domingo noviembre 17 de 2024

Desde mi bella colina iluminada

Juegos pitotécnicos Feria de Manizales 2023

Esteban Jaramillo Osorio

Después de las fiestas, el retorno a la normalidad.

Resaca de trasnochos y parrandas, vacío de vacancia, con la obligación laboral. Con “reducción de equipaje”, por el alejamiento de la gente tóxica, de escépticos, y con la esperanza, así sea difícil, de una vida mejor.

Atardecer en Manizales enero 2023

Atrás quedaron el sosiego del campo, los  bullicios de ferias, los homenajes a Pelé, quien ganó por goleada el pulso a mejor del mundo; los recuerdos de Linda Caicedo con su orgullosa “pandilla juvenil” y  de Freddy Rincón, quien, ya fallecido, va desapareciendo en la memoria que olvida.

El fin de año, el mejor pretexto para la alegría genuina en familia, con reencuentros sentidos, con libertad para comer sin límite y rumbear hasta los villancicos.

Que movida, pegajosa y nostálgica es la música de diciembre.

Mejora la salud de Juan Gossain, a cuenta gotas. Donde hay vida hay esperanza. ¡Gracias Dios!

El ruido del futbol lo producen la justa, pero fatigante y empalagosa celebración argentina del título mundial, que ya tiene rechazos y contradictores, por la costumbre de convertir a cada futbolista en un dios.

Influencia en el mercado del futbol con Ronaldo como protagonista. En Colombia el ir y venir de futbolistas pasados de años. Marrugo de suplente con 37, en el Medellín, la fórmula «renovadora» de Santa Fe; Rodallega quien no para de sonar, buscando la ruta del América, rumbo a los 40; Teo, 37, con sus escándalos y caprichos, con cabida en el mercado laboral. Dayro Moreno, 37, con goles y trasnochos, idolatría desbordada en Once Caldas. Solo unos casos.

Mentiras con anuncios de fichajes de los pregoneros de la chiva sin confirmación. Tantos falsos positivos como engaño para los hinchas expectantes e ilusionados, con placer efímero, porque los futbolistas se mueven bajo la influencia del dólar…No tienen sentimientos.

Aquí estoy con “el guayabo” por el fin de la Feria de Manizales, a pesar de mi abstinencia de licor.

¡Que fiesta!  Aguardiente, ron y rumba para para todo el mundo, largos peregrinajes por sus calles, soleadas jornadas deportivas (los carritos de madera son de exportación), artistas famosos encantando en las tarimas (que gran Show el de Charlie Cardona), Caballos de paso;  con noches largas, espléndidas de trovadores y cantautores reconocidos, toros con indultos, reinas, tangas y tangos, cultura y folklore.

Que bella mi colina, rebosante y animada, con el calor humano de sus gentes que contrarresta las gélidas temperaturas, con sus amaneceres de paraíso y tardes y noches con brillo hipnótico, natural.

Lástima, tengo que partir. Esteban J.

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