LOS DOPADOS
Gustavo Álvarez Gardeazábal
Esta semana terminó sin pena ni gloria la enésima Vuelta a Colombia que languidece según los entendidos, por culpa de la dictadura repetida en Fedeciclismo del caballero Jorge Ovidio González. De aquella competencia que sirvió para que hoy tengamos a una pléyade de ciclistas en la primera fila de las competencias mundiales, no parece que queda nada. Del entusiasmo que nos rodeaba en nuestra infancia con José Beyaert o Ramón Hoyos no queda sino el estímulo que dan los patrocinadores para salir 15 segundos en el resumen deportivo de los noticieros. Del peregrinar de ciclistas que levantaban multitudes en todas las orillas de los caminos para aplaudir a Cochise o a Rafael Antonio Niño, llegamos al anonimato de una procesión de segundones o de sobrantes perdedores de las competencias europeas.
Gustavo Duncan, el columnista de El Tiempo y El País,dijo hace unos días que el cisma del ciclismo es culpa del dopaje tolerado en las competencias nacionales. Que el hecho de tener 40 ciclistas sancionados por usar doping no lo remedia las cartas furiosas del tal señor González contra la Federación Suiza o contra quienes se niegan a patrocinar o a dejar pasar por las calles de sus poblaciones la Vuelta a Colombia.Yo agregaría que la culpa hay que repartirla también entre la ausencia durante más de una década de un laboratorio antidoping en Coldeportes y el patrocinio miserable de ligas enmermeladas que no dejaron cambiar las directivas ciclísticas.
Si el ciclismo es el deporte que nos enorgullece lo tiene que cuidar desde el presidente de la república hasta un anciano aficionado como yo ,que ya no puede montar en bicicleta .Es un patrimonio nacional que deben proteger como su capital futuro los ciclistas triunfadores en Europa exigiéndole al gobierno que intervenga ya en la olla de grillos de Fedeciclismo
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Publicado en Diario ADN, julio 4 2019
Audio: https://www.spreaker.com/user/8676384/2019-07-03-19-57-36-computer-record