miércoles diciembre 18 de 2024

El futbol oculto

Por Esteban Jaramillo Osorio

Se estira y encoge la tabla de posiciones y la inseguridad se instala en el ambiente, con tensión extra, porque el futbol esperado del Once Caldas sigue oculto y los rivales amenazan.

A medida que pasan los partidos, sin claridad en el juego, se distancia de la punta, agobiado por necesidades sin soluciones, con expectativas que no tienen conexión con la propuesta.

Son varios los futbolistas que juegan bajo presión, porque el equipo no demuestra afecto por la pelota.

El Once Caldas despegó temprano, con buen acumulado de puntos, pero no se consolida, por las serias averías en su funcionamiento que lo llevan al atasco, impregnado de proclamas confusas de su entrenador, con reiterados errores de cálculo. Es claro que a Corredor no le ayudan sus discursos.

No hay un estándar reconocido en el rendimiento porque los delanteros viven del rebusque, los mediocampistas se atropellan y la inseguridad defensiva reaparece con frecuencia.

En el Once no se discute elesfuerzo. Se cuestiona su futbol. El gusto de ver un partido redondo en rendimiento y resultado, no se concreta.

Tiene el técnico un tratamiento protector hacia ciertos futbolistas, cuyas cualidades la tribuna reprueba. Y alimenta prejuicios sobre otros, que poco utiliza.

Razonables son los deseos de triunfo de los aficionados, porque la sensación en el ambiente es que hay materia prima para mejorar la producción, sin entrar en el caos.

Giovanni Moreno

Aunque el asunto fue rápidamente cancelado, con un tufillo de especulación o engaño, la hipotética llegada de Giovanni Moreno, no era una prioridad, pero sí un gusto. Su futbol es consecuente con el paladar manizaleño que Corredor, el técnico actual, desconoce.

Zurdo talentoso, pasador impecable, dueño de la pelota, asistente y goleador.

Como Fueron Demario, “el flaco” Sierra, Dante Lugo, Giovanni Hernández, Walter Gómez, Mirabelli, Julio Gianella, Lobatón y Valentierra, en otros tiempos, cuando el futbol de Manizales, era excitación y fiesta.

El Once necesita un pensador creativo que desacelere ritmos con pausas, y lo acelere con pases. No tiene ese jugador, porque solo piensa en ganar y no en cómo lograrlo. Esteban J.

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