El tres veces campeón olímpico y cinco mundiales, el luchador Mijaín López, recibió la enseña nacional de manos del primer secretario del Partido Comunista en esta provincia, Lázaro Expósito, y escoltado por Angel Fournier, subcampeón mundial de remo, y Liván Osoria, capitán del equipo de voleibol.

Ante los padres fundadores de la Patria en el cementerio de Santa Ifigenia, los atletas, entrenadores y directivos se comprometieron mediante las palabras de Idalis Ortiz, judoca campeona olímpica y mundial, a competir a la altura de las glorias vividas por el pueblo cubano y la sangre derramada en sus luchas.

El presidente del Instituto de Deportes, Educación Física y Recreación (Inder), doctor Antonio Becali, exaltó el significado del acto en este lugar sagrado del devenir cubano y la inspiración derivada de las páginas de decoro escritas por Carlos M. de Céspedes, Mariana Grajales, José Martí y Fidel Castro.

‘Nos inclinamos ante tanta grandeza y confirmamos la disposición de hacer hasta lo imposible por el triunfo’, expresó Becali al referirse a los retos que tendrán los participantes, desde la desfavorable confección de los calendarios hasta la inclusión de numerosas pruebas ajenas a los programas olímpicos y panamericanos.

Aludió también a la permanente acción de los enemigos por desacreditar a los deportistas de la isla, quienes defenderán a toda costa la supremacía por países lograda desde la edición de Panamá en 1970, para lo cual se saben bien preparados, gracias a la profesionalidad de técnicos y especialistas.

‘Dura será la batalla porque es conocida el alza de una región, en la que mucho ha tenido que ver la sapiencia de nuestros especialistas’, dijo el titular del Inder para citar entre esos rivales notables a Colombia, en su condición de anfitrión, y a México como otro oponente de calidad.