A Vélez le aplicaron el ácido
Por: Faiver Hoyos Hernández
@FaiverFaiver
Neiva, 28 de julio_ RAM_ Cayó derrocado en Asamblea de Clubes de Dimayor, Jorge Enrique Vélez, dirigente político que llegó al fútbol de carambola, tras la crisis que había ocasionado la salida del dirigente huilense Jorge Fernando Perdomo.
Pocas personas logran lo conseguido en tiempo récord por Vélez. Unir tanta gente en su contra, porque de los 36 Presidentes de equipos profesionales un total de 34 votaron para que se fuera y solamente dos le respaldaron, por la simple modestia de la amistad, aunque por dentro empujaban y aplaudían su fulminante partida.
El fútbol colombiano atraviesa su peor momento, esta vez no tanto por presencia de los carteles, sino por la flaca dirigencia que ha administrado a la Fedefútbol, Dimayor y Difútbol en los últimos 40 años. Con algunas contadas excepciones.
Los engendros de quienes pasaron por la Presidencia salieron peores. Esos discípulos que asumieron el mando cuando los capitales debieron abandonar el barco, aprendieron las malas mañas y acabaron con el patrimonio impoluto de ser dirigente por convicción y no para enriquecerse a costillas del balompié y los escandalosos negocios.
Vélez en su paso por Dimayor le mamó gallo a todo el mundo. Primero a sus patrones con el cuentico del jugoso negocio de la televisión internacional, historia con un final nefasto que dejó a los clubes en quiebra.
Sepultó la Liga Femenina en Colombia, la misma que consolidó título internacional en Copa Libertadores de América con Atlético Huila. Ese logro, sin duda se le debe a su antecesor Perdomo. Este triunfo no sirvió de nada porque a la hora de buscarle patrocinio, señaló que a nadie le interesaba.
Con el Gobierno fue descortés y grosero. En algún momento se refirió, inclusive, en pasarle factura porque le solicitaron contemplar transmisiones públicas de algunos partidos. Para los altos funcionarios del Estado fue considerada salida en falso.
A los periodistas permanentemente les respondía con piedras en la mano. Su desfachatez para encarar cualquier entrevista generaba miedo. Era cortante e irrespetuoso e ignoraba en muchas ocasiones los temas, así los conociera. Sus asesores de imagen tampoco le ayudaban, por el contrario, aplaudían sus cantinflescas actuaciones.
Nos engañó a quienes hacemos periodismo deportivo y dijo a su llegada a Dimayor que anhelaba ver los estadios llenos de muchas emisoras transmitiendo fútbol. El resultado no pudo ser peor: crisis en la radio, periodistas independientes sin empleo, carné ACORD sin validez y poca gobernalidad.
En cuanto a los protocolos para el regreso del fútbol a puerta cerrada tampoco fue eficiente. Se dedicó a echar puyas y a andar en contravía, a tal punto que el Ministro del Deporte decidió interlocutor con Fedefútbol, cortando el cordón umbilical con Dimayor el que solamente generó molestias.
A la prensa deportiva en Colombia agremiada en ACORD le dio la espalda. No tuvo la dignidad de responder a comunicación enviada el 29 de mayo solicitando explicaciones frente al cubrimiento del fútbol en medio del Covid-19.
Sorpresivamente, quien contestó fue Andrés Tamayo, secretario de Fedefútbol, tirando la pelota a los Ministerios de Salud y Deporte, como las entidades responsables de autorizar dicho ejercicio por parte de radio, medios digitales y periódicos; lo que genera sorpresa y asombro.
Nadie, absolutamente nadie olvidará a Jorge Enrique Vélez, primero porque fue nefasto para el fútbol y el periodismo deportivo en su paso por Dimayor y segundo porque en medio de la pandemia, sus actuaciones son muy similares a las dejadas por el coronavirus.
Bien ido doctor Vélez, así su indemnización haya costado 600 millones de pesos. A buena hora los directivos de los clubes decidieron aplicarle el ácido: ha sido un placer.