PETRO Y RAMOS
Gustavo Álvarez Gardeazábal
Aunque para muchos estamos frente a un cambio generacional,para otros estamos en frente a la demostración que Colombia es una democracia hereditaria. El hecho de que en Medellin el hijo del frustrado candidato presidencial Luis Alfredo Ramos aspire a ser alcalde de la capital antioqueña, es igual al que el hijo del derrotado candidato presidencial Gustavo Petro aspire a ser gobernador del Atlántico.
El hijo de Ramos va con el respaldo del frenesí uribista que han tenido los antioqueños.El hijo de Petro va envuelto en la gigantesca votación que su papá obtuvo en el Atlántico cuando Duque lo derrotó nacionalmente .Alfredo Ramos ya fue senador.Nicolás Petro no ha llegado nunca antes a una elección ni ocupado cargo público.Ramos II se enfrenta a un reguero de candidatos sin mucha entidad aunque algunos rebosan de ganas de usar los nuevos o los antiguos votantes. Petro II se enfrenta a la más poderosa maquinaria electoral que existe en Colombia y que ha aglutinado la familia Char alrededor de un solo nombre, el de Elsa Noguera, la exalcaldesa de Barranquilla y compañera de fórmula de Vargas Lleras.
Aparentemente la batalla es desigual en Barranquilla porque el otro Petro no tiene maquinaria ni reconocimiento ciudadano, solamente goza de una fama de cordial.En Medellin es también desigual. El otro Ramos apenas si es reconocido por su temperamento hosco y distanciador pero tiene una maquinaria arrolladora que maneja Alvaro Uribe Velez con el dedo meñique.
Cualquiera de los dos, o los dos al tiempo, pueden ganar o perder.Si Petro gana en el Atlántico,su padre se vuelve a proyectar como el verdadero rival del 2022.Si Ramos pierde en Medellin,comenzaría el desbarajuste de Uribe y se haría el primer pago al desgobierno de Duque.Si Petro pierde, los Char siguen mandando y si Ramos gana, nada cambia.
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Publicado en Diario ADN, julio 24 2019
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