El Ojo del Halkón No aprendemos y cometemos los mismos errores
Por: Rubén Darío Mejía Sánchez
Bogotá, 27 febrero de 2021 RAM_ Cuando revisamos las noticias en los medios de comunicación, tanto escritos como televisivos y escuchamos en la radio nos damos cuenta de una serie de noticias qué son como para Ripley, en un país que ya según lo que dicen los expertos ha progresado bastante, pero donde parece que seguimos viviendo en las épocas de las catacumbas porque nos da miedo sobre el progreso y la nueva tecnología.
Hablamos de nueva tecnología, pero como seres humanos ha sido poco lo que hemos aprendido, seguimos siendo amantes de la guerra y no queremos aprender una gran lección que dejara uno de los grandes de la historia cristiana del mundo, cómo era el perdón. De perdón nosotros sabemos poco o no nos interesa y cada día esperamos el mal de los demás y no nos damos cuenta que todos los seres humanos cometemos errores y que hay que dar oportunidad de arrepentimiento y principalmente desarmar los corazones para que las cosas funcionen, pero mientras no haya perdón y sigamos con los odios y los rencores apoyados en los egoísmos no vamos a llegar a ninguna parte o cómo dice el adagio popular así no vamos a llegar a ningún Pereira.
Se firmó un proceso de paz que tiene más enemigos que amigos, que se quiere desbaratar de una manera o de la otra, poniéndole todas las trampas necesarias y donde sabemos que hay gente que no ha estado de acuerdo con la firma de dicho proceso porque su firma no estuvo plasmada en el papel, sin darse cuenta qué es importante la firma, pero que lo más importante es poner en práctica lo que dice cada uno de los puntos del acuerdo y así lograr que tantos años de muerte y desolación que han acompañado al país queden atrás y que dejemos cimientos para un mejor futuro de quienes recorrerán nuestros pasos y harán un país grande o pequeño según las circunstancias.
La muerte de líderes sociales es una cosa asombrosa, es algo que debe solucionarse cuanto antes, no hablando mucho, no escribiendo mucho sino accionando y trabajando para cuidar a esos hombres y mujeres que están trabajando por el bien de la sociedad y principalmente por los menos favorecidos.
Los que vivimos en las ciudades es poco lo que sufrimos la violencia cómo quienes están en el campo, que fuera de ser perseguidos por los grupos subversivos, llámese como se llame no cuentan con el apoyo estatal para poder cumplir con las labores del campo y alimentar como debe de ser al resto de la sociedad.
Da tristeza ver a un campesino junto a sus productos que se le están perdiendo porque no tiene la forma de sacarlos al mercado y porque deben de caer en manos de segundas personas que acaparan los productos y les pagan a los campesinos un precio irrisorio fruto de su trabajo que ha sido bastante fuerte.
Lo de los falsos positivos, no deja de ser tan grave, pero mientras que no seamos sinceros y mientras que tratemos de ponerles trabas a las investigaciones no vamos a hacer nada y esas madres y familias que han sufrido las consecuencias de ver desaparecer a sus hijos quienes viajaron tras la búsqueda de un buen futuro y de un buen trabajo y que hayan sido regresados asesinados diciendo que pertenecen a un grupo o a otro delincuencial cuando el asunto no es verdad.
Reconocemos el gran trabajo de las instituciones, del gobierno, de las autoridades, de la policía y del ejército pero hay que tomar en serio lo que está sucediendo porque en estas instituciones hay naranjas podridas que hay que separar para qué estas instituciones no se vean afectadas por el mal nombre a causa del manejo de unos cuantos qué hacen las cosas mal.
Hay cosas para rechazar, cómo hacer justicia por nuestra propia mano. No estoy de acuerdo con las personas que le cercenaron una mano a un joven por encontrarle robando, no estoy de acuerdo con la práctica de robo, pero tampoco estoy de acuerdo con hacer Justicia con la propia mano, está bien que en muchos sectores de la sociedad No se crea en las autoridades y mucho menos en la justicia, pero éstas son prácticas que no se deben de tener en un país y en un pueblo civilizado.
