procesos de reconstrucción y resistencia de sociedades y sujetos marcados por la experiencia de la guerra o por las muchas formas y matices del totalitarismo, la represión y el colonialismo; rutas que van de lo público a lo privado, del pasado al presente, proyectando siempre un futuro. En suma se trata de detenerse en el paisaje después de las batallas para examinar los rastros, las huellas, las consecuencias mas difíciles de asumir tras una guerra o una experiencia colectiva traumática, pero antes que nada para mirar hacia adelante”. Faceta ésta que debe mantener en el futuro el Festival de Cine de Cartagena de Indias -FICCI-. Y motivo de reflexión las palabras de Bustamante y Zulaga, para éstos días de sosiego e introspección. El Ficci tuvo lugar entre el 28 de febrero y el 5 de Marzo del presente año.

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