miércoles noviembre 20 de 2024

Chile le gano 2-0 a Paraguay

Mauricio Isla anota el 2-0 de Chile. Foto: Francisco Longa/AGENCIAUNO

Álvaro Poblete

Santiago de Chile, 10 de octubre,2021_ RAM_ El estadio todavía está vitoreando el nombre de Ben Brereton Díaz, cuando Mauricio Isla engancha y define de izquierda. Es el grito ahogado de gol. Escondido de Chile hace tanto. Y los jugadores en la cancha, en la banca y todos en las tribunas saltan como si fuera el de la clasificación a Qatar 2022. A eso se enfrentaba la Selección, a la presión de estar con la soga al cuello y con el peligro de quedar última en las Eliminatorias. Ganó. Y ganó bien, 2-0, aunque quizás sea demasiado tarde, lo que queda de la Generación Dorada no merecía el dolor de verlos a todos desde el fondo.

Con ojos inyectados, botando espuma por la boca. Los jugadores de la Roja salieron en San Carlos a mil por hora, con ganas de borrar todas las malas en 90 minutos. Correrlas todas, ir al frente, juego directo por momentos. Exceso de velocidad, también. Enredo. Y muchos pases errados cerca del área guaraní, donde más calma y precisión hay que tener. Mucha arenga, mucho “¡dale, dale!”, pero poco fútbol y escasa claridad. Ahí estaba el problema del Equipo de Todos. Donde siempre, de tres cuartos de cancha hacia arriba.

Paraguay, en lo suyo. Un libreto que ha reiterado en cada cancha como visita. Arropado, sin rollo por no tener la pelota. Nueve jugadores dedicados a defender y corretear y dos con más licencia para pasar mitad de cancha: Miguel Almirón y Carlos González. Aguantar, jugar con la desesperación y ensuciar el partido con dolores exagerados y reclamos sin sentido. Una apuesta sencilla, que se refuerza cuando el rival no sabe qué hacer con el balón.

Alexis Sánchez, mezclando buenas y malas (más malas). Ben Brereton, cargado a la izquierda, incómodo. Arturo Vidal y Charles Aránguiz, impetuosos. Ya está dicho. Mucha buena intención, casi nada de ejecución. De todas formas, antes del descanso, Chile tuvo dos clarísimas en un minuto. Un cabezazo en propia puerta de Morel y un frentazo de Paulo Díaz. En ambos, el portero Silva estuvo brillante. Fue lo mejor de la Selección antes del descanso.

Martín Lasarte, muy expresivo desde la orilla, no movió las piezas en el camarín. Salió con la misma idea. Con Luis Jiménez guapeando con los centrales y participando del juego. Si la idea era jugar así, quedaba mucho mejor Brereton en esa posición, algo que el DT charrúa entendió a los 62′, cuando sacó al Mago y mandó a Jean Meneses a correr por la banda izquierda.

Una movida que por fin le salió bien al entrenador. Porque Brereton, con más perfil, empezó a marcar mayor diferencia. Y se convirtió en el animador de la fiesta, con un derechazo imparable. A los 68′, con la potencia de un jugador del fútbol inglés, batió a Silva y desató la algarabía en San Carlos. Llegó el gol que tanto se extrañaba.

Ben Brereton abrió la cuenta para Chile.

Y el estadio se vino abajo cuatro minutos después con otra jugada bien hilvanada. La pelota circuló de izquierda a derecha, hasta que llegó a los pies de Mauricio Isla. El Huaso dejó atrás su terrible noche en Lima, enganchó y definió de zurda al palo más lejano de Silva. Golazo. Y Gary Medel, suspendido en la tribuna, quería saltar a la cancha para abrazar a sus compañeros.

El envión de Chile bajó con una tontería de Aránguiz. Un manotazo loco, que le significó la doble amarilla y su expulsión (ya estaba suspendido para el duelo con Venezuela). Paraguay, derrotado, quiso ensuciar todavía más el compromiso. Y casi se lleva al camarín a Vidal, que mereció roja por una agresión contra un adversario.

A los hinchas poco les importó la pérdida. El “Vamos Chilenos” se escuchó como hace tiempo no ocurría en un partido de la Selección. Un gusto volver al triunfo, cómo no. Se recupera la fe, crece la ilusión. Aunque la tabla muestre a Chile a cinco puntos del puesto de repechaje. La Roja todavía está lejos de una meta que parece imposible. Lo que celebra, viéndolo fríamente, es que no se queda colista de las Eliminatorias, empatada en puntos con Venezuela, el rival del próximo jueves. Eso ya era mucho. Demasiado castigo para un grupo de jugadores que tanto le han dado al fútbol nacional.

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