ZARPAZO AL BID
Por: Mario Ramírez Arbeláez
El 1 de octubre el representante estadounidense M. Claver-Carone asumió el cargo de presidente del Banco Interamericano de Desarrollo. El evento que al principio podía parecer una broma resultó ser una realidad. La llegada del estadounidense a la presidencia del BID rompió una tradición de más de medio siglo tanto del propio banco como de los enfoques establecidos en el continente para nombrar a su máximo jerarca. Con la nominación de M. Claver-Carone el presidente de los Estados Unidos, demostró que por encima de los intereses regionales están los suyos electorales.
El BID es el mayor banco regional del mundo y su capital supera los 100.000 millones de dólares.
El economista chileno y ex ministro de Hacienda Felipe Larraín, al abordar el tema expreso:
«El inconveniente de la situación es que existe una tradición y un compromiso. Es un respeto por la institución y no se tiene nada en contra de Claver-Carone. Es un tema del proceso y de la institución. Por 60 años se ha respetado el compromiso que hizo el entonces presidente Dwight Eisenhower, de que el BID fuera presidido por un latinoamericano. Nunca antes Estados Unidos había presentado un candidato a presidir el organismo, por eso ha sido una sorpresa en la región.
Se impone así la política de D. Trump bajo el lema «quien paga dinero, debe liderar» pero puede fallar, si pierde las elecciones y deja a su protegido como presidente del BID, lo cual afectara a los países de América Latina que no votaron a favor de su designación.
Con este nombramiento, logrado presionando a países como Colombia y Brasil, a respaldar su elección , el Gobierno del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, busca también contrarrestar la creciente influencia de China, mientras que por el otro se levantó una sigilosa rebelión de países irritados por la pérdida de las riendas de su prestamista regional.
Mauricio Claver-Carone, es conocido por su enfoque directo y su ruda postura en torno a Venezuela y Cuba. En Estados Unidos, el senador demócrata Patrick Leahy dijo que Claver-Carone era «el candidato equivocado» y lo llamó el «arquitecto» de las «políticas más ideológicas de Trump» en torno a Latinoamérica.
Se convirtió así en la primera persona de fuera de América Latina en dirigir el BID, con sede en Washington, un pariente más pequeño del Fondo Monetario Internacional (FMI) y que ha estado encabezado por latinoamericanos desde su fundación en 1959.
Argentina, quien tenía su propio candidato, trato de posponer la votación hasta después de las elecciones presidenciales de Estados Unidos -el 3 de noviembre- con la esperanza de debilitar la posición de Claver-Carone si Trump pierde, pero desistieron ante el temor de represalias de los Estados Unidos que llego a los extremos de calificar a la oposición a su candidatura como «subversiva».
La disputa refleja un enfrentamiento geopolítico más amplio en América Latina, considerada por mucho tiempo como parte de la esfera de influencia de Estados Unidos pero que se ha acercado a la órbita de China, el principal consumidor de sus productos básicos y un prestamista con cada vez mayor peso.
Las campañas electorales en la región recientemente, en gran parte en el ejemplo de los propios Estados Unidos, se están convirtiendo en una especie de farsa televisiva, donde los aspirantes luchan solo entre ellos, olvidándose de las promesas de campaña y los programas de desarrollo. En esta «actuación» los roles ya están distribuidos y se forman reglas para lograr un resultado específico.
Lo más evidente, en la actualidad, es el ejemplo de Bolivia, donde el primer acto de «tragicomedia» está llegando a su fin y la votación está programada para el 18 de octubre. La principal tarea electoral declarada oficialmente por el gobierno provisional del país es evitar la victoria del popular partido «Movimiento Al Socialismo», debido a sus puntos de vista populares y su cercanía con el ex presidente boliviano E. Morales. Para la realización de lo previsto la presidenta interina J. Añèz que ha dedicado todo el tiempo a la lucha contra el MAS, se retiró de la carrera electoral un mes antes de la votación , por el posible fracaso, y se dedicó a llamar abiertamente a votar por candidatos específicos y continúa luchando contra opositores de izquierda, utilizando todas las posibilidades del poder estatal.
Así, pues, de esta manera, y con injerencia extranjera se mueve la política en nuestro continente con presiones y manipulaciones que buscan solo fines electorales y no de desarrollo de la población.