No aprendemos, no aprendemos a convivir con las protestas que son un derecho de los ciudadanos a levantar la voz cuando no están de acuerdo por uno u otro motivo y no estamos de acuerdo con que las autoridades abusen de esa autoridad para atacar a civiles de la manera que lo hace y tampoco es bueno que se hayan hecho los de la oreja mocha y no reformar la actitud del Esmad, para cuándo debe tomar decisiones y no disparar y atacar a todas las personas que están en una manifestación y no tomar los correctivos sólo con quienes están sembrando el caos y que son infiltrados porque por lo general se descubre que no son los trabajadores, ni los sindicalistas y los estudiantes los que forman el caos en esta clase de manifestaciones que por lo general son pacíficas.
Veía una foto en uno de los periódicos bogotanos en la mañana de hoy, del joven que está a punto de perder un ojo, al recibir una herida durante las manifestaciones del jueves 25 de febrero, da tristeza ver qué es la vida de un joven quede limitada y mucho más cuando sus ojos son tan necesarios para ejercer las labores de la profesión que ha estudiado, este muchacho se graduó con honores, como un buen fotógrafo y no sabemos qué resultados y que va a poder hacer ahora para tomar sus fotografías cuando posiblemente no va a contar sino con uno solo.
El país no puede seguir polarizado. Hay que hacer justicia y castigar a los culpables y hay que hacer respetar los derechos del ciudadano tanto en la ciudad como en el campo y evitar los desplazamientos forzados de quienes han dejado sus parcelas y todo el futuro por miedo de perder la vida de un momento a otro en manos de uno de los grupos que están cometiendo estos delitos y que no se sabe quiénes son.
Es mucho el trabajo que tiene el Gobierno y sería bueno que se trabajara más y se hablara menos en los medios de comunicación y sería bueno también que los medios de comunicación dijeran la verdad de lo que está sucediendo, cumpliendo con ese mandato de ayudar a los ciudadanos y no a los que gobiernan.
Así como vamos, vamos mal, pero creo que es el momento de tomar correctivos y hacer las cosas sabiamente y gobernar no para una persona o para un grupo político sino para esa población que los eligió, que trabaja y lucha por sacar al país adelante.
La situación económica del país no es muy buena, cada día pequeñas empresas desaparecen, son cientos de personas las que pierden el trabajo y los estudiantes están dejando de ir a las clases para hacer cualquier cosa y ayudar a sus familias que en su mayoría están aguantando hambre y no se comen sino una comida al día según los informes del propio Departamento Nacional de Estadística DANE.
Sobre las vacunas, quiero decir que es importante que todos nos vacunemos y tratemos de esta manera de dar un paso en la lucha que se está dando contra el Covid-19, pero primero hay que pensar en la población más desprotegida y que no se coloquen las vacunas a quiénes son más avivatos o que tienen más acercamiento al Gobierno cómo ha sucedido en otros lugares del mundo, especialmente en América Latina. Esperamos que esto no vaya a suceder en Colombia y qué tanto el presidente Duque como su equipo de gobierno puedan cumplir con las metas y les cumplan con la llegada de las vacunas y que distribuyan como deben de ser y dejar de un lado la politiquería.
Nota
Esta semana se fue uno de los grandes periodistas de este país, una persona amada y odiada, qué trabajó por los demás, en especial por los secuestrados y simplemente lo hizo porque era buen periodista y porque también fue víctima de ese terror llamado secuestro.
Se le hicieron muchos homenajes, se habló muy bonito de él, pero creemos que lo más importante es cumplir su tarea de seguir trabajando para que los secuestrados regresen a sus casas y que sean castigados los causantes del secuestro o desaparición sean quienes sean. El mejor homenaje qué se le podría hacer a Herbin Hoyos Medina es sin lugar a duda respetar a los periodistas, respetar los derechos humanos y respetar el derecho de opinión que tiene cada ciudadano.
Al periodista y amigo sólo queda decirle que disfrute de la presencia del creador, muy merecida por cierto después de haber cumplido su gran labor en este mundo material.
El ejemplo de Herbin, lo debemos de seguir todos los periodistas y más las nuevas generaciones, porque si no hay esa motivación social, no estamos haciendo nada porque el periodismo No es simplemente para vanagloriar a nadie sino para servirle a quienes lo necesiten.