Los colombianos estamos aprendiendo a convivir con diferencias: Laura Londoño
Macarena Soto
Madrid, 6 may (EFE).- La actriz colombiana Laura Londoño, protagonista de la serie «Café con Aroma de Mujer», defiende que su país «tiene muchas caras» y considera que tras los Acuerdos de Paz de 2016 los colombianos «están aprendiendo a convivir respetando las diferencias».
En una entrevista con EFE a su paso por Madrid, donde fue nombrada Embajadora de Marca País de Colombia, la intérprete se detiene a analizar la evolución de la sociedad colombiana desde la firma de los acuerdos así como la situación de la mujer en el mundo de la ficción.
Tiene claro que hará falta tiempo para que su país termine de reconciliarse tras más de 50 años de conflicto armado que, a pesar de los Acuerdos de Paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), continúa abierto con otros grupos guerrilleros.
«Para que haya reconciliación de verdad, va a tomar más tiempo, todo florece si uno lo mete debajo del tapete, sale, así es que hay que hacer el trabajo en serio», opina.
De la misma manera, Londoño cree que, tras la firma del Estado con las FARC, «la sociedad ha cambiado» así como la imagen «que se percibe de Colombia» en el extranjero.
Un país donde quepan todos
Londoño cree que «la sociedad colombiana ha abierto las puertas a reconocer que todos caben, con sus diferencias».
«Desde ese momento, se nos puso a todos muy de frente con el tema de qué es la paz y qué es el perdón, si podemos perdonar o no, si estamos dispuestos a hacerlo o no», expresa.
«Estamos entendiendo que todos debemos y podemos convivir juntos, respetando nuestras diferencias», añade.
Sobre las próximas elecciones del día 29, lamenta que esté generando mucha polarización, algo «que no le hace bien a nadie», pero entiende que es «un reflejo de que algo muy grande está a punto de cambiar».
Café Con Aroma de Mujer, un éxito global
La intérprete, quien se muestra muy feliz y satisfecha por el éxito que «Café con Aroma de Mujer» ha recabado en muchos países, considera que el proyecto «lo que hace es develar las caras bonitas» de Colombia» y que «es una vitrina de su belleza».
«Me parece injusto que se vea solo esa cara de nuestro país -la de la violencia- que es real, pero tenemos otras, infinitas, maravillosas, espectaculares, únicas, somos apasionados, alegres, folclóricos, eso hace de Colombia un país muy mágico», defiende.
En ese sentido, asegura que el país sudamericano «tiene una magia y un encanto de un nivel que uno no puede describir» y dice: «Uno va, lo ve, lo vive y entiende».
Sobre las historias colombianas que aún pueden ser contadas al mundo, la actriz tiene claro que las relacionadas con el narcotráfico «se seguirán contando» porque forman parte de «lo que es» Colombia.
«Al igual que los alemanes van a seguir contando historia de los nazis, porque no hay que olvidar, pero tenemos muchas figuras, grandes músicos, deportistas, pintores, cuyas historias pueden ser contadas», incide.
Relatos «mágicos y sorprendentes»: «tenemos Premios Nobel de Literatura, de Paz… hay muchas historias, mucha tela para cortar y para mostrarle al mundo lo que somos».
La brecha de género, una realidad en la ficción
La actriz y cantante recuerda que trabajando en una de las series que le empezó a dar más reconocimiento en Colombia, «La Ley del Corazón», sufrió un incómodo episodio cuando pidió cobrar más dinero que su compañero coprotagonista.
«Cuando hice la primera temporada me ofrecieron equis plata que no era mucho, pero estaba bien, y yo quería hacerlo sí o sí, y cuando me llamaron para la segunda que no me moría de ganas de hacerlo, puse ciertas condiciones y un pago mayor», recuerda.
Dicho pago significa cobrar algo más que su compañero hombre y, según afirma, los productores de la serie se negaron a aceptar esas condiciones.
«Me dijeron que no sería justo y pensé ah pero entonces sí era justo que él, en la primera temporada, ganara más del doble que yo», critica.
Londoño entonces no se movió de su postura y la productora llegó a buscar a otra actriz para hacer su mismo personaje: «No encontraron a nadie, me volvieron a llamar y aceptaron las condiciones».
«Todos los que me llamaban eran hombres, estaban negociando, y no les parecía muy divertido que yo estuviera parada en esa postura, es una realidad súper grande que yo la peleo bastante, toca, hay que hacerlo», finaliza. EFE