jueves julio 18 de 2024

Momentos felices

Por Esteban Jaramillo Osorio

Que tipo es Bodhert. Un hombre del común, franco y sencillo. Aunque camina entre exigencias con el Once Caldas, se ve relajado, sin arribismos, ambigüedades o complejos. Es coloquial, saluda a todo el mundo, flirtea con respeto, hace bromas, observa partidos aficionados, posa, firma autógrafos, siempre entre sonrisas, sin dejarse dominar por las urgencias.

Su llegada cambió el sueño a los hinchas, que miraban con pesimismo impaciente e intolerante las tablas de puntuaciones. Estaban aturdidos por el equipo atascado. Con cinco fechas jugadas en la Liga 2, a treinta puntos de Leones, a 22 del Pasto, directos comprometidos en descenso; escolta del líder Equidad, invicto y, sobre todo, con un volumen de juego medio que alienta y un filtro de marca que da confianza.   Es sosegado su presente como también lo es el de los aficionados. Su futbol no es revolución táctica. Al contrario, sus preceptos son simples, llenos de sentido común, sin rebusques en el método ni pedantería al explicarlo, con vocación física y un cambio rotundo de actitud.  Prefirió el oficio de los veteranos a los trotones, picapiedras sin compromiso, del reciente pasado y dio paso a prometedores valores que maduran con rapidez en la continuidad que tienen.

En el Once  se aparcaron las excusas y aparecieron las razones. También  las acusaciones desmesuradas, las miradas traicioneras, el descontento y la feroz critica destructiva, porque la actitud general es distinta.

Son , los actuales, momentos felices que ojalá perduren, que inviten al sueño, que provoquen el apoyo. Sin estrellas también se construye una campaña, cuando hay un método que convence y guías con arraigo. Pero  esto no puede ser flor de un día. Debe ser por siempre. La mejor vida se construye poco  a poco para hacerla duradera.

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