El Jodario LOS NIÑOS DE EL DOVIO
Por Gustavo Álvarez Gardeazábal
Que en la Guajira se mueran niños wayú por desnutrición es impactante, aunque a la larga ha resultado explicable para encontrar finalmente el problema cultural y de alimentación y corregirlo. Pero que en el Valle del Cauca se mueran 5 niños por desnutrición en una vereda del Cañón de Garrapatas en el municipio de El Dovio, no solo es una vergüenza sino una bofetada a quienes vivimos en el departamento.Tenemos la mayor producción de azúcar del país y manejamos márgenes muy altos de alimentos procesados a todo lo largo y ancho del valle geográfico del rio Cauca para que no puedan llevarles un bocado de comida.
El problema del hambre en el cañón de Garrapatas no es un mal endémico, como lo dijo olímpica, cruel y antipáticamente la secretaria de Salud del Valle, la doctora Lesmes. Es una expresión de abandono del estado frente a un puñado de habitantes que por ser indígenas pasando hambres no podrían ser despreciados. Hacerles un seguimiento con los médicos y promotores de salud ni es difícil ni es costoso. Hacerles un plan de nutrición a ese poquito de colombianos, de poquiticos vallecaucanos, que como dice la despiadada secretaria de Salud del Valle, “ solo comen plátano y animal de monte”, ni le cuesta una fortuna al departamento ni es imposible. Lo que hay es una falta de voluntad abrumadora y, por que no decirlo, una muestra de racismo y una ausencia total de caridad cristiana la que se supura desde la administración departamental que preside la también médica Dilliam Francisca Toro.
Con una centésima parte de lo que se gastan las arcas departamentales por estos días en las ferias de Buga o lo que se van a gastar en las fiestas pomposas de Bugalagrande y Calima-Darien en el puente de agosto, se podrían comprar muchos mercados para que los empleados de la inhumana secretaria de Salud salvara los niños de El Dovio.
@eljodario
Publicado en Diario ADN, julio 18 2018