martes julio 16 de 2024

Murió Lobatón… el 10 inolvidable

Por Esteban Jaramillo Osorio.

“El viejo Loba”, que hacía del futbol un manjar.

Bogotá, 06_mayo _ RAM_ Bohemio puro, futbolista genial. En él, una copa y un balón. La noche lo sustrajo de las canchas, donde brilló a pesar de las interrupciones de su carrera; su gambeta embelleció el juego. Futbol arte, tranco largo, inteligente pase, y gol.

Falso 9, como lo llaman hoy.

Fabuloso con la pelota… la dominaba a placer. Inventaba y sorprendía. La velocidad de su juego estaba en su mente. “Al pie, dámela al pie”, gritaba. En su época era el patrón.

Así era Lobatón.

No me lo contaron. Está en mis recuerdos porque lo vi, lo viví, lo disfruté y lo entrevisté.

Hacía fácil lo difícil, sintonizaba con el público, se distanciaba de los medios. Bordaba prodigiosas jugadas con el balón bajo control. Su talento era natural.

No quiso ser estrella. Fue fugaz. Extravió la dirección de su carrera. Era capaz de lo mejor y lo peor.

La gloria pudo ser suya, pero la rechazó. La desplazó por largas jornadas de beodo y bailador en “Tico- Tico”, “La bamba”, “Mi Ranchito” y “Bim- bam-bum”, en “Arenales” zona de conflicto y de placer, con la penumbra de la noche como aliada y las orquestas de salsa, con todos los cantantes y músicos que reconocía, como cómplices alegres e invisibles, de sus aventuras.

Creo que fue jugador de balón y no futbolista, porque no se dejó dominar por la obligación de ganar. No le dio prioridad al paseo del placer al deber que exigen los entrenadores. Decía que “la pelota corría por él”. Con ello siempre se expresó feliz.

Introvertido y controversial. Artista y no científico. No se desvelaba pensando en el 4-3-3, o el 4-2-4, ni en perseguir un rival.

Jugador de Millonarios, Nacional, Quindío y la selección. En el Once Caldas, dicen los expertos memoriosos, fue el mejor.

Legendarios sus conflictos, sus historias y sus intempestivas huidas.

Me enseñó a amar el futbol espectáculo, mi amigo Lobatón.

Perdónenme, señores, no sé si ha lugar, como dicen en derecho, pero que discreto, recordándolo a él, es el futbol de hoy.

Esteban J.

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