El azote a Zapata… Zapata es de los míos.
BOGOTA, 09 de octubre,2021_ RAM_ Decenas de errores frente a la portería se han visto a lo largo de la historia, de futbolistas calificados por sus estadísticas, como goleadores.
No es el de Zapata, contra Uruguay, el único. Infalibles no son los delanteros, así gocen algunos del privilegio de resolver con acierto la mayoría de las jugadas frente al portero.
Pero el margen de error futbolero es tan corto, como amplia es la excusitis cuando no se logra el triunfo. A Zapata lo han condenado por un malhadado yerro, haciéndolo culpable por el empate, cuando en su jugada la perspectiva era distinta. Chivo expiatorio, porque en el partido proliferaron los errores, al punto de ser Ospina la figura.
Zapata es un goleador indiscutido, un tanque para ir a la guerra, despojado de estética y de lujos.
Él, como Falcao, Muriel, Borré y, tantas veces Borja o Martínez, han sido sacrificados por sistema y esquema, en el modelo de futbol elegido por Colombia, dominado por los temores, marcando distancia con la osadía, cuando el rival tiene historia.
Colombia convierte a sus goleadores, en opción de pase, desmarque y descarga, con tareas de sacrificio, lo que siempre se valora, pero jugando a distancia, de la portería.
Por ello las equivocaciones a la hora de llegar al gol, son tan discutidas. No tienen margen de error y sus desaciertos producen mucho ruido. Algo diferente ocurre cuando el planteamiento arropa, y no los somete a jugar en lejanía.
Un delantero goleador, merodeando el área, es un depredador alerta acechando su presa, la que muchas veces se escapa. Lejos de ella, se ve tan incómodo como un sapo en una bañera.
Goles, u opciones, pierden todos. Ninguno es infalible. Como Baca en el penal malogrado, en la serie ante Inglaterra, que eliminó a Colombia en el mundial de Rusia; o el de Tesillo en la copa América en Brasil en 2019, en cuartos de final ante Chile, para la despedida. Ninguno fue premeditado.
Al fin y al cabo, así los tratemos como dioses en la euforia, todos los futbolistas, sin exclusión alguna, son como cualquiera de nosotros en las salidas en falso: desesperados, ansiosos y desconfiados, tratando de salir de un pozo o enfrentados a una jauría. Esteban J.
Esteban Jaramillo Osorio
Twitter: @estejaramillo