Software “Fénix” de chuzadas terminó en una escuelita de Ipiales
La supuesta ficha clave en la investigación por el escándalo de chuzadas ilegales, porque sería quien habría desarrollado un software conocido como Fénix.
Pero pese a esas sindicaciones, en su declaración, la señora María Alicia Pinzón negó que su software tuviera las capacidades tecnológicas que aseguran otros detenidos por este caso.
Caracol Radio conoció los detalles de ese interrogatorio y allí la misma hacker descarta las bondades criminales del software que desarrolló por petición del coronel en retiro del Ejército, Jorge Humberto Salinas, testigo y capturado en el caso.
¿Qué no hacía el Fénix Software?
A la pregunta de los fiscales sobre los alcances de su software al que bautizaron como Fénix, la hacker dijo que no interceptaba conversaciones, no bajaba información de los equipos celulares, no lograba acceder a las llamadas de WhatsApp, no bajaba sábanas de llamadas, ni conocer la información de correos electrónicos, como en su momento lo aseguraron los otros testigos del caso.
En el interrogatorio la señora Pinzón dijo que su software apenas conseguía descargar algunos mensajes de WhatsApp y la ubicación de celulares lo hacía a través de la plataforma de Google Earth.
Fénix a la escuela
Cuando los investigadores le preguntaron por el código fuente de su software la hacker se remitió a señalar que no lo tenía, no hizo copias y solo quedó en un computador que terminó en la escuela San Francisco de Asís en el municipio de Ipiales, porque lo donó.
Los fiscales le increparon por la supuesta donación y ella les respondió que no lo guardó porque “no quería seguir haciéndolo” además que en un momento pensó en patentarlo y venderlo pero se arrepintió.
Le preguntan que si puede volverlo a desarrollar y dijo tal vez, pero requiere de mucho tiempo, insiste que lo desarrolló en 2016 y no lo actualizó, que los oficiales en retiro del Ejército siempre le dijeron que era legal y cuando notó algo extraño, decidió alejarse.
Ayudando en las tareas
Pinzón dijo las órdenes provenían del coronel Salinas, ahora testigo del caso, que al general Humberto Guatibonza no lo conocía, que habló una vez con él y que a Carlos Arenas, asesor del general, lo llamó en una sola oportunidad para pedirle ayuda en una tarea del colegio de su hija.
María Alicia Pinzón se encuentra en detención domiciliaria, le imputaron cargos y espera su llamado a juicio.