La copa LA PATRIA
Por Esteban Jaramillo Osorio
Los torneos de barrio son el plan B del futbol profesional. Tienen un sabor especial.
Manizales, 16 de diciembre_ RAM_ En ausencia del Once Caldas, el placer del gol se encuentra en canchas menores, con futbolistas sin renombre pero con juego, corajudos equipos y barras ruidosas.
Son emocionantes partidos, disputados con intensidad, que sirven como pretexto para el reencuentro de amigos, para tender un puente con el pasado, evocar historias y contar anécdotas.
Hay chicos valiosos, con futuro. Otros, de buenas formas, que prolongan su carrera después de haber tomado un camino paralelo autodestructivo, cuando se perfilaban con gran opción.
Unos más que, siendo buenos, fueron descartados por los caprichos de los entrenadores, o no les alcanzó su calidad.
El fútbol autentico está en las canchas populares, sin vicios, sin trampas y con pocas manipulaciones.
Es una ventana diferente, con cantidad de placeres asociados que van de los partidos a los pasteles, el tinto, el sancocho casero, los helados, las tortas con carne y arepa, las empanadas y la mamadera de gallo.
Frecuento Aranjuez, La Baja Suiza y la Copa La Patria.
A esta última le tengo un cariño especial porque es un homenaje a mi hermano Juan Augusto, periodista y fundador del torneo, hace años fallecido.
Por los organizadores, el pueblo que allí se reúne, las risotadas, la habladera y los muchos futbolistas que han saltado al futbol profesional.
Algo del ONCE
A paso lento avanzan las gestiones del Once Caldas para sus nuevos fichajes.
Tres hombres fijos: Sebastián Hernández, Pablo Rojas y Luis Payares.
El primero, mediocampista creador con talento discontinuo pero efectivo y esporádicas llegadas a la zona gol. Rojas, el segundo, por encima de los estándares normales de rendimiento. Es Bueno, pero no se respalda con disciplina. Payares, es un defensa con brillo en equipos chicos, sin renombre o continuidad en los grandes.
Gestiones se adelantan, dice el presidente, por un volante de contención, otro «10» y el delantero con gol.
Entretanto, a esperar… O a sufrir.
EJO