Paciencia con Lara.
Con las manos vacías… Pero con la moral y la confianza en crecimiento. Con la motivación de un lento encuentro de la ídea de juego.
Equipo jóven y batallador, frente a un rival que no prevaleció en el peso específico de su nómina costosa.
El gol de la Victoria, sucio, atropellado, inesperado, cuando menos lo merecía Nacional. Al mejor estilo de Duque, en el único parpadeo defensivo trascendental del Once Caldas, que nació de un mal servicio por el medio del prometedor debutante Viáfara, un zaguero espigado, mandón, buen cabeceador y fórmula de salida con la pelota desde el fondo, susceptible, por su inexperiencia y por los riesgos que asume, de cometer fallos.
Metros adelante, el mejor del blanco, Laszo. Mediocampista grande, con buen criterio de marca, dominador de las zonas de acoso, a perfil natural o cambiado, fuerte en los duelos físicos, en los que incluso prevaleció sobre Perlaza, con el único inconveniente de pretender goles imposibles desde 30 metros.
Históricamente, contra Nacional, los partidos han sido de sufrimientos, asfixiantes hasta el último minuto. Esta vez el Once Caldas se plantó firme y peleó todo el tiempo de igual a igual, al punto de que pudo empatar y ganar.
Solo que sus delanteros no logran descifrar el secreto de los tramos finales del ataque. Tuvieron volúmen en las llegadas, pero carecieron de resolución frente al arco.
Por ahí se escaparon dos penaltis contra García. Viajaron en la maleta del juez central.
Descastado Nacional, equipo del montón, simulador ante cualquier roce, una fórmula mañosa de condicionar al árbitro. Sobrevive desde el resultado, sin importar cómo conseguirlo. El pragmatismo lo llaman los periodistas condicionados.
Envalentonado el Once, peleando la pelota, luchando cada metro. Favorecido por la lesión de Guzmán. Mejor se vio Mejía.
Paciencia con Lara. El equipo muestra formas alentadoras, con mucho por mejorar, aunque no queda claro, a pesar del disparo amenazante al ángulo, que rebotó en los maderos en las postrimerías del cotejo, la función de Otálvaro tan impreciso en los pases. EJO
Esteban Jaramillo Osorio
Twitter: @estejaramillo