miércoles diciembre 18 de 2024

El Jodario EL SILENCIO

Por Gustavo Álvarez Gardeazábal

Para quienes nos hemos pasado toda la vida hablando y fuimos precoces al hacerlo de chicos y ejercimos el mando porque aprendimos a hablar con rapidez y contundentemente, no hay nada más impresionante que el silencio de los páramos ni nada más inolvidable que la mudez de las pineras de Smurfit Kappa regadas por Cartón Colombia a lo largo de las cordilleras colombianas. Ni en el Nevado del Ruiz ni en el bosque de Liverpool en Fenicia se oye un pájaro o se cuela un ruido de las calles y carreteras que cruzan el país.

Aunque el silencio es la ausencia total de sonido, también es la abstención de hablar. Empero así no haya sonido, puede haber comunicación. En el silencio nos ayudamos a las pausas reflexivas que permiten claridad sobre lo sobreviniente y también para ayudar a valorar los mensajes que hemos dado sobre lo que está sucediendo y puede suceder.

Tal vez estaré usando después del miércoles un silencio con intención dramática al no seguir haciendo el conversatorio con Peláez  . Estoy convencido que con mi expresión verbal no puedo disolver los nubarrones que se están formando sobre el cielo de la patria. La palabra se va y aunque ahora queda grabada en youtube,ya no se usa pasarse horas oyendo los discursos de Gaitán ( como el señor Duque dice  que pasó buena parte de su infancia) ni mucho menos las peroratas de un par de ancianos curtidos en la vida. Sobreviven textos escritos, como esta columna, para ser leídos o no una y otra vez e interpretar lo que se quiere decir con ellos. El futuro inmediato se ve incierto y peligroso y no dudaré en calificarlo como tal  para advertir a mis lectores, pero no puedo obligar a que quien ha sido mi generosísimo  partner en el micrófono asuma ni la misma posición ni mucho menos el riesgo que tomo pensando en voz alta o dramatizando  mi silencio en estos días aciagos que se vienen.

@eljodario

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Publicado en Diario ADN,julio 30 2018

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