lunes noviembre 18 de 2024

Conformismo o complacencia

Por Esteban Jaramillo Osorio

Difícil me resulta convivir con el hincha que llevo adentro, por el presente del Once Caldas. No se si llenarme de paciencia, tolerar con bronca, o pelear con críticas.

Lo que no me permito es la indiferencia. La que llega por decepción, rechazo, hastío, cansancio o rebeldía por la conducción del club. La percibo en tantos aficionados que hoy le dan la espalda.

Argumentar que el equipo actual está en construcción es admitir que el anterior, que necesitaba retoques, fue demolido.

Que armarlo solo con jóvenes, no es el único camino y que los veteranos deben llegar con garantía de rendimiento. Y no se ve.

Otálvaro, por ejemplo, que tanto ilusiona, es historia. Es pasado. Me consta. Su inexplicable y prematura decadencia, lo llevo a deambular de un club a otro, sin éxito, hasta los 35 años. (Los cumple en febrero)

No será tarea fácil para Lara recomponer el camino, si la materia prima a disposición resalta en cantidad y en músculo, pero no en calidad y comprensión del juego.

En evidencia quedó el equipo en el partido anterior. Me declaro con su presentación insatisfecho, porque aprobarlo, con juicios apresurados, es conformismo.  Muy poco de la pelota como argumento del juego.

*Junior, el rival de turno intimida con su nómina, como Tolima, pero no jugó a pleno vapor en Manizales y sus goles fueron regalos del local por precipitud o inexperiencia.

Con el sueldo de dos de sus jugadores se paga la nómina del Once Caldas*.

Destacado es Ortiz, el guardameta. Trece visitas con peligro de gol han tenido en dos fechas. En la mayoría salió airoso. Está bien trabajado. También lo son Lemos por sus goles y García por sus movimientos.

Como criticada es la conducta de un mediocampista sancionado por su indisciplina. A los entrenamientos no se llega tarde y con tufo. Qué lástima, lo domina el mariachi que lleva adentro. Le encanta la noche

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