Incertidumbre en la campaña presidencial colombiana a un mes de elecciones
Jaime Ortega Carrascal
Bogotá, 29 abr (EFE).- La campaña presidencial colombiana entra en su último mes con el electorado nuevamente dividido entre las opciones de la izquierda y la derecha, más un centro que no despega, lo que plantea un escenario incierto para la cita con las urnas del 29 de mayo, pero en la que la izquierda lleva la ventaja en las encuestas.
Gustavo Petro, candidato de la coalición de izquierdas Pacto Histórico y quien lleva meses liderando las encuestas de intención de voto, se perfila, a un mes de la cita con las urnas, como quien más votos vaya a recoger, aunque no parecen suficientes para ganar en una primera vuelta.
El exalcalde de Medellín Federico «Fico» Gutiérrez, abanderado de la coalición de derecha Equipo por Colombia, se presenta como su más serio rival y a quien seguramente tenga que derrotar en esa segunda vuelta.
Al igual que hace cuatro años, el centro representado nuevamente por Sergio Fajardo, que sería la alternativa a la polarización entre izquierda y derecha, se ha quedado corto en su discurso para atraer votantes, lo que le resta posibilidades de pasar a una segunda vuelta.
«Lo que parecen indicar las encuestas es que es difícil ver a alguien ganar en primera vuelta, sería una sorpresa», dice a Efe Yann Basset, profesor de Ciencia Política de la Universidad del Rosario, y añade que incluso Petro está «muy lejos de la cuenta todavía para un 50 % y es difícil que en un mes esto cambie, aunque aún queda un poco de tiempo».
Lo que dicen las encuestas
Un sondeo publicado este viernes, de la firma Invamer para varios medios confirma a Petro y a «Fico» Gutiérrez en los primeros lugares en la preferencia del electorado, con el 43,6 % y el 26,7 % de la intención de voto, respectivamente, un resultado sin sorpresas y que, salvo un cambio drástico en el comportamiento del electorado, los llevará a ambos a disputar una segunda vuelta el 19 de junio.
Para ese segundo escenario Petro tiene el 52,4 % de la intención de voto, contra el 45,2 % de Gutiérrez, lo que, en caso de confirmarse en las urnas, llevaría por primera vez a la izquierda a la Casa de Nariño, el palacio presidencial colombiano.
El favoritismo de Petro puede explicarse por el hecho de que en el electorado, principalmente entre los jóvenes, hay un fuerte deseo de cambio, manifestado en las protestas sociales que sacudieron al país el año pasado, y en ese sentido el candidato del Pacto Histórico, que ha liderado la oposición al Gobierno del presidente Iván Duque, es quien mejor representa esa demanda.
Petro y «Fico» fueron los más votados en las consultas de las coaliciones del pasado 13 de marzo para elegir candidatos presidenciales, lo que de paso los convirtió en favoritos, relegando a los otros seis aspirantes.
«Desde las elecciones legislativas tenemos un panorama que no ha evolucionado mucho, con una primera vuelta en la que se destacan los dos candidatos que mejor ganaron las consultas de marzo y toda la dinámica electoral se concentra en ellos, con la dificultad para las otras candidaturas de resistir al efecto del voto útil», explica Basset.
Desinflada del centro
La opción centrista de Fajardo, que nació sin fuerza pese a haber ganado su respectiva consulta el 13 de marzo, pierde fuelle cada día y en la encuesta de Invamer cayó al cuarto lugar, con tan solo el 6,5 % de la intención de voto, superado incluso por el independiente populista Rodolfo Hernández, que alcanza el 13,9 %.
El caso de Fajardo es como mínimo curioso porque en un país que se dice cansado de la vieja polarización entre izquierda y derecha, el centro tampoco entusiasma al electorado y, por el contrario, el candidato perdió 9 puntos porcentuales entre la encuesta anterior y la de hoy.
Fajardo, que se presenta como opción para quienes no gustan ni de Petro ni de «Fico» Gutiérrez, buscó en los últimos días un acercamiento con Rodolfo Hernández, con la intención de atraerlo a su candidatura y sumar apoyos que le permitan meterse en la segunda vuelta, pero los resultados de la encuesta entierran esa posibilidad ya que lo sitúan por detrás de su potencial aliado.
En opinión de Basset, Fajardo no despega «porque no ha logrado convencer mucho» a los electores más moderados y porque la Coalición Centro Esperanza, de la cual es candidato, «ha estado plagada de conflictos, de tensiones internas y por lo tanto no ha logrado convencer de que ahí hay una propuesta realmente colectiva».
«Entonces, es una propuesta que, efectivamente estaba en un lugar privilegiado en el espectro político, pero que no ha logrado convencer», añade el profesor de la Universidad del Rosario.
Tan lánguida como la segunda aventura electoral de Fajardo, que fue tercero en la primera vuelta en 2018, está siendo la de Íngrid Betancourt, que estuvo durante seis años secuestrada por la guerrilla de las FARC, y a quien ni la eventual simpatía hacia ella por su tragedia personal le permite hasta ahora arañar más que el 0,5 % de las intenciones de voto. EFE