El Ojo del Halkón Se necesita diálogo directo
Por: Rubén Darío Mejía Sánchez
BOGOTA, 04 de enero de 2020 RAM_ En su sabiduría mi abuelo decía que uno debía de ser muy concreto para buscar solución a los problemas y no irse por las ramas, y que una de las bases para encontrar una salida era dialogando, no contándole a todo el mundo ni consultándole sobre lo que había que hacer sino frente a frente con el afectado que era causa del problema. Como dijéramos en plata blanca, hay que dialogar es con quienes se sienten afectados y exigen soluciones.
Todo lo anterior, no sé si estoy equivocado, pero creo que el presidente Duque no ha hecho las cosas como deben de ser, habló con los empresarios, con los miembros de su gabinete y sus allegados, antes de sentarse a hablar directamente con los estudiantes y las centrales obreras, que en representación de los trabajadores son los que hacen las exigencias y muestran su descontento por lo que está sucediendo.
Por no hacer las cosas bien desde un comienzo, se creció la protesta social y fue cuando el ciudadano de a pie se sumó para gritar como cuando una persona de ahoga o está en emergencia y pide que se le salve, pero no se les escuchó y se hicieron las cosas de manera diferente y es por ello que quedó volando la idea y la imagen de un presidente y de un gobierno prepotentes en lo que se ha llamado un diálogo de sordos.
No estoy diciendo que el presidente Duque esté haciendo las cosas mal porque quiere, sino que simplemente está mal asesorado y a pesar de las medidas represivas que se tomen los ciudadanos van a seguir saliendo a las calles, aquellos que se atreven, porque otros no lo hacen por temor o simplemente porque necesitan como sea conseguir el sustento diario.
Creo que sería un dialogo amable y sincero de parte y parte el que llevaría a la solución de un problema o por lo menos comienzo de solución de algo que viene desde administraciones anteriores y que la gente ha quedado frustrada cuando creía que iba a tener un momento de respiro al terminarse el conflicto con las FARC, cosa que no parece estar muy segura, como se puede ver en los hechos que han acontecido en los últimos días.
En una ocasión dije que esperaba escribir mi última columna antes de retirarme como periodista, sobre la gran noticia de una Colombia en paz; pero después de 51 años de ejercer la profesión y de 71 de vida, esto no lo he logrado y lo veo muy complicado, porque cada mañana despertamos con un ataque por parte de los alzados en armas, de las bandas emergentes o de la delincuencia común, sin ver solución por ninguna parte.
Por mas que se lleve el Ejercito a las calles, a las ciudades, a las poblaciones y a los campos, no se va a lograr una pacificación hasta que no se consiga una solución a los problemas sociales en donde los más desfavorecidos no tienen derecho cosas tan básicas como son la salud, el trabajo y la educación.
Hay programas, programas y programas, y como dijera un famoso narrador de fútbol, mucho toque toque y de aquello nada, porque a veces vemos muchas promesas por parte del Gobierno, dando la sensación, como si estuviéramos aun en campaña política.
La desconfianza que hay de varios sectores hacia el Gobierno es bastante grande y es lo que tiene que tratar de recuperar en este nuevo año y en lo que falta del mandato, porque como diríamos “así no se llega a ningún Pereira”.
Se hizo un reajuste en el salario mínimo, pero echándole lápiz y papel o como dijeran otros, calculadora, el reajuste no da ni siquiera para dos bolsas de leche y una de pan, porque suben los pasajes, los servicios públicos y como si fuera poco suben cada uno de los trámites que hay que hacer diariamente, haciéndonos pensar que esto simplemente es un saludo a la bandera.
Hay mucho inconformismo con la reforma tributaria, que aunque el Gobierno la defiende a capa y espada, y trata de explicar que es para el bien del pueblo, los columnistas y opinadores del país, al igual que los analistas sinceros, consideran que se le está ayudando es a los más favorecidos y es así como leímos hoy sábado el título de una de las columnas de un diario capitalino que rezaba sencillamente que se estaba ayudando a los ricos con los dineros que se le quitaban a los pobres; hago votos para que esto no sea así.
Es grave y dura la tarea que tiene el presidente Duque en el nuevo año, sin tener en cuenta quien esté detrás, porque a pesar de todo no falta quien tenga esperanza en un gobierno que busque soluciones de manera concreta y que no sea necesario volver a las calles a enfrentar a la Policía y sentirse reprimidos por exigencias concretas y justas.
Creemos que tanto el Ejercito como la Policía tienen una gran responsabilidad de erradicar el crimen y el narcotráfico del país y de la delincuencia en los pueblos y ciudades, porque si somos sinceros, en este momento el ciudadano de bien está acorralado, porque la delincuencia común esta siendo la ama y señora de las calles.
Los nuevos mandatarios locales anuncian grandes programas al respecto, pero para ello deben de contar con el apoyo del Gobierno Nacional y así dar oportunidad para que la gente buena siga trabajando y haciendo crecer al país, pero no por medio de represiones, sino con soluciones concretas y que cambie el rumbo para el bien de todos.
Todo el mundo hace votos para que la justicia funcione y que la impunidad no siga reinando, porque antes se hablaba de delincuencia de cuello blanco que era los favorecidos con el beneficio de la justicia, pero ahora vemos que también lo son los delincuentes comunes, porque a pesar de la labor de la Policía, si los jueces no le dan casa por cárcel, los dejan libres.
Responsabilidad por parte de los políticos, que los senadores trabajen honestamente de acuerdo a lo que cobran, porque si impusieran lo propuesto de pagarles únicamente el tiempo trabajado, es decir por oras, no harían siquiera muchos de ellos ni para los tintos, principalmente a los que contestan a lista y se salen del recinto o los que llegan a dormir pasando el periodo legislativo sin hacer nada, simplemente porque no proponen nada o se dedican a hacer oposición por hacerla sin fundamento.
Muchos preguntarán porque veo el panorama tan enralecido y es simplemente porque eso es lo que está pasando y porque espero que un alto en el camino y una buena planificación hagan del Gobierno Duque lo que debe de ser, un buen gobierno para lo que fue elegido.
Es una tarea titánica y seria, de mucha responsabilidad por parte de todos los sectores del país y entre ello lo de os medios de comunicación, muchos de ellos que no se atreven a decir nada, porque simplemente se han alineado con el Gobierno y con los políticos y no cumplen con la labor de decir la verdad, olvidando que los medios de comunicación deben de ser para los gobernados y no para los gobernantes.
Me preguntaban si iba a hablar de los nuevos mandatarios locales, pienso que no, porque es necesario dar un compás de espera; los discursos de varios de ellos han sido muy alentadores y de esperanza, pero es bueno dar un tiempo para que todo lo que se dice se cumpla y se despeje el panorama de unas ciudades y pueblos que han recibido con grandes problemas, que necesitan soluciones inmediatas en donde la salud, la educación, el trabajo y la seguridad son primordiales.