Asfixia latinoamericana
Por; Mario Ramírez Arbeláez
Bogotá, 13 de junio_ RAM_ Nuestro continente latinoamericano, no encuentra una ruta definitiva hacia su independencia, desarrollo y autonomía. Por lo que se puede catalogar, como una región en la que la diversidad de intereses económicos y políticos, la variedad de actores internacionales, ha impedido la integración regional.
A pesar de muchos esfuerzos de integración para marchar unidos en la búsqueda de metas y mejoramiento de la condición social del continente, es muy lento su progreso económico y social. Es más hay países que van en retroceso y más ahora con la pandemia que nos trajeron con el covid-19.
Lo que si aumenta es la injerencia extranjera especialmente de los Estados Unidos que no da puntada sin dedal, por manejar y controlar toda la región.
La Casa Blanca está tratando de recuperar su influencia política en América Latina aumentando su injerencia en los asuntos internos de los estados latinoamericanos.
Utilizando como estrategia la lucha contra el narcotráfico, y aprovechando la crisis de la región, financia ampliación de sus bases navales, aeropuertos, tecnología, con distintos ministerios u organismos. Y a través de estos acuerdos realizan «visita periódica» de militares norteamericanos, evadiendo así los cuestionamientos y críticas de la sociedad civil y protegiendo a los gobernantes que permiten tales eventos. Como ocurre en estos momentos con Colombia.
En su artículo para el portal América Latina en Movimiento el experto periodista y politólogo Salvador González Briceño , señala que en Latinoamérica a EE.UU. no le funciona la táctica de la «falsa bandera» para atacar a los países con el pretexto de luchar contra el terrorismo, como hizo con éxito en Irak y Afganistán. «Pero le funciona a la perfección la ‘guerra contra las drogas’.
Caso Bolivia
Por ejemplo, Washington está tratando de imponer a los votantes bolivianos un candidato afecto a sus intereses, Jeanine Añez a través de apoyo de redes informativas, financiero y político.
Como parte de la primera tarea, la administración del presidente interino utiliza el «Movimiento al Socialismo» como justificación y una «cortina de humo» para ocultar sus propios errores y violaciones en la lucha contra la pandemia del coronavirus.
La situación se ve agravada por el hecho de que para controlar la economía a través del Fondo Monetario Internacional administrado por los Estados Unidos el país recibió un préstamo de 327 millones de dólares. Esto sucedió por primera vez en 14 años y podría causar daños irreparables a una economía previamente estable y soberana.
También son particularmente preocupantes las medidas adoptadas por el gobierno de J. Añez para restringir la libertad de expresión con el pretexto de cuidar a la población durante el período de cuarentena. Así, el decreto aprobado el 12 de mayo de este año por la administración provisional ya ha generado críticas tanto a nivel nacional como internacional.
La miopía política, ha llevado al gobierno en funciones, a que en lugar de ampliar la red de centros de salud y equiparlos, ya ha cerrado siete hospitales, y los construidos anteriormente en tiempos de E. Morales y casi listos para operar se han quedado sin equipo. Lo cierto es que en Bolivia el gobierno, no puede seguir aplazando las elecciones en virtud del Covid 19.
Finalmente el mundo está pendiente de lo que pueda ocurrir con Venezuela, ante la grave crisis que padece por el bloqueo económico impuesto por los Estados Unidos. Dios quiera no se desate un conflicto armado de impredecibles consecuencias.