martes noviembre 19 de 2024

El cosquilleo de la expectativa

Por Esteban Jaramillo Osorio

Bogotá, 01 de julio _ RAM_ Eduardo Lara se mueve bien en el mercado de futbolistas, pero no todo lo que ve, o confirma, garantiza soluciones.

Sus incorporaciones, hasta ahora, originan dudas, las que solo con rendimiento y resultados, aclarará cuando de nuevo ruede la pelota.

Nicolás Palacios, mediocampista de marca y zaguero central, se destaca. Aptitudes tienen Higuita y Ángulo. Son jóvenes, buenos y aportan futbol creativo, pero extraña su irregularidad reciente. Poco jugaban.

De Nicolás Messiniti, apodado “el toro”, la última incorporación, se conoce que es delantero, esporádico goleador, con explosivo arranque en Independiente, cuando tenía 21 años. Rechazado por Falcioni, el técnico actual, lo que facilitó la transferencia temporal a costo cero, con opción de compra por un millón de dólares.

Lleva 10 goles en 47 partidos y sólo anotó uno en la última temporada, en 19 juegos, lo que no es para desesperarse porque el artillero vive de los goles del presente y no del pasado.

En el recuerdo está Giovanni Hernández, el famoso chico del millón de dólares, con brillo en el Once Caldas. Una noche cualquiera abandonó el club, con el malestar de los dirigentes, porque los propietarios de sus derechos se lo ordenaron y no había dinero para retenerlo.

No obstante, al marcharse, le abrió el camino de entrada a Valentierra, quien lo relevó como inolvidable y talentoso conductor del medio campo.

Ojalá lo de Messiniti no pinte igual y que el negocio no tenga reparos, a diferencia de Risso, el uruguayo, quien no llegó porque en la operación participaron muchas manos y no había firmas.

*A Messiniti, Messi lo llaman. Algo exagerado. Siempre hay temor a las expectativas descontroladas.

Qué bueno es el cosquilleo de la espera y mucho mejor cuando, luego, se colman las ilusiones*.

Esteban J.

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