Queiroz, una incógnita
Por Esteban Jaramillo Osorio
Carlos Queiroz es un buen segundo…Un mal primero. Protegido por Alex Ferguson, al que dos veces asistió en el Manchester United, es un veterano director técnico con aciertos en las juveniles de Portugal, selección con la que ganó dos mundiales, sin resultados auspiciosos en sus experiencias con equipos y combinados mayores.
Diego Torres, experimentado analista futbolero, dijo de él, en su momento, que “Es un hábil planificador, reflexivo y eficaz para desarrollar proyectos a largo plazo”. Para luego agregar que “no se distingue como conductor de vestuario ni como negociador con dirigentes”, especialmente en épocas de Crisis. Reflejo de ello son sus aventuras con fracaso, en la selección mayor de Portugal y en el Real Madrid, donde no pudo controlar a los ídolos ni cosechó buenos resultados.
Queiroz, portero profesional sin brillo, nació en Mozambique, en África, donde dio sus primeros pasos Eusebio, el mejor jugador del mundo en la década de los sesenta, con Portugal. Su tendencia futbolera es defensiva, aunque se reconoce que en sus últimas incursiones, como en el reciente mundial, la selección de Irán que dirigió no tenía recursos para atacar, por las limitaciones de sus futbolistas. Su objetivo era sobrevivir y no destacar. Pocas veces su futbol se construyó con el placer dominante de la pelota.
Observado su currículo, no es tan diferente al que presento Pékerman cuando llegó a la selección Colombia. Exitosos ambos en equipos menores, con fracasos rotundos en mayores. Pékerman, en momentos cumbre de selección, también fue defensivo, en ocasiones con descaro, lo que malogró sabrosos resultados. Queiroz es “El hombre-selección” de los dirigentes. En suspenso aun su confirmación por sus compromisos actuales, con el habitual bombardeo crítico, porque cualquier técnico que llegue producirá polémicas y divisiones.
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Esteban Jaramillo Osorio
Twitter: @estejaramillo