El Ojo del Halkón La Carta y corrupción en las cárceles
Por: Rubén Darío Mejía Sánchez
Definitivamente éste es un país que no sabe para donde va y en donde se cometen errores uno tras otro, y errores que no deben de cometerse por el bien del país y su imagen internacional.
Da vergüenza que una solicitud que se le envió por parte de la JEP a la justicia norteamericana sobre la situación jurídica de Santrich, se haya perdido en el camino y lo peor es que haya sido por un correo manejado por el propio Estado.
No sé si estoy equivocado, pero hasta donde entiendo, esta clase de documentos se envían por la llamada valija diplomática y para lo que se tiene en cuenta los buenos oficios del Embajador en el país a donde van los documentos, en este caso, al de Washington, y no creo que el doctor Ordoñez se haya opuesto a hacer sus buenos oficios, cuando es uno de los mas fervientes seguidores a la idea que se debe castigar a los que han cometido delitos, como el narcotráfico, que se le imputa al señor Santrich.
Vimos muy enredada a la Minjusticia dando declaraciones al respecto, y lo que nos hace pensar es que nuestros funcionarios están tan rodeados de asesores por todos los lados, que a la hora de la verdad no hacen nada, sino cobrar la nómina, porque éste no es el primer hecho que se presenta, cuando un funcionario ha metido la pata en declaraciones o en hacer cosas por una mala asesoría, y esto tiene que ver con que estos puestos se rellenan políticamente, sin tener en cuenta el conocimiento y las capacidades de los funcionarios que se contrata.
Según dijo la Ministra de Justicia, el documento ya llegó, se espera la confirmación del radicado y la respuesta que se le dé a la JEP, para adelantar el juicio de Santrich, el que se cree que sigue adelante porque el tiempo de las pruebas ya terminó, pero en este país puede suceder cualquier cosa, y esos tiempos se pueden alargar.
Esperamos todo se aclare, para el bien de la justicia, del mismo Ministerio y del país, al tiempo que se debe adelantar una investigación seria y veraz y no como tantas otras, de manera exhaustiva, porque por lo general no dan ningún resultado.
Otro de los temas que estuvo en la palestra en la semana que termina tiene que ver con la detención por corrupción al Director de la Cárcel Modelo de Bogotá, se hizo un gran escándalo al respecto por parte de la Fiscalía General de la Nación y del Ministerio de Justicia, en donde se dice que se adelantan investigaciones en el INPEC para ver que fue lo que sucedió.
Me van a perdonar, pero creo que sobre este tema conozco cosas que han pasado en este país y que seguirán pasando en las cárceles colombianas.
Hace unos años tuvieron que detener unos funcionarios del INPEC que ayudaron a un capo de la mafia a escaparse de la cárcel, y se ha conocido de casos a diario, en donde se sabe que en la mayoría de las cárceles colombianas se cobra por todos los servicios y en una investigación que hice hace algunos años como periodista, me contaron las siguientes perlas: en cárceles como en La Modelo de Bogotá, cobraban por las celdas para los detenidos, por las colchonetas, por entrar la droga y como si fuera poco, para no cortarles el cabello, pues en aquel entonces todo preso condenado o imputado tenía que someterse a que le cortaran su cabellera antes de pasar del patio principal al patio donde fueran a trasladarlo.
Se cobraba por pasar de un patio al otro, por evitar que las esposas, hijas y madres no fueran vulgarmente requisadas en el momento de las visitas, además de visitas extras en lo corrido de la semana, recordando que todo preso en Colombia tiene derecho a sus visitas normales los sábados, en donde solo pueden entrar hombres, los domingos las mujeres y el primer domingo de cada mes las esposas, las madres y los hijos.
Eso de corrupción en las cárceles no es nada nuevo, o recordemos lo que pasó en la cárcel La Picota en donde se descubrió que varios de los allí detenidos hacían fiestas, con mariachis, grupos vallenatos y hasta de reguetón.
Lo informado por el Fiscal y la Minjusticia es cierto, y no solo fueron delitos cometidos por el Director de la cárcel, ahora en poder de las autoridades, pero lo que hay que tener en cuenta es que en estos lugares de reclusión no se está haciendo nada para rehabilitar a la gente, pues se cuenta con sobrepoblación y además se deben de pagar todos los servicios, como tener teléfono celular, poder salir al médico y otros tantos que si los enumeráramos necesitaríamos hacer varias columnas.
Lo que tiene que hacer el Gobierno es hacer cumplir lo que decía la Ministra de Justicia esta semana sobre la reestructuración en las cárceles, porque ese mal no es de ahora sino desde hace muchos años y muchos de los que trabajan en el sistema penitenciario han logrado grandes fortunas por medio de la corrupción.
Sabemos que el país está rodeado o mejor dicho, acorralado por la corrupción en todos los sectores, pero es tarea del Gobierno trabajar honestamente y buscar soluciones a estos problemas, porque en lo que se están volviendo estos centros penitenciarios es en verdaderos cultivos de delincuentes, porque allí llegan muchos inocentes que al ver las injusticias se rebelan y en vez de aprender lo bueno, aprenden lo malo y el paso para muchos por esos sitios mal llamados “La universidad” se convierten en su perdición.
Creemos que para que todo esto deje de suceder, debemos de dar una educación desde los propios hogares, los centros educativos y el ejemplo desde el propio Gobierno, porque se debe evitar que la justicia en Colombia siga siendo para los de ruana y los hampones de cuello blanco sigan haciendo de las suyas, sin que siquiera sean detenidos y castigados.