Un monumental Botero celebra sus 90 años pintando acuarelas y en familia
Ovidio Castro Medina
Bogotá, 18 abr (EFE).- El pintor, dibujante y escultor colombiano Fernando Botero, uno de los artistas más importantes del siglo XX, celebrará este martes 90 años de vida rodeado de su familia en la localidad italiana de Pietrasanta y haciendo lo que más le gusta en este momento: pintar acuarelas.
Las celebraciones por el cumpleaños de Botero, el artista de las figuras voluminosas, comenzaron hace varias semanas en Colombia y en el exterior porque el Maestro, como le dicen dentro y fuera del ámbito artístico, está en la plenitud de su obra y con «ganas de seguir trabajando».
Sobre los homenajes, uno de sus hijos, Fernando Botero Zea, radicado en México, dijo a Efe que representan «el reconocimiento a una carrera artística de casi 75 años en la cual ha trabajado de manera incansable para alcanzar el nivel más alto posible en el terreno del arte».
El Maestro Fernando Botero Angulo, el segundo de los tres hijos del matrimonio de David Botero Mejía y Flora Angulo Jaramillo, vino al mundo el 19 de abril de 1932, en Medellín, capital del departamento de Antioquia, en el noroeste colombiano.
«Él está muy contento con las celebraciones que le van a hacer en Medellín y en otras ciudades del mundo. Está muy honrado con el afecto y la admiración de tantas personas alrededor del mundo y muy complacido de llegar a los 90 años con tanto reconocimiento», acota Botero Zea, que estará con sus hermanos Lina y Juan Carlos, celebrando el cumpleaños de su padre.
Explica que el artista se cuida para no contagiarse de covid-19, por eso no ha podido verlo tan frecuentemente como hubiese querido y que su contacto ha sido telefónico.
Maestro del arte
La obra de Botero —pintura, escultura y dibujos—, es tan amplia que se necesitarían varios libros para abordarla, y sus trabajos, aclamados en exposiciones en todo el mundo, son ampliamente apreciados por coleccionistas que pagan millones de dólares por ellos.
El pasado 11 de marzo, por ejemplo, su escultura «Hombre a caballo» se vendió en una subasta de arte latinoamericano de la casa Christie’s en Nueva York por 4,3 millones de dólares, un precio récord para una obra del artista.
Un estudioso de la obra de Botero en Colombia es el historiador de arte y curador independiente Christian Padilla, quien se familiarizó con las pinceladas del Maestro al desarrollar su trabajo de grado.
Más allá del reconocimiento por sus figuras voluminosas, la misma línea que siguió con sus esculturas, Padilla destaca que la obra del artista colombiano más importante es aceptada y admirada en todos los lugares del mundo.
Padilla aseguró a Efe que el aporte de Botero al arte latinoamericano es variado y destaca las temáticas que aborda, como la «monumentalidad del hombre mestizo, del hombre indígena» que el artista ha «llevado a sus últimas consecuencias».
«Botero, en ese sentido, tiene la importancia de continuar con unas ideas que surgieron desde un aspecto político, un aspecto cultural, una idea nacionalista de definirse, de identificarse y de generar unas diferencias entre lo que era el hombre occidental europeo y el hombre americano», explica el curador.
Y añade: «Botero llega a sus máximas consecuencias cuando monumentaliza los personajes tomando elementos que son propios del arte mexicano, pero que también los asume, por ejemplo, del arte prehispánico o del arte popular».
Otro aspecto que destaca Padilla, que dictó este año la Cátedra Botero en la Universidad Autónoma de Nuevo León, en Monterrey (México), es que los temas de la obra del Maestro «han estado siempre centrados en la vida latinoamericana y por lo tanto su obra también asume aspectos que son muy comunes a nuestros países».
«En los años 60, Botero ya está haciendo unos comentarios muy críticos y muy punzantes frente a las dictaduras (…), por eso algunas imágenes que parecen simplemente jocosas y alegres —como por ejemplo la ‘Familia Presidencial’— realmente se convierten en una forma de ridiculizar el poder en América Latina», puntualiza el experto.
El mecenas
Botero no solo ha destacado por su obra artística, sino también por sus donaciones a museos y otras instituciones en Colombia y otros países.
La primera donación suya fue para el Museo de Antioquia, al que le entregó siete óleos, un pastel y dos acuarelas y así lo ha seguido haciendo con otras instituciones.
Una de las más importantes la hizo en 1998 al donar al Banco de la República de Colombia 123 obras de su autoría y 87 de artistas internacionales, con lo que se formó el Museo Botero que anualmente visitan miles de personas en Bogotá.
«Estoy absolutamente convencido de que ni siquiera si unimos todos los esfuerzos de los gobiernos de Colombia durante el siglo XX llegan a equiparar lo que Botero ha hecho para la cultura en su país en décadas», subraya Padilla.
En ese sentido, recuerda que 23 esculturas de Botero se exhiben en «La Plaza Botero» de Medellín, obras que han contribuido a mejorar el espacio público y la relación de la gente con el arte.
Algunas de las más sobresalientes pinturas de Botero son «Ecce Homo», «Cabeza de Cristo», «Mona Lisa a los 12 años», «La colombiana», «Concierto campestre», «Colección los músicos», «Mujer frente al espejo», «La carta», «Celestina», «La noche» y «Caminar por la colina».
Entre las esculturas más destacadas están «La mano», «Torso», «El pájaro», «La dama», «La ballerina asquadra», «El soldado romano», «Colección gatos», «La pareja», «La maternidad», «El caballo» y «La guitarra». EFE