Todos contra Bernal en los últimos días del Giro de italia
Alpe di Mera, (Valsesia),28 de mayo _ RAM_ Los que esperaban que la Maglia Rosa se rindiera en las cuestas del Alpe di Mera quedaron decepcionados
Sin embargo, por otro lado, Egan Bernal tampoco parecía del todo inexpugnable, por lo que el último fin de semana del Giro debería proporcionarnos entretenimiento. El difícil día en Sega di Ala había hecho saltar las alarmas: ¿está en declive? ¿Ha vuelto el dolor de espalda? ¿O fue sólo un mal día?
La subida de hoy nos dice que Egan está bien, pero que quizás, a diferencia de los primeros 16 días del Giro de Italia, no es el más fuerte de todos. La ventaja que acumuló en las impresionantes dos primeras semanas es tan tranquilizadora que no debería impedirle dormir a pierna suelta en las dos últimas noches rosas antes de Milán, pero con Simon Yates revitalizado tras dos semanas en color, la sensación es que Bernal no estará precisamente relajado.
Los dos últimos días del Giro, pues, estamos seguros de que no serán aburridos. Mañana se producirá el último gran enfrentamiento en los Alpes, en un terreno que deja espacio a la imaginación de los corredores y se adapta a lo inesperado: en los últimos 80 km, entre suelo suizo e italiano, los corredores abordarán el Passo San Bernardino, el Passo Spluga y el Alpe Motta en rápida sucesión. Los que no estén contentos con su Giro tendrán la oportunidad de redimirse gracias a los 4.200 metros de desnivel total de la etapa. Simon Yates, por ejemplo, no se conformará con el tercer escalón del podio.
El inglés ya sabe lo que significa llevar la Maglia Rosa: en 2018 lo perdió en las dos últimas etapas y este año, en cambio, le gustaría que las dos últimas fracciones se lo devolvieran. Precisamente porque en las dos últimas llegadas cuesta arriba ha sacado un total de 1’31” a Bernal, es de esperar que haga un último intento de asalto al símbolo de la supremacía. 2’49” es mucho para un fenómeno como Bernal y, por todo lo que ha demostrado en los últimos días, el gemelo artístico se comerá las manos tras una primera parte del Giro por debajo de lo esperado.