lunes noviembre 25 de 2024

Turquía II. La Mezquita y el harén

En la próxima entrega un vistazo a la Mezquita Sofía

Por Augusto León Restrepo

Claro que estos apuntes tienen que ser concisos y concretos. Como lo fue el itinerario que nos ofreció la agencia de viajes. Todos quisiéramos detenernos, embelesados, en los paisajes y en los sitios. Para quienes no han viajado en grupo, el acelere  incomoda. Pero poco a poco, van, vamos, metiéndonos en la apurada rutina diaria. Y terminamos al trote del guía, que en nuestro caso, parecía un comandante en jefe. Pero vamos al grano. Turquía, en el papel, es un Estado laico, libre, pluralista, musulmán a la moderna, pero, desde luego, con restricciones impuestas por su política interna en cuyo berenjenal no vamos a meternos. Por el momento.–

Y como  población de fe  musulmana, son las Mezquitas las que predominan en su contorno. ¿Cuantas en Estambul?. Incalculable el número. Se dice que hay una por barrio, como las capillas e iglesitas nuestras, pero existen las deslumbrantes, las grandes, las de varios minaretes en forma de lápices, las mandadas a construir por los sultanes para que los recuerden, las que son de obligatoria visita. Siempre el hombre glorificando a su Dios en sus edificaciones pero en especial en sus oraciones,  que los musulmanes repiten a diario cinco veces: al amanecer, en la mitad de la mañana, al medio día, en mitad de la tarde y al oscurecer. Invitados a rezar por el almuecín o almuacín quien desde el minarete los llama para que digan con el: Dios es inmortal; creo en la unidad de Allah; creo en su profeta Mahoma; venid a orar; Dios es inmortal; creo en la unidad de Allah.

Hubiera querido ver y escuchar al almuecín desde su atalaya en el minarete, como en esa especie de cante hondo, pero gran decepción. Las plegarias son amplificadas con megáfonos, con amplificadores. Que afean las construcciones. Más aún. Me topé en una mezquita con uno de ellos sentado en un cómodo estudio radiofónico. Tampoco conocimos los Imanes, que son quienes dirigen las oraciones en las mezquitas. Nada que ver con los sacerdotes nuestros. Puede ser cualquier fiel, que se las sepa y sea entonado para decirlas.

Las Mezquitas grandes están contruídas en generosos campos. Es que los sultanes las construían no solo como centros de oración: a su rededor hay jardines, aulas para la enseñanza del Corán, incluso universidades con cátedras heterodoxas, hospital, biblioteca , baño turco y hasta comedores comunitarios. Y desde luego, extensas tiendas llenas de cachivaches, cuyo arrendamiento sirve para su mantenimiento. En Manizales, en una nave de su Catedral, funciona una exitosa cafetería. Y en la planta baja del Palacio de su Arzobispo, almacenes,farmacia y zapatería. El comercio…el comercio….dirían los turcos.

Y se me olvidaba el harén o harem. Parece que estábamos equivocados en su concepción. Tal vez por las deformaciones de la literatura, del cine o de la imaginación, creíamos que era un sitio lleno de odaliscas con el ombligo afuera, destinadas a calmar las lubricidades de los sultanes. Y pues no. Eran aposentos en donde el Sultán alojaba a su señora madre- la de él-, a su, o sus favoritas, cuidadas y vigiladas por los eunucos, sus respectivas servidumbres y donde tenían sus oficinas y su burocracia. Los sultanes debían prepararse para gobernar y en especial para las guerras y las conquistas. Los harenes les facilitaban tener todo a la mano, incluso la esposa o las esposas oficiales, hasta cuatro según los dictados del Corán  y a la postre eran centro de artimañas y luchas por el poder, que es lo que ha caracterizado a la  humanidad desde tiempos inmemoriales. Chisme: por ahí en un libraco leí que en los haremes el jefe de los eunucos gozaba de gran influencia en el Sultanato, institución que fue borrada de un tajo en 1.923 como ya veremos y que se hacía amigo íntimo del Sultán, la madre del Sultán, y el Gran Visir o primer ministro, lo que le permitía conocer de todas las intrigas, traiciones, conspiraciones y hasta crímenes. Y que debido a su sexo, ni masculino, ni femenino, actuaba lleno de odio contra hombres y mujeres.

Y  es todo por hoy: les prometo que en los próximos apuntes vamos a llevarlos a la Mezquita Sofía, la Mezquita Azul, el paseo por el Bósforo, el Café de Pierre Loti, los Bazares, el Hipódromo y otras maravillas de Estambul y no distraerlos mas con estas digresiones.

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