El Ojo del Halkón Migración venezolana
Por: Rubén Darío Mejía Sánchez
Decía mi mamá, lo mismo que mi abuelo, que era mejor deber dinero que favores y de eso tenían sobrada razón, porque esas deudas de dinero se pagan con dinero y favores no tienen precio y por mas que se trate de hacer, siempre quedamos en deuda.
Cuando se habla de migración, nos damos cuenta que todo el mundo está en deudas, porque principiando por las grandes potencias como Estados Unidos están conformadas por migrantes que han hecho grandes y poderosos eso países y esos gobiernos, que es lo que uno no entiende al presidente Trump cuando olvida que los migrantes han hecho grande a los Estados Unidos de América y es que ellos en su mayoría vienen de raíces de migrantes y si leemos la historia nos damos cuenta que estoy en lo cierto.
Lo que está sucediendo en este momento en Europa y en Suramérica es bastante grave, porque son muchas las vidas las que se han perdido por la gran cantidad de migrantes que se han tenido que ir de sus países por los malos gobiernos o regímenes dictatoriales.
Esta noche cuando escribo, acabo de descansar, sentarme al frente de mi computador personal luego de haber tomado una comida y poder decir que tengo un lecho para descansar en las próximas horas y un techo que me acogerá por el resto de mis días y no así mas de un millón de venezolanos que según las estadísticas de Migración Colombia, recorren las calles como las vías y caminos colombianos tratando de conseguir donde dormir y un bocado de comida para sus familias, luego de haber tenido que dejarlo todo en su país de origen por la dictadura malévola de Nicolas Maduro, de quien se dice y se especula es colombiano o de origen colombiano, cosa que dudo porque los colombianos no somos así.
El gobierno Maduro es un gobierno de locos, de mentirosos y de malos administradores y en donde esta dictadura, tarde que temprano les va a cobrar todas las injusticias a las que son sometidos los ciudadanos de bien, quienes no tienen alimentos y medicinas, y en donde un pensionado de mas de ochenta años lloraba este sábado frente a un cajero de un banco, porque no se le ha colocado su mesada durante varios meses y está enfermo y padeciendo hambre.
Muchos han llegado a regalar su trabajo en Colombia y en otros países de América Latina, hasta donde han podido llegar, y una mínima parte ha podido ver el sueño americano e ir a Europa; pero el problema es grave, como dijera Celia Cruz en una oportunidad, el caso es que “no hay cama para tanta gente” y no es porque no se quiera hacer una obra de caridad, sino porque como en el caso colombiano, no se está preparado para afrontar una situación como está, pues el desempleo local, a pesar de lo que dicen las cifras del Gobierno es bastante alto y si no hay para darles a los de la casa, mucho menos a los extraños; aunque hemos visto en mas de una oportunidad despedir a los nacionales para cubrir esas plazas con mano de obra venezolana que es mas barata, porque muchos de ellos exigen solo la comida y unos cuantos pesos para enviar a sus familias que se quedaron en el vecino país.
El Gobierno ha tenido que tomar medidas y ha sancionado a algunas empresas que han cometido fallas en la contratación de estas personas y que en muchas ocasiones se ha abusado de ellas sin pagarles sus salarios, aprovechando su situación desvalida.
Hoy nada más, decía desde El Socorro el presidente Duque que era necesario contar con la ayuda de la ONU para poder sacar adelante este problema y no ir a cometer un error y una injusticia al desamparar a los hermanos venezolanos.
Mientras tanto, las autoridades policiales y la Fiscalía han alertado del crecimiento de los delitos y de la prostitución por esta situación, y la cosa es natural, porque muchos al no conseguir un trabajo se dedican al rebusque para conseguir la ayuda para sus familiares y es aquí donde aparecen las bandas de criminales para aprovechar esta situación y hacer de las suyas por precios más baratos y el desespero de los pobres venezolanos.
A mitad de semana las autoridades sanitarias y hospitalarias de varios departamentos del país pusieron el grito en el cielo porque no contaban ni con las camas ni la medicina para atender a los migrantes y el Canciller Carlos Holmes Trujillo se desplazó hasta La Guajira, en donde vio de cerca el problema y anuncio que el Gobierno tomará correctivos para que no salgan perjudicados ni los nacionales ni mucho menos los migrantes que llegan.
Esto es una bomba de tiempo que puede explotar de un momento a otro y si somos sinceros, Colombia es el país que saldrá más perjudicado por compartir la frontera con un país sin Gobierno, en donde las gentes se mueren de hambre y de enfermedad y salen corriendo a buscar solución a su problema.
No lo dije al principio, pero la deuda de Colombia con Venezuela es grande, porque en los años de la bonanza económica de ese país, se recibieron a miles de colombianos que tuvieron que migrar por los problemas de violencia y de orden público que azotaban a Colombia en esos momentos.
Venezuela creció mas y mas y los colombianos tuvieron un punto de apoyo y fue allí donde se instalaron varias familias y se conformaron otras, viviendo en una situación económica prospera y desde donde enviaron dinero para que sus familias pudieran mantenerse en nuestro país.
Como podemos ver, es una deuda moral del país hacia el otro país pero esto no quiere decir que se hagan las cosas a las carreras y no se programe primero el bienestar de los propios para poder acoger a quienes en este momento nos piden ayuda.
Nota al margen:
Muchos preguntan por una respuesta que di en las ultimas horas y la di, porque no me siento bien al estar en un lugar donde no estoy de acuerdo con muchas cosas y lo mejor es estar en paz con uno mismo, aunque los demás piensen lo contrario. Uno debe de ser sincero y saber que es lo que quiere y principalmente a esta altura de mi carrera profesional y de edad como persona, porque en vano no han pasado cincuenta años de periodismo y casi setenta de vida.
Como dice Suso, quien lo entendió lo entendió y yo simplemente digo gracias pero no.