domingo noviembre 17 de 2024

PENOSOS, LOS FAMOSOS

Por Esteban Jaramillo Osorio.

“La vergüenza de haber sido… y el dolor de ya no ser”.

La selección, para los colombianos, es un consolador social y no una muñeca de trapo manejada por un titiritero loco.

Las derrotas fomentan conflictos, generan desesperanza y atizan pasiones, porque el aficionado del común que piensa por los ojos las reprueba y, en tantos casos, pierde el juicio, sobre todo en las goleadas en contra si son humillantes, catastróficas y dolorosas.

Ante Ecuador, equipo decidido, potente y ambicioso, Colombia se vio tan mal como en aquellas épocas del lejano pasado, deprimentes en los resultados, cuando solo en la ilusión cabía la posibilidad de jugar a tope y los futbolistas actuaban humillados.

Esta vez el peor enemigo de Colombia fue su sombra.

Queiroz, su entrenador, ratificó su inhabilidad para planear, dirigir y corregir, porque sus variantes no son convicciones sino caprichos, con especial destreza para transformar futbolistas famosos en caricaturas de sí mismos. Como alimentador de conflictos, con su disparatado manual  de justificaciones y discursos vacíos que solo convencen a los dirigentes.

El caos llega desde la alineación inicial en la cual el técnico desnuda sus intenciones, de las que intenta liberarse relevando jugador por jugador, ignorando  que las funciones están por encima de las posiciones. Por ello se ven fastidiados los futbolistas en el campo. Algo, en silencio, cocinan ellos a fuego lento.

Imposible competir frente a estas alternativas. No hay libreto, resultado o rendimiento. Se juega al fallo del rival, a la defensa del cero, sin propuestas elaboradas. Los errores, para agitar el caos, son nuestros.

Errores De Aprendices.

Se espera alguien con carácter en la dirigencia que le ponga el “tatequieto” a la crisis, con tolerancia cero y exigencias máximas para el director técnico, tan poco afecto al trabajo. De lo contrario el camino al mundial, enredado en los primeros compases, se hará intransitable y la afición al futbol perderá la paciencia. EJO

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