Las tradiciones milenarias y la cultura de masas coreanas aterrizan en Bogotá
Bogotá, 20 abr (EFE).- Desde las tradiciones milenarias de la cultura, con trajes e instrumentos folclóricos, hasta la industria de masas en la que se han convertido la música y las producciones audiovisuales de Corea del Sur se dan cita en Bogotá para acercar a estas dos sociedades hermanas que aún tienen mucho por descubrir la una de la otra.
Talleres de papiroflexia para formar flores de loto, caligrafía moderna en coreano y exposiciones de objetos tradicionales como uniformes de taekwondo y ssireum se pueden encontrar en el pabellón de honor de la Feria Internacional del Libro de Bogotá (FILBo), que este año celebra a Corea del Sur con motivo del aniversario de los 60 años del establecimiento de relaciones diplomáticas entre ambas naciones.
El lema de este viaje al país asiático es «Convivencia», representada en unas telas de colores que inauguran el pabellón y que hacen referencia «a las diferentes razas, las diferentes culturales que se pueden encontrar en el mundo» y significan que «podemos convivir armoniosamente entre todos», cuenta a Efe Eunji Yang, una estudiante y traductora colombo-coreana.
Tradición y modernidad
En el primer día de la fiesta del libro en Bogotá, centenares de niños han inundado los pabellones y se han fascinado especialmente en el de Corea, donde han aprovechado para sacarse fotos con los surcoreanos que están contando su país al otro lado del mundo.
«Ellos no tienen muchas oportunidades de encontrarse con asiáticos orientales viviendo acá, entonces les emociona mucho», comenta Yang, que también hace referencia a la explosión que ha vivido la cultura coreana no solo en Colombia, sino en el mundo, a través del género musical K-pop y series como El Juego del Calamar o sus propias telenovelas surcoreanas.
Precisamente grupos mundialmente aclamados como BTS o Blackpink, comparten espacio bajo un mismo techo con algunos de los juegos que se muestran en El Juego del Calamar y con los hanbok, vestidos tradicionales elaborados con seda, así como con coloridos accesorios ancestrales y pinturas folclóricas.
La ciencia también ocupa un lugar fundamental en este espacio dedicado a Corea del Sur, con un laboratorio que sorprende a jóvenes y mayores, a la vez que también están convocadas varias charlas sobre temas científicos.
Finalmente, los libros son los indudables protagonistas, con numerosas exposiciones de los autores más destacados del país asiático, aunque la mayoría están en coreano, a la espera de que esta edición de la feria del libro acerque todavía más a Colombia y Corea del Sur y sus respectivas literaturas crucen fronteras.
Puentes entre países
Colombia fue el único país latinoamericano que mandó soldados a la Guerra de Corea, 5.100 soldados, y ambos países todavía tienen una brecha de conocimiento cultural que la FILBo trata de estrechar.
Uno de los principales impedimentos para el acercamiento entre Colombia y Corea del Sur es la dificultad para encontrar obras traducidas al español de autores coreanos, ya que «no hay tantas personas que hablen coreano y español», cuenta Yang.
Por eso, en esta oportunidad «los colombianos van a tener más motivación y van a querer conocer más la cultura coreana a través no solo de la música o de la televisión, sino también la literatura».
«Entre más conozcan la literatura coreana, más viable va a poder ser traducir estos libros al español», continúa la estudiante.
El ministro de Cultura, Deportes y Turismo coreano, Hwang Hee, dijo que pese a que ambos países «están geográficamente muy alejadas, los lectores coreanos han apreciado la cultura y el arte colombianos traspasando los límites del tiempo y el espacio mientras toman el café de Colombia y leen la literatura del gran maestro Gabriel García Márquez». EFE