Bodhert no da en la tecla
Por Esteban Jaramillo Osorio.
Foto Once Caldas
Bogotá, 10 de febrero_ RAM_ Los agujeros estadísticos de la empatitis. Sin triunfos en Casa, con seis puntos perdidos en cuatro fechas, el Once Caldas afecta su proyecto. Dadas las características de los rivales, en estos casos igualar es perder.
Bodhert, su técnico ni preventivo ni reactivo. No da en la tecla.
Perdedor como de costumbre desde el comienzo, por desatenciones defensivas, aceleró el juego sin pausas, hasta el gol de Ovelar, de impecable cabezazo.
Poco había llegado sobre la portería rival. El dilema era con quien asociar al paraguayo, pero nunca, como jugar sin él. De la celebración al drama. Sin mediar razón alguna Ovelar fue al piso. De inmediato recordé su paso por Millonarios, donde las lesiones fueron su problema.
Lemus no fue socio. Tampoco intimidó. Inadecuada su presencia, en relevo de Estacio, quien llegó, disparó, pero no tuvo precisión, como tampoco la tuvo Carreazo, con un tiro al palo, que pudo cambiar la historia. Por poco ocurre lo mismo con Correa, quien no logró “peinar” un balón, con destino a gol, impulsado por Clavijo, que sorprendió a Bejarano, portero contrario.
Ironías de la vida futbolera: esta vez, como relevo, Kevin Londoño pudo aportar más que Clavijo. Pero por rebelarse ante el técnico, fue borrado de la nómina.
El futbol tiene posiciones, movimientos y espacios. Combinaciones precisas, volumen de ataque, pero el gol premia y castiga. Y al Once le cuesta, arriba y abajo.
Del juego al resultado hay un trecho. Elaboró bien el local, pero no supo resolver. Flaqueó en la defensa y pudo perder, cuando el desespero produjo desequilibrio. Sin Ovelar, es otro cuento.
Nota marginal: mi solidaridad para los periodistas afectados por la negación de la escarapela de entrada al estadio. Recomiendo el dialogo como recurso y no hacer radicales o personales los conflictos.
EJO